Si usted tiene un dolor de muela, seguramente piensa: “bueno lo puedo tolerar”, si el dolor no cesa recurre a un calmante, si el dolor se hace intolerable aún después del calmante, usted buscará soluciones más drásticas.
Cuando se recurre a soluciones drásticas ante el dolor de muela, es porque quizás su ¿tolerancia? impidió que se tomaran los correctivos de salud odontológica a tiempo, en la mayoría de los casos la solución es ¡sacar la muela!
La situación se hizo insoportable, ya no se podía mantener más esa realidad personal, se sacó la muela de raíz, literalmente hubo una transformación radical.
En la sociedad, una revolución puede fracasar por su exceso de tolerancia o por su intolerancia, es una relación dialéctica y de sobrevivencia.
Lo intolerable: el asesinato de policías (desmoralización) o de cualquier ciudadano sin que haya un castigo ejemplar, el contrabando de gasolina, alimentos subsidiados o primera necesidad, el narcotráfico, el delito cambiario. Intolerable un policía o guardia nacional infringiendo la ley, intolerable el caos de transporte y motorizados, acaparamiento, especulación, la impunidad, etc.
En la democracia coexisten dialécticamente, la tolerancia y la intolerancia, pero la manipulación mediática nacional e internacional contra la Revolución Socialista en Venezuela nos ha hecho caer en la trampa de confundir democracia con tolerancia (anestesia social) e intolerancia con dictadura.
En la Venezuela revolucionaria –asechada y atacada por el imperialismo y la burguesía lacaya– la tolerancia (como anestesiante) la negligencia ante lo intolerable, no tienen otra lectura que alevosía.
En Venezuela estamos llegando a límites en que: el Pueblo-Gobierno o realizan transformaciones radicales o se pierde la Revolución.
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