La política del Ejecutivo nacional está orientada a mantener la senda del crecimiento económico, con la asignación de los recursos en coherencia con los objetivos del Proyecto Nacional Simón Bolívar, que promueve impulsar la actividad económica sustentada en la política social sostenida y financiada por la nueva política energética de Plena Soberanía Petrolera, basada en el rescate de nuestras reservas. Este enfoque que dura ya 14 años, ha sido el centro del debate. Esta manera de abordar la política económica poniendo como centro la política social financiada por el Valor de Retorno de la Exportación Petrolera, trastocó los cimientos ideológicos y políticos de la política económica convencional basada en la teoría neoclásica que considera que el tema central del Desarrollo es económico, argumentando que lo que organiza lo político es lo económico y sus leyes y más precisamente el mercado y sus leyes consideradas cuasi naturales sistematizadora del poder de la burguesía sobre toda la sociedad, con más precisión, la síntesis de la perspectiva keynesiana y la neoclásica, de Paul Samuelson, junto con su versión monetarista, derivada de enseñanzas de Milton Friedman, que es la sistematización teórica del poder político del sistema financiero, sobre toda la sociedad, que es igualmente, el dominio del imperialismo a nivel global. Recordemos que el Dr. Miguel Rodríguez ex ministro de Carlos Andrés Pérez II decía que la mejor política social es una buena política económica. Primero lo Económica y después lo social.
La Economía Neoclásica fue desarrollada independientemente en la década de los 70 del siglo antepasado, por el austríaco, K. Menger, con sus Principios de Economía Política, el inglés W.S. Jevons, con su obra “Teoría de la Economía Política” y el Franco-Suizo L. Walras con su trabajo: “Elementos de Economía Pura.” Esto significó la instauración de una nueva perspectiva que eliminó, de la teoría, las clases sociales que formaban los cimientos de la teoría clásica y remplazada éstas por los agentes económicos individuales, con una misma racionalidad. A partir de esta sustitución, el productor y el consumidor, el oferente y el demandante, exhiben la misma racionalidad. Se funda la teoría que expresa los intereses de la clase burguesa. La optima combinación de factores, racionalidad del capitalista descubierta por los clásicos, es ahora trasladada al consumidor individual, por la Escuela Austríaca, cuyo comportamiento racional se expresa en la maximización de la satisfacción de sus deseos mediante la combinación optima de bienes con sus ingresos limitados, siendo totalmente pasivos frente a los mecanismos del mercado que son independientes de su voluntad, los cuales les señalan, mediante los precios, la respuesta adecuada.
Mediante esta operación la sociedad en su conjunto asume la racionalidad capitalista. Con el triunfo definitivo de la burguesía, sobre el resto de las clases sociales, se establece la Teoría Económica Subjetiva en su versión neoclásica y sus diferentes variantes en el transcurso de su historia, como la teoría económica oficial de los estados burgueses.
Ahora bien, si pensamos que el asunto es de lucha de clases, y lo que en realidad se dirime en Venezuela es la apropiación del Valor de Retorno de la Exportación Petrolera, entonces, la teoría que sirve para analizar, comprender y dar respuestas, es la teoría marxista, cuyo eje, tanto en textos anteriores a El capital, como en éste, en la sociedad burguesa, es el conflicto entre sus dos clases constitutivas, la burguesía, como dueña exclusiva de los medios de producción y por otra parte, la clase de los trabajadores, explotados por aquella, entonces, lo dirimido en el debate presente es, desde este punto de vista, nuevamente la relación entre lo político y lo económico, pero para esta segunda perspectiva, lo político, es decir, quien debe detentar el poder en la sociedad, es lo que va a determinar las formas de apropiación privada o no del excedente social, de organización de la producción y de la reproducción de la vida material, es decir, las relaciones de producción, la base económica de la sociedad formulada por Marx en el texto “La Ideología Alemana.”.
En consecuencia, lo que se ventila en esta discusión es si lo que existe en la actualidad es una guerra económica por parte de la burguesía utilizando las tácticas de acaparamiento para generar escasez programada y lograr los aumentos de precios especulativos que dispararen la inflación y crear un colapso económico con el objetivo desestabilizar al pueblo venezolano y lograr por esa vía que el pueblo identifique al gobierno como su enemigo, como el culpable de su situación de incomodidad y empobrecimiento y no identifique al empresariado como su enemigo, como ocurrió el 27 de febrero de 1989. O, dicho con otras palabras, si la escasez y la inflación son causadas por la errada política económica del gobierno o por la conspiración de la lumpenburguesía, para derrocar el gobierno.
El Comandante Chávez definió a la burguesía organizada en FEDECÁMARAS como enemigos del pueblo y de la patria el 3 de junio del 2010:
http://www.youtube.com/watch?
“...claro como todos saben, ustedes, FEDECÁMARAS y sus aliados en la burguesía nos han declarado la guerra económica y yo la he aceptado. Llamo al pueblo, al gobierno, a todos, a la guerra económica, no podrán con nosotros los oligarcas y sus medios de comunicación...FEDECÁMARAS los huevos de la serpiente. Se consiguieron ahora con la revolución bolivariana, con un pueblo con un presidente, un humilde soldado sí, y no se va a doblegar ante el poder que ustedes creen tener, sino que estoy aquí más bien para desenmascararlos ante el país, son enemigos del pueblo, son enemigos de la patria y todas las redes que manejan, la burguesía venezolana y sus organismos, pero el centro, el nido de la serpiente, es FEDECÁMARAS. Si algún empresario honesto de verdad como los hay en Venezuela, se siente ofendido creo yo que les queda un recurso, libre como es cada quien en este país, salirse de FEDECÁMARAS, porque ése es un organismo enemigo de este pueblo y bueno dime con quién andas y te diré quién eres, no es imprescindible.”
Si analizamos la crisis política actual desde la teoría neoclásica, lo primero que desaparece es el conflicto de clases, “la política.” Desaparece al mismo tiempo las relaciones de dependencia económica que nos atan al imperialismo norteamericano, aspecto central de nuestra política bolivariana, caracterizada por el Presidente Chávez, el 29 de febrero 2004, en el jardín botánico de la UCV como una Revolución Bolivariana antiimperialista, de liberación nacional, y luego del 2005-2006 de tránsito hacia el socialismo. Al desaparecer del análisis estos aspectos centrales nos quedamos con la perspectiva teórica de la burguesía. En la etapa actual leeríamos el acaparamiento y la especulación, como todos los economistas de la MUD, como el Economista jefe del programa de gobierno de Capriles José Guerra y como aquellos que dentro del campo de la Revolución Bolivariana, ven los problemas económicos, no como resultado de la lucha de clases sino como malas políticas económicas del Gobierno Revolucionario. Por ejemplo, el uso por parte de la burguesía, del acaparamiento y la especulación como instrumentos de lucha para generar escasez e inflación, lo percibiremos como fenómenos económicos, el acaparamiento se transforma en escasez y la especulación en inflación, trocando la lucha política en problemas económicos. Ocultando la lucha de clases.
Al efectuar esa maniobra de ocultamiento de la lucha de clases y transformando la política en problemas de inflación y escasez, en problemas económicos, aparece entonces, la necesidad de resolverlos desde la política económica fundamentada en la teoría neoclásica. Desde la perspectiva de la burguesía. No desde el punto de vista de la clase obrera, de los empleados, del pueblo desprovisto de medios de producción. Y los problemas de escasez, según esta teoría burguesa, siempre permanecerán vinculados al libre mercado, precios, productividad, etc. Y los problemas de inflación siempre estarán referidos a los ámbitos, financiero, monetario y cambiario. Lo que quedará es definir políticas económicas que favorecen a la burguesía. Política económica “burguesista.” De esta manera, fortalecemos al capitalismo y a la burguesía, creyendo que estamos en transición al socialismo.