Mientras nosotros lo intentamos, el capitalismo busca no morir y también se fortalece.
Buscar las miles de razones para comprender por qué un hombre o mujer de raza negra defiende a su verdugo capitalista en el mundo, y en el caso de Venezuela, algunos diputados de raza negra pertenecen a la oposición y andan agarrados de mano con quien por siglos los excluyó y sólo los utiliza, es para pensarlo muchas veces. Además, por qué muchos integrantes de “clase media” que fueron salvados del robo de los Banco Federal y Latino y de sus apartamentos y casas por la estafa inmobiliaria, también es para pensar y taparnos los ojos con vendas transparentes.
Buscar la razón del por qué una familia venezolana que recibió una vivienda y la vendió para volver al rancho y rajar del comandante y la revolución y, buscar alguna razón para que los hombres y mujeres de la tercera edad despotriquen al momento de embolsar la pensión que la revolución le reconoce y le paga sin demora, es buscar una razón ya sabida desde ayer. Lo mismo pasa en Estados Unidos con los sin techos que pululan como moscas en cualquier sitio que se les permita dormir con sus familias y siguen sin chistar a sus verdugos. Lo mismo en Centroamérica o Cafarnaúm. Los verdugos continúan haciendo de las suyas y confeccionando nuevos látigos porque las espaldas que piden azotes son por millones.
Tenemos nuestra cosa socialista bien fea no sólo en nuestra Venezuela sino en el mundo, porque estamos dejando lo importante para después. No sólo ahora que disfrutamos de esta revolución y el momento de rebeldías que se vive en el globo y que pudiese llegar a ser de verdad, sino desde hace mucho tiempo. Podemos decir que desde nuestro Simón Bolívar y luego de Mariátegui en el caso de América o, desde el mismo Carlos Marx, se dejó lo más importante para el por si acaso. Y mientras tanto, los pueblos mueren de mengua, de esperar esperanzas que cada vez que asoman se escurren como se escurre el agua de una mano que fallece.
Seguimos empeñados en creer que la oligarquía mundial y la venezolana, nos dará el chance de extender nuestros argumentos socialistas y demostrar al mundo que tenemos la razón humana. Seguimos dando estocadas al toro de los sueños y pretender al mismo tiempo que los ricos, religiosos y otros agentes reconocerán que son ellos los causantes de tanto despelote humano y seguimos empecinados en creer que el camino hasta ahora trillado es el camino correcto. Los ricos por su Ego egoísta y el resto de la humanidad por su Ego inconsciente pero con una espalda bien ancha para que el látigo azote sin desperdicio.
Mientras no demos, enseñemos, recalquemos y repitamos al pueblo venezolano y a los pueblos del mundo, que según el pensamiento que nos domine es el problema político y la problemática social mundial, no daremos pie con bolas para buscar las miles de razones del por qué los pueblos apoyan a sus verdugos.
Mientras nuestros televisores y nuestra prensa progresista, libros y otros medios de información, no dediquen tiempo de tiempos necesarios con la publicidad requerida para presentar e incitar a la educación de los espíritus, el adiestramiento de las mentes y enseñar a usar el pensamiento de las masas para sus beneficios, no tendremos hombres y mujeres que comprendan ese necesario socialismo. Lo mismo con todas nuestras escuelas, liceos y universidades. Lo mismo para nuestras barriadas. Lo mismo para todas las casas del pueblo. Mientras no hayan los instructores del conocimiento y de autoevaluarse como seres pensantes desde adentro, la cosa socialista seguirá siendo traicionada por el hombre malo y consciente, y seguirá siendo despreciada por el hombre y la mujer buenos pero inconscientes.
Se habla de conciencia, de honestidad socialista o no. Se planea el hombre y la mujer nuevos, pero se pretende que sean nuevos porque sí. El hombre nuevo, el hombre que el planeta espera para que se encargue de subsanar los daños que hasta ahora hemos causado a toda la estructura de la tierra y quizás más allá, debe ser un hombre nuevo muy consciente de su pensamiento, de su capacidad mental, para revertir y revertirse para el bien de sí mismo, el bien de su prójimo y el bien de todo lo externo.
La cosa socialista no es cosa exclusiva de los venezolanos, la cosa socialista es la consigna para toda la humanidad en su conjunto. Ya la humanidad no da más, ya la tierra no da más. Necesitamos que busquemos al interior de cada uno para comprender esa cosa socialista que pertenece a todos. Y para esto, necesitamos destapar las miles de mentiras que adormecen al interior de cada cual, eso que nos convierte en esclavos de nuestras mismas acciones. Es lo que nos inhabilita para darnos cuenta que el verdugo nos adormece y arrulla para que le sigamos poniendo la espalda.
¿De qué mentiras estamos hablando? De la mentira religiosa por ejemplo. ¿En el caso de Venezuela, hasta cuando nuestro Presidente Chávez le hará el juego a las religiones “cristianas” con versos bíblicos re-escritos al amaño del clero mentiroso y de remate malinterpretados? ¿Hasta cuando los escritores del mundo no toman sus computadores y denuncian las mentiras religiosas desde el judaísmo hasta la santería? La estupidez de tolerancia por no sacar la mentira inculcada al interior de los pueblos ignorantes y borrachos de ese opio religioso y fetichista, es culpa de todos los que reconocidos mundialmente como grandes pensadores, no tocan ese tema tan importante para destapar las ollas putrefactas que impiden el desarrollo mental de los pueblos. ¿Por qué líderes mundiales de la política, artistas, místicos metafísicos, catedráticos y religiosos que están aburridos de sus propias mentiras no denuncian la mentira religiosa? Hasta se pretende seguir escribiendo soluciones políticas para arreglar las cosas del mundo cuando la cosa es individual que nace de lo micro hacia lo macro. Y esto lo sabe tuturimundachi.
No más por favor. O nos quieren hacer entender que esta cosa política, informativa, religiosa, académica, deportiva, psíquica y de la medicina, ¿no es otra cosa que una entretención para los más astutos? Y algo que se nos escapa cuando sacamos a relucir que sólo tenemos doce años de revolución en el caso de Venezuela; tenemos doce años, pero con inmensos canales de información y expectativa que para los movimientos revolucionarios que se dieron en el pasado, equivaldrían a por lo menos cien años. ¡Ojo pelao que la información que ahora es de todos ya está en la retina de hasta el hijo de la lavandera! ¿O no estamos viendo la mujer de raza negra africana expresar sus ideas con propiedad? ¿O el Indio Evo Morales no es el dirigente de Bolivia? No más razones políticas, mientras el mundo se deshace a nuestros pies, la cosa política socialista es una realidad y necesidad mundial, pero en este instante la tenemos bien fea.
¡Patria socialista o muerte!
Chávez es socialismo!