"El gobierno debe reservarse el comercio de importación"

La política de Fedecámaras de aumentar incesantemente los precios está dando resultados. Pocas cosas molestan más a los ciudadanos que constatar como el precio de un producto se duplica y triplica en pocos meses. Se trata de un arma poderosa que, por un lado, produce inmensas ganancias a los empresarios, y por el otro resta importantes apoyos al gobierno revolucionario. El juego favorece a Fedecámaras: los empresarios se hacen cada vez más ricos mientras ayudan a tumbar el gobierno.  

La excusa de la devaluación y del aumento de precio del dólar no resiste el menor análisis: la devaluacion avanza en porcentajes mientras que el aumento de precios salta en múltiplos. Nada aumenta en un pequeño porcentaje, como debería ser a consecuencia de la devaluación. La población se pregunta si los que calculan las tasas de inflacion van al mercado. El objetivo de maximización de ganancias, piedra angular del capitalismo, encontró en Venezuela la vía rápida. ¿Para qué preocuparse por la productividad? 

Las respuestas del gobierno al aumento de precios (Mercal, Pdval, Bicentenarios) han ayudado, pero son insuficientes. Hace falta mejor organización, mejor atención, mayor cobertura, mayor especialización y un montón de cosas más. La pelea la va ganando Fedecámaras. Cada vez más penetra en la población el mensaje de que el gobierno es incapaz de frenar la especulación y por lo tanto debemos pagar los aumentos de precios sin chistar, lo que a disgusto hacemos todos los días.  

Estemos claros: los aumentos de precios no cesarán y la inflación no cederá porque Fedecámaras tiene como objetivo derrocar al gobierno e imponer de nuevo el capitalismo neoliberal, donde ellos dominan el gobierno y la economía. Su meta es volver a los tiempos de la cuarta república, su objetivo es derrotar a Chávez en el 2012. La pelea no cesará, pero Fedecámaras va ganando y puede que triunfe si el gobierno no toma medidas radicales.  

El juego hay que cambiarlo o estamos perdidos. El gobierno debe tomar medidas enérgicas que señalen claramente a la población que los aumentos de precios serán combatidos con fuerza. Los controles de precios no sirven, las multas no bastan, los cierres temporales de negocios no resuelven nada. A los pocos días los empresarios aumentan de nuevo los precios, recuperan las pérdidas y todo sigue igual.  

Por otro lado, para aumentar los precios los empresarios se apoyan en la legalidad existente, en la libertad de fijar precios, consagrada en nuestro viejo Código de Comercio. A lo que yo vendo le pongo el precio que me de la gana. Nadie puede limitar mi tasa de ganancia. Comparto mi definición capitalista preferida: “El precio es un cohete que se lanza desde la plataforma de los costos y sube tan alto como lo permita el mercado”.  

La clave está  en el comercio de importación 

Si controlamos el precio de los productos importados controlaremos el precio de los productos nacionales. Son muchos los productos nacionales que requieren insumos importados. Y aunque los productos nacionales-nacionales no requieren dólares, su precio está vinculado al de los productos importados porque se venden en el mismo mercado.  

El énfasis hay que colocarlo en los artículos importados, allí está el nudo gordo, la parte central del problema. Son también los precios más fáciles de controlar porque tenemos a nuestro favor el control de cambios y porque los dólares los produce Pdvsa, una empresa pública, por la venta de petróleo, un recurso perteneciente al pueblo venezolano. Los dólares no son de la oligarquía. Vale la pena señalar que Venezuela continuará siendo un país importador por muchas décadas. Seguiremos siendo un país petrolero. El negocio futuro más grande de Venezuela es la Faja Petrolífera del Orinoco.  

Alguien pudiera pensar en controlar el precio de venta al público de las importaciones que hace Fedecámaras. Objetivo inútil, no lograble, buscado por muchos años y nunca conseguido. Fedecámaras conoce mejor que el gobierno las leyes aplicables y las triquiñuelas del comercio importador, de la comercialización y del manejo de los organismos públicos. Engañarán fácilmente al gobierno, como siempre lo han hecho. Más de lo mismo mantendrá indefinidamente la situación a favor de Fedecámaras. La inflación no cederá. Por el contrario, puede aumentar. “Si quieres resultados distintos no hagas lo mismo” (Einstein).  

¿Qué hacer?  

Aprobar un Decreto mediante el cual el gobierno se reserva la importación y comercialización de una lista larga de productos básicos para toda la población. Los empresarios venezolanos, con ayuda del estado, deben dedicarse a la industria, a producir, a fabricar, no a comerciar especulando al pueblo con los dólares que pertenecen al pueblo y que deben utilizarse para beneficio de las mayorías. Una verdadera revolución tiene que producir cambios que acaben de una vez por todas con las situaciones negativas. Al comienzo habrá resistencia, sobre todo por parte de los afectados. A medida que avance el tiempo la población verá los resultados positivos y apoyará con entusiasmo las empresas públicas que venden mejor y más barato.  

Con este Decreto el gobierno podrá garantizar precios razonables y estables para todos los productos básicos importados, que son muchos. Es el corazón del buen vivir. El infame jueguito de importar a 4,30 Bs./$ y vender a 12-15 Bs/$, vaciando todos los meses nuestros bolsillos y llenando los de ellos, debe acabarse de una vez por todas. Los ejemplos abundan. Basta con ver por internet los precios en EEUU de los miles de productos que se venden en Venezuela. Aclaremos que lo que vemos por internet son precios al detal (retail prices). Los precios de venta a los importadores tienen un apreciable descuento comercial.  

Empresas públicas importadoras ycomercializadoras 

Junto con el Decreto el gobierno debe crear empresas públicas importadoras y comercializadoras especializadas, no empresas generales, que aseguren una gerencia moderna, técnica, transparente, responsable, eficaz y eficiente. Empresas diseñadas para responder a la demanda, rentables, con organización y métodos, sin colapsos, sin exclusiones, sin desabastecimiento, con financiamiento barato, con alta calidad de servicio al consumidor, con asesoría internacional donde haga falta. (Por cierto, Mi Casa Bien Equipada se está manejando mal). Todo esto puede hacerse en 1-2 años. Importar, transportar, almacenar, mover, vender, financiar y dar servicio al consumidor no son negocios complejos. Nunca lo han sido. Durante muchos años los negocios de importación los han manejado (mal) empresas pequeñas con muy baja capacidad técnica.  

Controlando el comercio importador el gobierno puede garantizar al pueblo venezolano la adquisición a precios razonables de los bienes que hacen falta para una vida digna. Las compras masivas de electrodomésticos llegarían a toda la población. Bajarían de precio los automóviles y los repuestos, los equipos de sonido, los utensilios de cocina, los celulares y las cámaras. Bajarían de precio todos los productos importados, incluyendo las materias primas. En sintonía bajarían de precio los productos nacionales, incluyendo la vivienda. Le quitaríamos el control de precios a Fedecámaras. Se acabaría el desabastecimiento. Abatiríamos la inflación. Y en el 2012 Chávez ganaría las elecciones para continuar la revolución socialista.  

(*) Miembro del PSUV,

asdrubalchirinos@gmail.com

Twitter-@aachirinos



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Asdrúbal Chirinos (*)

Licenciado en Educación, Master en Administración, MIT Sloan Fellow.

 asdrubalchirinos@gmail.com

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