Caminamos con miles de tropiezos generalmente puestos por los enemigos del bienestar de todos, porque para esos enemigos, es natural el impedir cualquier forma de evolución mental o material de las mayorías por milenios conducidas a la ignorancia. Caminamos con doce años a cuestas y pareciera que no avanzamos, sino que retrocedemos, cuando de todos es conocido que nuestro Comandante presidente Hugo Chávez, sus compañeros colaboradores, y quienes creemos en él y su proyecto socialista, tiene todas las razones para ser no sólo la solución a las desigualdades, sino para ser necesario a Venezuela y al mundo. Caminamos, sí caminamos, con las normales dificultades de un proceso que demanda todos los cuidados por las trampas de la jurisprudencia mundial, la cual fue sutilmente y descaradamente construida con todas las argucias para proteger al canalla. Caminamos por un sendero que muchos en el mundo apoyan porque se sabe a ciencia ciertísima que tenemos la razón. Tanta es la razón, que son cientos los perros que ladran al paso de esta Revolución.
Ahora bien, nuestra Revolución, ¿realmente revoluciona y evoluciona según los tiempos que vivimos? Podríamos apuntar mucha bibliografía para señalar si seguimos el sendero correcto o si nos estamos equivocando. Y también, ¿podemos preguntar al hombre y la mujer del común, los cuales son los mayores beneficiarios, si vamos por el camino correcto? ¿Preguntamos a la clase media cuanto le ha beneficiado materialmente los doce años de Revolución? ¿O, preguntamos al canalla que con todos sus cinismos nos impide cristalizar nuestro proceso? Y lo más doloroso, ¿preguntamos a gobernadores, alcaldes y toda la burocracia que también ejecuta trabajo negativo contra la evolución de la cosa revolucionaria?
No necesitamos preguntar a nadie nada, no necesitamos cuestionar si nuestra Revolución evoluciona hacia el bien. Nuestra Revolución evoluciona con sus altas y subidas, y sabemos, que si no avanza con más vehemencia, es por respeto a esas leyes naturales de la evolución de las cosas. Porque es bien comprensible por ejemplo, que la autonomía universitaria actual, no es compatible con la evolución del país que tenemos. Que los bingos y casinos esparcidos por Venezuela, a estas alturas del proceso, no debiesen existir. Que ninguna empresa privada por poderosa que fuere, no debe tener trancada la alimentación de los venezolanos porque maneja unos rubros de alimentos por el orden del 30 o 40% como es el caso de la polar, y además, que ya es tiempo suficiente para que su producción etílica también sea regulada. No necesitamos preguntar a nadie nada, sino que debiésemos ejecutar ciertas medidas ya pasadas de vigentes y arremeter con todos los hierros y sin miedos contra todos los obstáculos que nos imponen los canallas.
Y debemos apurar ciertos pasos en muchos rubros sociales, ya que los enemigos se están apoderando de nuestras victorias. ¿Acaso el desarme que propone esa gente que dejamos asomar, porque no han vuelto, a nuestra Asamblea Nacional, no es un problema nuestro? ¿Y que si dejamos que ellos tomen la iniciativa en eso de la ley desarme, es posible que se forme un zaperoco porque de seguro pretenderán que esa ley cubra a nuestras milicias? ¿Quién ha dicho que un traidor como Andrés Velázquez, es quien para proponer cestas tickets a buhoneros y amas de casa? ¡Ojo pelao! Que son muchas las propuestas que traen los apátridas y son acciones que venimos ejecutando desde hace mucho. Nuestra revolución evoluciona correctamente hasta el momento, pero debemos echarle pierna con más decisión.
¡Patria socialista o muerte!
Chávez es socialismo!