Un destacado Psiquiatra venezolano, que ahora está en serios problemas con la justicia, siendo candidato presidencial nos habló en la década de los ochentas para advertirnos de la existencia de una generación boba. No adivinaba ni especulaba el psiquiatra, era la opinión de una persona con autoridad acadèmica y científica para formular una advertencia de ese calibre. Después de haber hecho este particular pronunciamiento, el psiquiatra publicó un libro sobre el sistema educativo venezolano y ahí ahondo un poco en ese asunto, pero con argumentos más académicos. Lo cierto es que con sus respectivos títulos y altos grados de escolaridad, la generación boba está intacta: vivita y coleando.
Esta condición de generación boba no califica o identifica a un segmento etario en particular; los bobos están regados e incluyen a varias generaciones. Puede establecerese sin riesgo a una equivocación, que un gran número de personas y profesionales que hoy tienen entre 20 y 50 años ignoran totalmente la historia reciente del país. Saben hacer càlculos (Sumar y restarr) y probablemente sepan leer, pero esa habilidad no le facilitó realizar una lectura sobre el país. Venezuela, cuando debían visualizarla para completa una tarea escolar, los textos básicos la presentaban como una armonía perfecta y por esa razón (armonía Perfecta) se explica hoy, esa opinión cargada de ignorancia, según la cual, la división social del país es un producto Chavista. No es esto una enfermedad o asunto cuya explicación no se encuentre en el campo de política educativa, pues esa condición de generación boba, es producto de una clara orientación curricular, que se impuso por muchos años y privó a todos los venezolanos de tener una idea de lo que acontecía nacionalmente.
La recluta, esa especie de cacería de pobres que se practicaba con represión por parte el Estado “democrático” venezolano para obligar a los pobres a cumplir con el servicio militar, fue una de uno de los procedimientos que de manera sistemática utilizó ese Estado a través de los partidos y líderes que hoy se presentan como figuras democrática para desarrollar tan perversa actividad. La generaciones bobas ignoran completamente esta forma de comportase el Estado y los gobiernos (ADEXOS-COPEYANOS) porque también es necesario reconocerlo, gran parte de esa generación boba tenía prohibido de hecho (más no de derecho) alistarse al servicio militar obligatorio. La inscripción en el registro estaba socialmente resuelta; los pobres, excluidos ya del sistema escolar, una vez inscrito en el registro militar aparecían como elegible para cumplir con el servicio y los otros, socialmente distintos a los pobres aparecían exceptuados. La reculta era nada màs y nada menos que una institución que reflejaba y promovía la división social.
De niño, me acuerdo que una parte de los jóvenes de mi pueblo se iban a la montaña para eludir la recluta. La policía los buscaba y hostigaba a sus familias para que lo entregaran. Visitaban y hostigaban a las familias más pobres, pero otras donde también había jóvenes con posibilidades de prestar el servicio, nunca eran visitadas y estos jóvenes se paseaban por las calles de ese pequeño pueblo. La recluta era el “premio” que una familia pobre tenía para sus hijos. La escuela lo excluía para luego ser cazado por la recluta. Un estructura política que tenía su máquina de exclusión y división.
Ahora, estas generaciones se irritan porque una nueva ley le solicitaba inscribirse en el servicio militar. Claro, una pifia del gobierno es fuertemente cuestionada por una representación de esas generaciones bobas, pero olvidan que la institución de la recluta fue un perverso proceso de casería de jóvenes pobres. La Institución de la recluta no aparece en ningún tema escolar de la Venezuela de comienzo y finales del siglo XX. No aparece la recluta y no aparece tampoco la institución de los desaparecidos, de la tortura y de los asesinados. Estos asuntos no aparecen en ningún tema escolar. Los medios de ayer no lo dijeron y los de hoy, no lo recuerdan o no quieren recordárselo a estas generaciones bobas.
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