La carta de la Orchila, voló de una ventana del Hospital Militar para posarse en mis manos: “¡¡Aquí estoy resistiendo!!”

“Toca mi costado Tomas, para que sientas la herida de la lanza del centurión” ”Bienaventurados los que no vean y crean, porque de ellos será el reino de los cielos” Un Carpintero de Nazaret

Lázaro estuvo conmigo cierta noche por la Habana vieja, susurrándome al oído:

“De la misma manera que me dijo aquel día, levántate y anda, lo hará contigo llanero…

Y caminaras y andarás para socorrer a los miserables nuevamente”……………..

Solo los que quisieron patria y vinieron conmigo saben que estoy en todas partes…

A pesar de estar entre estas cuatro paredes del Hospital Militar, luchando contra la muerte sin pedir ni dar tregua, al igual que ella…

Les podría decir sin que nada me quede por dentro:

Estoy dando la cara nuevamente, en el día del “Por ahora”…

Estoy en Miraflores descendiendo del helicóptero cuando ustedes me liberaron…

Estoy en todos los abrazos a mi pueblo, con los ancianos, con la ternura de los niños en mis mejillas, acariciando a todas las madres del barrio, porque estoy seguros que esos abrazos perduraran en sus cuerpos hasta el último de sus días…

Estoy enfrentando a la muerte en la avenida Bolivar al cierre de mi campaña, con el palo de agua, que yo bauticé, la bendición de San Francisco…

Estos caminando por los predios de la casita humilde de mi abuela Rosa Inés, recibiendo los rezongos de mi viejita nuevamente…

Estoy en la Orchila a solas con mi tristeza…

Estoy en tierra gringa, desafiando al diablo con aroma a azufre en la ONU, sin que me temblara el pulso…

Estoy en la risa de todos los viejitos en su primer cobro de pensiones en tiempos de amor…

Estoy bailando un joropo en las fiestas de Elorza en tiempos de cadete…

Estoy frente al Samán de Guere, jurando liberar a la patria, para sentir lo que sintió Bolivar en el Monte Sacro, para palpar la magia del Libertador con su delirio del Chimborazo…

Estoy con mi soledad en el Cuartel San Carlos…

Estoy en cada casa y apartamento de mi Misión Vivienda, en el rostro de alegría de una familia ilusionada…

Estoy en cada sonrisa de todos mis camaradas, en cada lágrima de mi pueblo, en cada sufrimiento, en cada alegría…

Estoy en todas partes…

¡No lo olviden!

Los que quisieron patria y vinieron conmigo…

Saben que es así…

(…)Anoche soñé, que mi comandante lanzaba esta carta por una ventana, mientras luchaba contra la muerte…

NECESARIO ES VENCER


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José Varela


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