La idea del Socialismo como alternativa para un mundo
mejor, ha prendido en las grandes mayorías que apenas ayer permanecían al
margen de la lucha política. Se ha logrado romper el cerco mediático que
ayudaba a mantener a esas mayorías al
margen de toda actividad política, y ya el socialismo es palabra usada en las
conversaciones diarias de cada vez más amplias mayorías que opinan sobre lo que
acontece en el país.
Ha sido un largo viaje desde que las ideas de los
socialistas utópicos arribaron a nuestras costas en la primera mitad del siglo
XIX. Pero, una esperanza, para ser
verdadera debe ser sustentable, poseer bases sólidas sobre las cuales irse
materializando.
En la historia de la humanidad un sistema de
producción sólo ha sido sustituido por otro, cuando ha sido superado en la
producción de bienes, permitiendo un mayor desarrollo de las fuerzas
productivas. Así, el Feudalismo superó al Esclavismo logrando un aumento en la
producción, y así mismo, el Capitalismo al Feudalismo, por lo que el Socialismo
sólo podrá ser una realidad, superando al capitalismo en la producción de
bienes materiales –no, importando más-, pues sólo así podrá dar una mayor
satisfacción a las necesidades de las grandes mayorías, ya que no puede existir
socialismo con miseria. El fin último del modo de producción socialista es la
satisfacción de las necesidades materiales de la población, y ello sólo es
posible a través de un proceso colectivo y social de planificación, producción
y distribución. Eso es esencialmente el
Socialismo.
Para que el Socialismo sea sustentable debe ser capaz de
auto-sostenerse, auto-reproducirse, para lo cual es indispensable cumplir con
la planificación que se hace y garantizar la eficacia y eficiencia del gasto
público, que haya constante seguimiento y evaluación de la acción del gobierno,
que se luche con gran firmeza contra la corrupción y el burocratismo, que el
pueblo participe en forma protagónica (constante y principal) en la ejecución y
control de la gestión pública. Pero a este respecto, hasta ahora hay un
déficit, más deseo que realidad. Es
importante atender la inmensa deuda social que se ha creado durante décadas,
pero es necesario crear paralelamente las alternativas al modelo económico
rentista petrolero, que nos ha heredado el capitalismo dependiente del petrolero,
pues toda la renta petrolera no es ni será suficiente para satisfacer
plenamente las necesidades básicas de las grandes mayorías.
Si usamos las leyes del mercado capitalista para
construir una sociedad cuyo objetivo es negar esas leyes, ¿cuál será la
sociedad que estamos construyendo? El socialismo tiene que ser renovador, no
sólo en la forma de distribuir las riquezas, debe ser más que nada, un sistema
diferente para poder obtenerlas. Una nueva forma de relacionarnos durante el
proceso productivo. Ni siquiera una administración honesta de los recursos
petroleros, dentro de una sociedad cuyo sistema es dominantemente capitalista,
puede ser suficiente para satisfacer las necesidades de todos. En nuestra
transición aún las empresas nacionalizadas son administradas de manera
capitalista, sin que predomine la solidaridad. Creen que construir o reparar
una canchita aquí o allá, con eso ya son socialistas. Eso lo hace hasta
empresas Polar. En otras empresas, el Control Obrero continúa siendo
principalmente una consigna en la boca, mientras siguen negocios aquí y allá,
que no sólo merman la producción, si no ante todo merman el desarrollo de una
verdadera conciencia de clase. Muchos
autores hablan de la necesidad de aumentar las nacionalizaciones o la industrialización,
pero aumentar las nacionalizaciones para que siga beneficiándose principalmente
la burguesía y no sólo la nacional, si no la internacional con sus cargueros,
con el monopolio de la distribución y comercialización de lo que se produce,
sin verdadero control obrero no de una empresa aislada si no del conglomerados
de actividades conexas, que realmente ayuden al aumento de la producción no
capitalista, no son vías aptas para impulsar el verdadero cambio de sistema.
Nacionalizar o crear empresas sin verdadero control obrero la verdad no me
convence.
Construir nuevas empresas para entregarlas a la administración de la
pequeña burguesía, sus familiares y amigos, tampoco me convence. Me anoto es en
creer que más importante que cuántas empresas se nacionalizan o se crean, es
cómo se están administrando, cómo están actuando el partido de gobierno y el
llamado Poder Popular, muchas veces cooptado por personeros o altas autoridades
de las instituciones. Prefiero lento pero seguro, pisando firme, por más que
del desenfreno se beneficie parte de pueblo. Entiendo que toda estrategia está
determinada por su momento histórico, y que en nuestro país, hay que tener
presente que Chávez llegó al poder por la vía electoral, por lo que no puede,
mientras no lo obliguen, imponer sus políticas; que Venezuela es un país con un
capitalismo dependiente, y nos falta mucha industrialización para poder
satisfacer nuestras necesidades internas, en especial las alimentarías; y de
que somos una economía altamente rentista e importadora, que hay que tener
claro, no estamos en pleno socialismo, ni en plena etapa de transición, sino
apenas, al inicio de la transición, y que acelerar mucho puede volcar el carro.
Pero, también entiendo que esa es la excusa de quienes se benefician de los
negocios, y que en toda revolución es necesario correr riesgos planificados, o
no es una revolución. No existen revolución acomodadas, apacibles, tranquilas,
sin riesgos, sin marcha y contra marcha, sin zig zags, y sobre todo sin evaluar
constantemente en forma crítica e implacable. Estamos, ante todo en una
transición pequeña burguesa, y la historia nos ha demostrado que no duran
mucho. Por ello necesario es corregir. Estamos a tiempo. Soy de los que se
anotan en que no sólo se avanza haciendo expropiaciones por expropiar, también
se avanza aumentando la eficiencia y eficacia de los bienes expropiados, de la
gestión pública, involucrando a las comunidades en como proveer más y mejores
servicios públicos, solucionando sus problemas, combatiendo la corrupción y la
impunidad, impulsando la contraloría social, en fin, impulsando cada vez más la
Participación Protagónica del Poder Popular, allí sí hay que poner el
acelerador.
La supresión del debate y la pluralidad no puede
llevar a la construcción de un orden libre, el disciplinamiento forzado, y el
silenciamiento de las disidencias no pueden ser nunca una escuela política que eduque
y forme libre iniciativa, y autonomía relativa en la toma de decisiones.
EL CAMBIO DE NUESTRO CAPITALISMO
NECESITA UN TRIUNFO CONTUNDENTE DEL CDTE. CHÁVEZ
Junto a camaradas que compartimos la necesidad de
Profundizar la Democracia Participativa y Protagónica del Pueblo –PDPP-, estoy
convencido que tampoco podrá avanzar nuestro proceso, si no somos capaces de
detectar nuestras deficiencias, errores, carencias y desaciertos, con la profundización
cualitativa de la Participación Protagónica de los trabajadores y todo el
pueblo, como factor fundamental. Así como que, las elecciones de octubre
representan un importante momento en la lucha por el poder, porque es el poder
lo que está en juego en ese proceso electoral. En verdad, desde que el
presidente Chávez ganó las elecciones de 1998 se abrió un nuevo período de
lucha por el poder, que llega hasta nuestros días y seguirá después de los
resultados electorales de octubre.
Necesario es
tengamos claro que no requerimos cualquier victoria, porque el verdadero
enemigo es el imperialismo internacional, que para lograr continuar avanzando
necesitamos una contundente victoria que solo podremos obtener avanzando en la
profundización de proceso desde ya.
“Asumir en la práctica el punto de vista que hemos
expresado implica sumar nuestro modesto esfuerzo a la tarea de contribuir, en
lo que resta de la campaña electoral – porque de manera extraoficial hace rato
que comenzó-, a que el período que se abre después de las elecciones constituya
el inicio de un gran salto adelante en la profundización del proceso. Lo que
significa un esfuerzo que no sea una prolongación de las campañas
tradicionales.
… Creemos que podemos afirmar con orgullo que
Venezuela es el lugar del mundo donde más pasos se han dado en esa dirección,
pero debemos reconocer que falta mucho por hacer para que se convierta en una
revolución consolidada, sin retorno”. (parágrafo extraído del documento de
lanzamiento de la PDPP, que se hará público próximamente).
Necesidad de la Corriente Radical. Uno de los
aspectos donde más se han hecho notorias nuestras deficiencias, ha sido en lo
concerniente al desarrollo de nuestro partido, el del Presidente Chávez, porque
junto a él ha sido o ha debido ser el conductor del pueblo, –el debate debe
precisar si lo ha sido o no, y por qué-, porque el partido debe agrupar a lo
mejor del pueblo venezolano, sus mejores y más preclaros líderes. Fidel Castro
señaló hace algún tiempo: “El partido lo resume todo, en él se sintetizan los
sueños de todos los revolucionarios a lo largo de nuestra historia; en él se
concretan las ideas, los principios y la fuerza de la revolución; en él
desaparecen nuestros individualismos y aprendemos a pensar en términos de
colectividad; él es nuestro educador, nuestro maestro, nuestra guía y nuestra
conciencia vigilante, cuando nosotros mismos somos incapaces de ver nuestros
errores. … … .”.
Por
otra parte, la historia nos enseña que, ninguna clase ha logrado instaurar su
dominio si no ha promovido a sus propios jefes políticos, a sus representantes
de vanguardia, capaces de organizar el movimiento y dirigirlo. Podríamos llenar
páginas y páginas y hasta tomos, haciendo ver la necesidad del partido, no creo
necesario hacerlo a los lectores. Pero lo que sí creo necesario aclarar a
nuevos lectores, es que no puede ser cualquier partido, sólo podrá derrotarse
al capitalismo con un partido invencible, capaz de aprender de sus derrotas, -que
las tendrá, porque perfecto no hay nada humano-, un partido no de autómatas o
eunucos mentales, como señaló un militar en las interpelaciones del 2002. La
verdad no siempre brilla sola y resplandeciente, es necesario discernirla ante
el pueblo de la maraña con que suele presentarse en la vida política, y para
eso está también el partido.
Siempre
se presenta como excusa para no debatir abiertamente aspectos de importancia
para la vida del partido y el país, que si vienen elecciones, que si la
oposición se va a aprovechar de ello, cuando los que realmente se aprovechan
son los que han obtenido ciertos privilegios en el proceso, los oportunistas.
Para desmentir dichos alegatos basta una mirada a la primera revolución
socialista triunfante en el mundo, la bolchevique de 1917, donde la insurrección
–antes y después- fue debatida, no sólo en la Dirección Nacional Bolchevique,
si no debatida públicamente, en diarios, en cada esquina, con vehemencia y el
corazón en cada fábrica, en cada barrio, en cada esquina, y en cada guarnición
y regimiento. El afamado escritor John Reed describió en su obra “10 días que
conmovieron el mundo”, uno de estos debates,
celebrado en el regimiento motorizado de ametralladoras. En él, el bolchevique
Kirilenko, acaba de dar fin a un violento duelo oratorio, que le ha enfrentado
con los adversarios mencheviques y S. R. de la insurrección. Los soldados
asistentes votan: unos cincuenta se sitúan a la derecha de la tribuna, lo que
equivale a condenar la insurrección, pero varios centenares de ellos se
aglomeran a la izquierda aprobándola. El
periodista americano concluye: “Imaginémonos esta lucha repetida en cada uno de
los cuarteles de la ciudad, de toda la región, en todo el frente, en toda
Rusia. Imaginémonos a todos los Krilenko faltos de sueño que vigilan cada regimiento,
que saltan de un lugar a otro, discutiendo, amenazando, suplicando. Imaginemos
esta misma escena repetida en todos los locales sindicales, en las fábrica, en
las aldeas, a bordo de los barcos; pensemos en los cientos de miles de rusos,
obreros, campesinos, soldados y marineros que contemplan a los oradores,
esforzándose intensamente por comprender, y tomar luego una decisión
reflexionando con agudeza y decidiendo por fin con tan pasmosa unanimidad. Así
era la Revolución rusa”.
Eso Camarada es el verdadero espíritu inmortal de la
revolución, esa que nunca dejaremos que perezca en manos del oportunismo, de la
burocracia o el espíritu pequeño burgués. Esa es la esencia del Socialismo, la
Democracia Proletaria en que tenemos que educar a nuestro pueblo, esa que
deberemos profundizar con la Participación Protagónica del Pueblo, o moriremos
en el intento. Y si perecemos, igual habrá valido la pena luchar, como dice un
amigo argentino.
De lo
señalado, es obvio que la mejor manera de reencausar el proceso es
indiscutiblemente con el pueblo, apoyándonos en él, en el “Poder Popular”, como
expresión del pueblo organizado. Para esto es imprescindible apoyarnos también
en el PSUV y demás grupos o personas revolucionarias, vinculados casi todos al
Polo Patriótico -no cooptado y sin burocratismo-. También debemos incluir a quienes puedan no
estar ni en el PSUV ni en el Polo, pero que poseen experiencia y compromiso
revolucionario, y que por diversos motivos han permanecido apartados o no
tomados en cuenta. Digo PSUV porque además
de ser el partido máximo líder, en él activan buena parte de los mejores
compatriotas de este país, y cuando digo PSUV no me refiero a su Dirección Nacional,
sino principalmente a los organismos y estructuras regionales, parroquiales,
municipales, comunales y patrullas.
Un
partido o movimiento revolucionario, sin constante debate interno está muerto,
como el fulano Fukuyama que creyó llegado el fin de la historia, y que ahora
debe tener la lengua donde uds., saben. Y serán los hechos, y el propio debate,
los que diriman las controversias que necesariamente habrán de surgir. El
debate interno educará, y señalará el camino. Lo aquí planteado ha sido
aceptado por el propio Comandante Chávez, quien en fecha lunes, 04 de mayo del 2009 expresó: “… que
haya corrientes internas es positivo, pero
que sean corrientes políticas y no personales”.
Tengo el pleno convencimiento, que
justamente, esa carencia de debate interno relevante y la consiguiente
implementación de los lineamientos que del mismo surgirían, es lo que no ha
permitido la justa corrección y evaluación de políticas y liderazgos, y cuando
se ha hecho ha sido mediatizada. Aún esperamos las conclusiones del debate
sobre las llamadas 5 Líneas Estratégicas. Cuáles fueron sus conclusiones, cuál
ha sido la implementación de las mismas. Hasta se nos ha mostrado algo casi
como una guía telefónica, “aquí están las conclusiones”, pero que me digan quiénes
las han leído o hecho algo con ellas. Uds. se imaginarán la respuesta, “es que
vienen elecciones”. Y cuando no. Acaso en Rusia en 1917, una guerra mundial y
una guerra civil que los involucraba directamente, con el pueblo muriendo en las calles y en las
trincheras, con elecciones a una Constituyente, evitó el debido debate, o es
que esperarán que semejante coyuntura se produzca.
Cómo construir la Corriente Radical. Por
qué la situación planteada en muchos documentos como este se ha producido. Cómo
ha sido posible si las bases somos más. Seguro hay otras causas, y la brevedad
de este trabajo no se presta, pero apresurar una respuesta es fácil, por la
dispersión de quienes expresamos más fielmente los intereses estratégicos de
las bases, del pueblo. Y cómo evitar esa dispersión, la respuesta es obvia y
hasta pueril, agrupándonos, conformando una corriente, “… pero que sean corrientes políticas y no personales”, como
señaló en Comandante y máximo líder. Sé que ya estarán saltando algunos, si
para eso están los Congresos de partido. Si claro, con elecciones mediatizadas descaradamente
por las instituciones cuyos recursos controlan los representantes de la pequeña
burguesía, y que de ñapa, sus resultados
sales sin auditoría interna y se anuncian luego de reuniones realizadas antes
de darlos. Recordemos que la mujer del César no sólo debe ser honesta, si no
también aparentar serlo. A quien crea muy errada esta apreciación, le recuerdo
lo señalado en las propias Líneas Estratégicas de Acción Política de la
Presidencia del PSUV:“… las aspiraciones de la militancia por lograr la democracia
interna, en cierto modo, han sido frustradas por algunos militantes con cargos
de dirección o de gobierno, los cuales manejan recursos y gestionan cuotas de
poder, para imponer a sus lealtades personales por encima de los auténticos
liderazgos populares, leales a los principios revolucionarios.”.
Entonces, no nos será fácil la
construcción de la Corriente, seguro habrá resentidos y tira piedras, pero se
forjará con debate y participación en la lucha de clases de nuestro pueblo.
Particularmente, he señalado metafóricamente, que la Corriente se conformará
con afluentes que irán convergiendo en el desarrollo de políticas comunes, pero
la práctica me ha ido convenciendo de la no viabilidad de los dos niveles de
esa teoría, Corriente y afluentes, y es que la dispersión es de tal grado, que
ahora creo en un tercer nivel, que para el trabajo teórico sobre la corriente
denomino de vertientes, Estás vertientes irán confluyendo en los afluentes, y
éstos en la Corriente, es decir, debemos ir confluyendo aunque no sea ya
directamente en la corriente, sino en agrupaciones que vayan contribuyendo a
derrotar la dispersión, que vayan unificando. Y aún para conformar las
vertientes hay convergencias de pequeños grupos. Lo importante es que el proceso ha comenzado,
y debemos hacerlo indetenible, aún en durante la campaña electoral, ya que a
partir de esas vertientes se puede y debe hacer un trabajo por la obligatoria y
amplia reelección de Chávez, que muestre una forma diferente de hacer política.
Lo importante es que le demos continuidad. Ya otras organizaciones han
desarrollado iniciativas sobre la Corriente, realizando esfuerzos loables que
nadie podrá negarles, y que espero, y sé continúan y continuarán. Ya se van
conformando afluentes y vertientes, no nos enrollemos en los nombres. Lo importante es que esfuerzos como ese y el
que hacemos muchos otros, se hagan dando ejemplo de amplitud, de no sectarismo,
no prepotencia, de buenos métodos, y claro, superando las críticas que hacemos
a la pequeña burguesía.