En lo económico, la situación financiera se mostraba crítica con un precio de venta del barril de petróleo por debajo de los 10 US$, con una deuda externa creciente y un estancamiento del aparato productivo que amenazaba con causar otro nuevo estallido social, tal como había ocurrido en 1989. Adicionalmente los ingresos petroleros habían pasado de más de 5.000 millones en 1997 a menos de 2.800 millones de Bs en 1998. En lo social, la pobreza extrema se encontraba en 19,9%, se dedicaba sólo un 8% del PIB como gasto total en salud, sólo un 7,2% en seguridad social; el 16,6% de los hogares venezolanos estaban en situación de pobreza extrema, la tasa de desempleo se encontraba en más del 16%, la tasa de escolaridad estaba en 40,3%. Todo ello levantaba una situación que encaja en el concepto de coyuntura crítica, que no es más que una situación caracterizada por las tensiones en diversos ámbitos (sociales, económicos y políticos) que amenazan con una explosión social.
Chávez, durante toda su campaña de 1998, prometió concretar la convocatoria a una Asamblea Nacional constituyente (ANC) con la finalidad de generar una nueva constitución. A tales efectos – en concordancia con sus promesas electorales- una de sus acciones primeras fue la firma de un decreto presidencial donde finiquitaba la convocatoria a la elección de la ANC. Con ello quedó abierto el proceso de cambio en la sociedad venezolana que se concretó con la aprobación de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV).
A partir de diciembre de 1999, se entró a un proceso político donde claramente podemos identificar tres (3) etapas o momentos: 1era fase (1999-2001) Transición Política, caracterizado por la instrumentación del cambio institucional producto del desplazamiento de los actores políticos tradicionales y el surgimiento de nuevos actores. Una 2da fase (2002-2006) de implementación crítica del Proyecto Bolivariano, donde se incluye el intento de Golpe de Estado de abril de 2002 y el sabotaje petrolero del 2003, la implementación del proyecto de Desarrollo Económico- Social de la nación (2001-2007). La 3era fase (2007-2010) Ajuste e Implementación Socialista, marcado por el debate sobre la implementación del socialismo del Siglo XXI.
Entre estas tres fases o momentos se han sucedido un conjunto de cambios de gran impacto y significación. En el área económica, se logró una recuperación financiera determinada por el crecimiento del Producto Interno bruto (PIB) que paso 0,3 % en 1998 a 18% en 2004, 10,3 en 2005 y 2006, 8,4% en 2007. El desempleo que era un indicador negativo para 1998, en el 2009 cerró por debajo del 11%. El índice de Desarrollo Humano (IDH) que es un indicador de un conjunto de variables (educación, salud, empleo, esperanza de vida, etc) que para 1998 era de 0,6 en 2009 alcanzó un0,80 que entra dentro de un índice alto de calidad de vida, comparable con países desarrollados. La esperanza de vida de los venezolanos que para 1998 era de 72.16 en 2009 llegó a 73, 76. El Coeficiente de Gini en 1998 estaba ubicado en 0,48 para 2009 llego a 0,40 ubicado entre los más altos de América Latina. Los hogares pobres pasaron de un 48% en 1998 a 26% en 2009. Todo ello como consecuencia de una creciente inversión social, que reactivo las condiciones de buen vivir de los venezolanos, tan maltratados por el esquema de desinversión impulsado por las políticas de reajuste económico impulsadas por los organismos multilaterales (Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional).
Sin embargo, no todo es balance positivo. La repolitización de los venezolanos, que se expresa en una movilización a favor o en contra del presidente, en los ámbitos del espacio público, se tradujo en algunos momentos (2002-2003) en una situación de mutuo desconocimiento y deshumanización del “otro”. La animadversión sin límite, el maltrato y la intolerancia han aflorado al mismo tiempo que se han multiplicado los espacios de participación, indicando con ello un déficit en cuanto comportamiento y espíritu democrático que solo puede enmarcarse en una situación de recíproco rechazo a la condición del otro. Eso no significa que antes no existiera conflicto, de lo que se trata es que las mediaciones de las organizaciones políticas generaron un “control” de estas intolerancias, que hoy no son tan efectivas y nos permiten entender las manifestaciones de violencia política que hemos visto los venezolanos en los últimos años. Finalmente, la política internacional del país ha adquirido un protagonismo inusual determinado por una no alineación con los intereses estratégicos de los EEUU en la región, con lo cual Venezuela ha pasado a diseñar su propia política internacional y su consecuencia dinámica de integración e intercambio comercial, colocando al país con una capacidad de incidencia en la región que molesta a la potencia hegemónica.
(*) Dr-Historiador
17/01/2011