Un golpe al timón

Luego de una larga temporada de rumores y me imagino que tambien de largas encerronas en las cuales los cardenales de la economía habrán debatido en el oscuro lenguaje de esa ciencia, hemos podido observar humo blanco en los cielos: ¡Devaluación habemus!

Me declaro ignorante frente a las esotéricas explicaciones (así  me lo parecen) del Dr. Giordani, a quien profeso un profudo respeto profesional, quiza precisamente por lo ignorante que me hace sentir cada vez que intenta explicarnos algo. Lo que si le he entendido claramente es que esos papelitos que llevo en el bolsillo, en espera de que aparezcan la harina precocida y el aceite, son ahora un 32% menos fuertes de lo que se declararon al ser imprimidos y que eso, aunque me lo pinten de color de rosa, va a significar una notable merma de mi capacidad de compra.

A quien siempre he entendido a las mil maravillas es a mi presidente Chávez, de quien por cierto recuerdo con claridad aquel reciente consejo de ministros regañados que todos conocemos como un “golpe de timón“ y al que Giordani se refiere ahora reiteradamente durante su explicación de las medidas económicas que pone en vigencia.

Eso del “golpe de timón“ es una bonita metáfora que nos remite a imaginar el Estado Venezolano como una nave que surca las agitadas aguas de la Historia, intentando navegar en contra del dominante viento capitalista, haciendo un manejo virtuoso del timón y siempre con rumbo a esa suerte de estrella polar que nunca se alcanza y que hemos acordado llamar Socialismo del S. XXI.

En esta interpretación libre de la metáfora, lo que el Dr. Giordani nos anunció no es precisamente un golpe de timón sino un golpe al timón que pone a la Nave del Estado en condiciones de mayor docilidad al viento dominamte de un capital que por las chiquitas se ha venido quedando ya con un 71 % del PIB 1.

Creo que uno de los problemas mas graves que padecemos ha sido dejarnos encantar por el conjuro de la palabra socialismo, tras la que muchos hemos dejado la vida. El solo hecho de que una suerte de encantador de serpientes nos haya dicho que vamos construyendo el socialismo, nos cegó para la simple observación de una realidad económica que si acaso, es neokeynesiana de forma vergonzante.

Pero volvamos al golpe de timón que nos propuso o mas bién, que Chávez le ordenó a sus ministros. Leo y releo la transcripción de aquella memorable reflexión de nuestro líder –y que hasta su retorno, bien pudiera calificarse de testamento político- pero no alcanzo a ver donde cabe esta devaluación en aquel discurso –lerdo que es uno—

El golpe de timón que nos propuso Chávez, ya apeándose del puente de mando, tuvo mas bien unas líneas maestras  que en nada se parecen a estas medidas que ahora se imponen.

En primer lugar, fué él mismo quien nos señaló la necesidad de no abusar de la palabra socialismo, quien reconoció que el lo relativo a la propiedad social de los medios de producción es bien poco o nada lo que hemos avanzado -si así no fuera, CARGIL2, GRUMMA3, POLAR et alia, no nos tuvieran en el brete actual del desabastecimiento-

Cuando nos dijo que el objetivo es el pueblo, parecía estar diciendo una verdad de Pero Grullo, pero lastimosamente tenía nuevamente razón cuando vemos hoy cómo su gabinete económico, pese al regaño se plantea como objetivo la circulación de la mercancía -única explicación coherente a las medidas que Giordani nos anuncia e impone-.

Ahora bién, dentro de la lógica del capital cabe preguntarse si acaso tenemos alternativas y cuales serían, puesto que esta devaluación no es sino la necesaria respuesta de integración a un bloque económico (MERCOSUR) en el que nuestros exportadores –capitalistas por cierto, antes de que algun mentecato descubra el agua tibia- no tendrían oportunidad alguna de competir. Y esto nos remite a la eterna pregunta de si acaso es posible avanzar hacia el socialismo circunscritos a los límites que impone un Estado que como cualquier otro es engendro necesario del sistema mundo capitalista. El dilema trágico consiste en que ni existe ni podrá existir jamás algo así como un “estado revolucionario“ a no ser que nos estemos refiriendo a un disfraz de carnaval. El Estado no es sino un modo se existencia del capital, una herramienta para que el capital continúen ejerciendo hegemonía sobre el trabajo. De modo que finalmente si nos ponemos un poquito pragmáticos, quiza el viejo Giordani termine teniendo razón... que triste.

1 “...podemos utilizar para nuestro análisis la data oficial del año 2010, en la que se demuestra que el PIB correspondiente al Estado, sólo alcanza un escuálido 29%, quedando el resto de la producción de bienes y servicios, como responsabilidad de nuestra importadora burguesía local, es decir el 71%. Lo que significa que a 11 años de proceso bolivariano, la economía mantiene su carácter eminentemente privado y los sectores empresariales siguen tomando la mayor tajada en el festín de la explotación a la clase obrera venezolana y extranjera que labora en nuestro territorio. Esta tendencia infeliz del PIB es generalmente tomada como “positiva” por el ingeniero eléctrico Jorge Giordani, ministro de Finanzas y Planificación, porque expresa una supuesta menor dependencia del petróleo (¡!)“ (http://www.aporrea.org/actualidad/a130027.html) (Consulta: 10-02-2013)

2 Cargill es un productor y vendedor de alimentos, productos y servicios agrícolas, financieros e industriales. Fundada en 1865, nuestra empresa de gestión privada da empleo a 142,000 personas en 65 países. Ayudamos a los clientes a tener éxito mediante la colaboración y la innovación, y estamos comprometidos a compartir nuestros conocimientos y experiencias globales para ayudar a cumplir con los desafíos económicos, medioambientales y sociales. (http://www.cargill.com/wcm/groups/public/@ccom/documents/document/br-at-glance-spain.pdf) (Consulta: 10-02-2013)

3 Fundada en 1949, GRUMA, S.A.B. de C.V. (“GRUMA”) es uno de los productores más grandes de harina de maíz y tortillas en el mundo. GRUMA se dedica principalmente a la producción, comercialización, distribución y venta de harina de maíz, tortillas y harina de trigo. Con marcas líderes en la mayoría de sus mercados, GRUMA opera principalmente en los Estados Unidos, México, Venezuela, Centroamérica, Europa, Asia y Australia y exporta a más de 100 países en el mundo. La compañía tiene sus oficinas corporativas en Monterrey, México, y cuenta con alrededor de 21,000 empleados y 99 plantas. En 2011, GRUMA logró ventas netas de aproximadamente US$4,100 millones, de las cuales el 66% provinieron de las operaciones en el extranjero. (http://www.gruma.com/Documentos/seccion_7/Categoria_579/SHB-RENUNCIA-DIC-12-E.pdf) (Consulta: 10-02-2013)

cajp391130@yahoo.es



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Pedro Calzada


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