Podemos impulsar de
verdad la iniciativa y el espíritu creativo del pueblo, sólo si nuestras
instituciones ejercen una influencia real y activa en el funcionamiento
de cada colectivo laboral, sea en la planificación, en la organización
del trabajo, en la distribución de bienes materiales, en la selección
y la promoción de las personas más competentes a los cargos de dirección.
En la construcción del socialismo surgen las más diversas formas de
participación del pueblo en la gestión de la producción. La vida
de los colectivos laborales resulta inconcebible sin organizaciones
del PSUV, sindicales y otras organizaciones sociales. Últimamente está
creciendo la importancia de las asambleas de trabajadores y de los contratos
colectivos, condiciones propicias para dinamizar la labor en este sentido.
La democracia socialista
nada tiene que ver con la corrupción, con la impunidad, con la indulgencia,
la irresponsabilidad y la anarquía. La verdadera democracia está al
servicio del pueblo, defendiendo sus derechos políticos y sociales.
La democratización en todas las esferas, presenta importancia, sobre
todo, porque con ella relacionamos el desarrollo de la iniciativa del
pueblo y el empleo de todo el potencial del régimen socialista. La
experiencia muestra que en las épocas cruciales el PSUV, para cumplir
las más complicadas y audaces tareas, siempre se debe dirigir a la
juventud, a su entusiasmo y fidelidad para la causa del socialismo,
a su intransigencia con el estancamiento, su inclinación por todo lo
progresista. En estos momentos, en que se habla de efectuar cambios
democráticos, de ampliar la participación real del pueblo en el cumplimiento
de las tareas de la reestructuración, adquiere una inmensa importancia
política el problema que mantienen las jóvenes generaciones.
Pero estos cambios
exigen de cada uno redoblar los esfuerzos. Los jóvenes, como están
interesados en la reestructuración, deben actuar más enérgicamente,
porque a ellos les toca vivir y trabajar en un país renovado. El Estado
y el PSUV deben trazar la perspectiva a los jóvenes, para que éstos
se conviertan realmente en decididos participantes en los cambios. En
primer lugar, a una mayor confianza en la juventud, una confianza que
combine en sí la ayuda hábil y la libertad de criticar errores en
un ambiente de camaradería; a conceder a los jóvenes más independencia
en la organización del trabajo, los estudios y el tiempo libre, a pedirles
mayor responsabilidad por sus acciones. Pero esto presupone el derecho
a participar en la administración de los asuntos estatales en todos
los niveles.
Una de las causas de
las graves fallas cometidas en la política con los cuadros directivos
es el debilitado papel y abandono de los órganos de control, tanto
en los colectivos como en los organismos estatales y organizaciones
públicas. Estos pasaron por alto muchas advertencias de corrupción,
de los abusos, de la desidia e infracciones cometidos por funcionarios
en algunas regiones y sectores de la economía. El trabajo de los órganos
de control se limita con frecuencia a verificaciones superficiales y
revisiones financieras de rutina, a examinar diversas quejas y desarrollos
cotidianos. Estas cuestiones, claro está, también requieren atención,
pero reducir sólo a ellas toda la labor de fiscalización es inadmisible.
Durante los años de
la construcción socialista, el Gobierno debe crear un enorme potencial
de directivos bien cualificados; el alto nivel de la educación y cultura
de los trabajadores y de todo el pueblo, para garantizar condiciones
favorables para seguir enriqueciendo y renovando este potencial. Todo
cuanto hemos logrado hasta ahora es obra del pueblo revolucionario,
es resultado de la abnegada labor del Comandante Presidente.
Las propuestas del
Comandante Presidente gozan de todo el apoyo del pueblo. Así podemos
confirmarlo. Y como por esta política está la fuerza fundamental —el
pueblo—, estamos convencidos de que nos encontramos en el buen camino,
aunque haya dificultades, e incluso errores, especialmente en la solución
justa de las cuestiones principales. Y avanzaremos a paso redoblado
por este camino. Esto irá en beneficio del pueblo. Lo llevará a nuevas
metas, tanto en el desarrollo económico como social. Esto reforzará
nuestro potencial económico y así influirá positivamente en los procesos
nacionales.
Hoy, lógicamente, hubo logros que en tiempos pasados eran inalcanzables, no es posible limitarse solamente a reconocer los errores cometidos. Para evitar tales fallas en el futuro, necesitamos sacar enseñanzas del pasado.
manuel.taibo@interlink.net.ve
¡Gringos Go Home!
¡Libertad para Gerardo! ¡Libertad para los cinco héroes de la Humanidad!
Hasta la Victoria Siempre.
Patria Socialista o Muerte. ¡Venceremos!