Mi fabulario consagra el conjuro de que todos tenemos una cuota de estupidez que debemos usar perezosamente en la vida.
Todo consta en los ensalmos de Piltdown traducidos por científicos rusos como Protokoly Piltdownski, que recoge este profundo amuleto sobre la estupidez, hoy libro de cabecera de Maricori.
El mismo texto sentencia no cauterizar abruptamente la estupidez por ser único pasaporte para entrar en las “virtudes” del capital.
El Viejo Plinio Arrieta, obrero, de Sivensa, conocía el hechizo, y lo entendia como vituperio moral e intelectual y alegato de la forma de vivir injustamente. También manera de invocar el alma de los muertos para asuntos sin sentido ni político ni económico. A pesar de conocer el asunto de la combinación y tenerla como invocación infernal lo transmitió en articulo mortis a un tal Machado su jefe, quien se lo birlo y a su vez en arcano lo legó a su hechicera María Corina.
Ella atesoró desde siempre su recitada y cantado prodigio y nunca usó este talismán hasta hoy. Se creía entre quienes engañan y menosprecian a los hombres, pues se pretende capaz de evocar las almas de los muertos, prometiendo seducir hasta a los dioses, al pueblo, a las Asambleas populares hechizándolos con sacrificios, plegarias, conjuros, mitines en Centros Comerciales, y cuñas publicitarias. Amen de la invocación infernal y otros medios de seducción que ya había probado hasta con el gran guru de la Casa Blanca. Estimado imbatible en esas lides.
Poseer esta mántrica era el único pacto válido de unión entre el capital, la brujería y la usura, según le había enseñado Piñera el Minero del Sur, quien como maestro en el arte de encantar serpientes, culebras, tarántulas, escorpiones y otros animales de este tenor-. Tuvo claro que era un optimo brebaje para multiplicar la hacienda heredada, gracia que el padre de María Corina supo apreciar.
La duda que existía, tanto entre los hacedores de discursos que la rodeaban -logopoioi- como de sus doce (12) candidatos a Cancilleres y otros merolicos, aptos para otras carteras ministeriales, era ¿ Como transformar este falso encantamiento en propaganda y renacerlo en nigromancia política¿. ¿Cómo lograr hacer alquimia con la estupidez y el capital y como arrebujar lo popular¿.
¿ Como evitar el olor y magia negra de ese objeto metálico de carne humana niquelada y degradable?. Chismean que el Gordito Sánchez, le hizo entender por claves que un rapero cantó en oración nigromante cómo crear ese raro animal capaz de unir con la tortuosidad necesaria el Capitalismo con el Pueblo.
Un sabath cualquiera, Maria Corina usando la buena marca de Bush, entendió, unió todo mientras convulsionaba en aquelarre místico y “misterio gozoso” -que bendijo un cura golpista- y luego por gracia divina parió por insight esa enervante y borrica síntesis que bautizó como: Capitalismo Popular.
Ella sabe que este envilecido pueblo es vulnerable a los discursos blandamente seductores que persuaden a los niños de que lo justo del capitalismo y sus dogma: tener cada vez mas. Segundo unirlo a lo bello del pueblo que consiste en que lleguen a cantar que no se debe tener más que los otros. Lo que faltase por arreglar en el discurso es asunto que queda en manos del arte oratorio de varios sofistas, aptos por su poder verbal de engatusar lo que tan dificil parecía de explicar.
En verdad que el slogan Capitalismo Popular pareciera peliaguda de tenerse por sostenible, pero se dijo:
“no importa, entre mas enredado y absurdo, menos se entiende pero mas se apoya”.
Los experto de la Conferencia Epistómal de Caracas, opina que todo esto es claro como el agua. Basta que ellos lo aprueben para dárselo en bandeja a la candidata. Advirtiendo severamente: ¡Anatema para estúpidos!, infierno, si no comprendéis “la buena nueva”. Aleluya
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