Sin matar o trasmutar el yo económico, no habrá hombres y mujeres distintos y libres. Los individuos somos sujetos de la economía, no sólo objeto. ¡Señores burgueses! No determina la economía al individuo, sino el individuo a la economía. Si los individuos fuésemos determinados por la economía, el harto sería el pacifico y el hambriento el guerrero y, según el capitalismo burgués, los hartos son los hombres de presa, y los hambrientos, el pueblo, al que ellos tienen so metido; el capitalismo, sus jefes, en su mayoría de clase burguesa…
Sí; la compatibilidad nacida de la subordinación. En lo decisivo, en luchar y matar, la pasión domina y a ella obedece la burguesía; luego, vienen los abogados y fiscales que forman el tribunal de la razón a sancionar el crimen, pero como abogado y fiscal son parte, siempre conviene en que hay motivo racional que justifica su acción pasional, inventando un alto y futuro fin.
La explotación a que nos tiene sometido la burguesía capitalista a los pobres desamparados del mundo, no puede examinarse aisladamente, desligada de las demás, prescindiendo enteramente de su origen. El capitalista no es un ente abstracto, sino un ser concreto de una raza o grupo étnico, de tal temperamento, que viene de una determinada época y de una determinada formación social. Todas estas formas de conducta condicionan su costumbre y deberemos tenerlos en cuenta, si queremos entenderlos.
El buen revolucionario procura ver en estos sujetos todo lo que hay. Ciertos camaradas tienen el talento de ver mucho en todo; pero les cabe la desgracia de ver todo lo que no hay, y nada de lo que hay. Una noticia, una ocurrencia cualquiera, les suministran abundante materia para discurrir en el aire.
Otros adolecen del defecto contrario: ven bien, pero poco; el objeto no se les ofrece sino por un lado; sí éste desaparece ya no ven nada. Estos se inclinan a ser sentenciosos y aferrados a sus temas. Se parecen a los burgueses: fuera del horizonte a que están acostumbrados, se imaginan que no hay más mundo.
El perfecto conocimiento filosófico en el orden doctrinario forma los verdaderos revolucionarios; en el orden práctico para la política; forma los prudentes, en la conducción del Estado. Pero este conocimiento ha de ser práctico, ha de abrazar también los pormenores de la ejecución, que son pequeñas verdades, por decirlo así, de las cuales no se puede prescindir, si se quiere lograr el objetivo. Echase, pues, de ver que el arte de pensar bien no interesa solamente a los filósofos, sino a las gentes más sencillas. No debemos tener el entendimiento en inacción, con peligro de que se ponga obtuso y estúpido, y, por otra parte, cuando nos proponemos ejercitarle y avivarle, conviene que su luz, sea bien dirigida para que no nos extraviara.
— ¿Dejarse matar?... Es una mentalidad de rex. Matar para no ser matado no se halla incurso en la negación de matar. Matar es una negación de la vida; matar para no morir es afirmación.
Quien derrota siempre a los tiranos no son los pueblos sumisos aburguesados, los derrotan los pueblos revolucionarios, auténticos, el pueblo derrota moralmente al tirano y es el único capaz de alzar a la Humanidad irredenta. Pero quien tenga una sensibilidad humana y tenga valor para enfrentarse con este mundo criminal y corrupto, sólo podrá evitar el mal privando a la burguesía de los medios para realizarlo.
Lo primero, que incurre el capitalismo es una mitología, ciertamente, muy vieja. Su primer efecto es potenciar a los seres humanos para el mal, negándoles su calidad de sujeto, al reducirlos a ser objetos. Es lo más eficaz para matar su conciencia... el dar al mal categoría de "necesidad", hasta lo consideran, como elemento de síntesis, transmutable en “bien”.
No hay petición de principios: simplemente, lo tomo de la realidad, de la práctica infalibilidad e inmutabilidad-proclamada del absolutismo dialéctico…
¡No! El capitalismo ha fracasado, su religión, la cristiana, es un absoluto fracaso universal; miren en torno de sí, miren al mundo cristiano suicidándose con la droga de su cobarde corrupción.
¡Pa’lante Comandante! Lucharemos, Viviremos y Venceremos.
Hasta la victoria siempre y Patria socialista.
¡Tenemos Chávez pa’rato!
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