No es el título de una película de terror .Es una invasión real de un ejército, que empezó a crecer hace 25 años. Lo traduje al italiano, pues los Castrati, son de la Italia del 1500. También el Fascismo nació en Italia, y hoy ambos fenómenos subsisten, no casualmente… en el Capitalismo.
Cuando leo artículos ,ensayos, libros, periódicos, revistas, veo obras de teatro o películas,, dirigidos por aquellos que ejercen esa función intelectual, sean ellos, periodistas, escritores, ensayistas, analistas, académicos de disciplinas varias, dramaturgos, guionistas cinematográficos, directores artísticos del cine, teatro o de la televisión, etc.,… en algunos casos particulares, me viene a la mente la imagen de los “castrati”.
Para entender esta sensación, permítanme hacerles recordar en breve sinopsis, quienes eran los “castrati”.
Durante el reinado del papa Paulo IV, allá por los años 1500, este prohibió a las mujeres cantar en las iglesias .La prohibición se extendió también al canto y a la actuación teatral en presencia de público. Por eso en los teatros o donde fuesen necesarias voces femeninas, se las reemplazaban por niños varones.
El problema surgía, cuando los niños llegaban a la pubertad y cambiaban la coloratura de su voz.
Entonces, pasaban de la voz de soprano, a la del barítono hasta la del bajo, típicamente masculina. Y eso obligaba a buscar otros, que pudieran sustituirlos.
A alguien se le ocurrió, que sería una solución, castrar a determinados niños varones, que tuvieran condiciones para simular la voz femenina.
Esa operación consistía en la amputación de los testículos, con el fin de que no pudiesen producir, hormonas sexuales masculinas, responsables de la muda vocal, que se opera en la pubertad. Esa intervención solía realizarse entre los 8 y los 12 años de edad
Pero eso no fue problema, para la Iglesia Católica de aquellos años, quien a través del Santo Oficio de la Inquisición, tenía una excelente práctica para torturar.
De esa forma, al crecer esos niños mutilados, se obtuvo cantantes con voz femenina de niño, pero con la potencia pulmonar de un adulto, que tenían coloraturas de soprano.
Así aparecieron los “castrati”, que eran famosos, en la alta sociedad para quien actuaban.
Agradezcamos que el actual Papa Argentino , apenas prohíbe entre otros, el aborto, el divorcio y la práctica del sexo de los curas y las monjas, y no se anima, a los arranques sadistas de Paulo IV .
Bien, volviendo al inicio, si bien los intelectuales a los que me refiero, no ejercen el “bel canto”, nos entregan “su voz” a través de la escritura, en diarios y libros, las imágenes del cine y la televisión o las obras teatrales, etc.
Pero entre estos señores, que ejercen su intelectualidad, en el seno de la sociedad humana, debemos distinguir, aquellos que lo hacen desde su propia voz, entendimiento y responsabilidad, de aquellos que alquilan ese entendimiento, y no ejercen su propia voz, sino la de los que se la implantan. A estos últimos me refiero como INTELECTUALES CASTRADOS
Es necesario tener en cuenta, que los intelectuales son responsables, de los contenidos de sus obras, y que sus contenidos, forman parte de los ladrillos, que se utilizan para construir, la Superestructura ideológica y cultural de los pueblos.
Pero ocurre, que esa Superestructura, se apoya en la estructura material, del sistema Capitalista en el que vivimos.
Estructuras económicas, que se basan en la explotación por unos pocos privilegiados, de la fuerza de trabajo de las inmensas mayorías, y la posesión privada de los medios de producción.
Y que esas Minorías, detentan el Poder político, basados en el Capital, producto de la apropiación de los excedentes, de la riqueza producida por los trabajadores, y el uso privado de los bienes de la Naturaleza, que le pertenecen a todos los seres humanos.
Hechos estos de la realidad objetiva, que a esta altura de la Historia, los intelectuales conocen a la perfección, cualquiera sea la posición ideológica que adopten.
Pero los intelectuales castrados, eluden cuidadosamente, referirse a estas estructuras materiales del sistema Capitalista.
No comentan ni informan, sobre su influencia, en la repartición injusta de las riquezas, las consecuencias que la explotación del trabajo ajeno, causa en la alienación de la vida de los trabajadores, la injusticia en la apropiación privada e irracional de los bienes de la naturaleza, como las tierras, el agua, el petróleo, el gas, los bosques.
Los intelectuales castrados son, como aquellos analistas y politólogos académicos, sutiles aliados del Capitalismo, que desarrollan argumentos, que aunque entran en serias contradicciones con la realidad, se basan en subjetividades inventadas, flotando sobre la exigida inmovilidad, de las relaciones de producción capitalistas.
Toda esa tarea de distracción y ocultamiento de la realidad, es la que lleva adelante un ejército de intelectuales castrados, que son el apoyo logístico del Capitalismo, dilatando en el tiempo, la necesaria concientización de los explotados.
Constituye además, una brutal traición a los trabajadores, de los cuales forman parte, ineludiblemente los intelectuales,
Más aun, una traición al ser humano, su congénere, con el que comparte la única vida de escasos años, en la que por la castración de su sentido de la solidaridad, logra aislarse y adoptar el bando de los apropiadores.
Y aquí hago un aparte, para incorporar a las mujeres intelectuales a este análisis, ya que si bien Paulo IV las prohibió intelectualmente, en los 500 años que pasaron desde aquella Bula, la mujer gano sus derechos igualitarios, en intensas luchas y en un camino nada fácil.
Pero hoy, que puede ejercer las mismas actividades intelectuales que los varones, y debe exponer sus ovarios en la arena publica, corre el mismo riesgo, de sufrir la amputación de sus colegas masculinos.
Aquellos “castrati”, eran castrados por imposiciones de la Iglesia Católica, estos intelectuales lo son por las necesidades del Capitalismo.
La diferencia reside en que, en el primer caso, se empleaba el cuchillo bisturí, en el segundo, se emplea la capacidad castradora del dinero.
Algunas Características para reconocer a los intelectuales castrados
Son los que aceptan su castración intelectual y ya no creen en un mundo nuevo, en los cambios que puedan transformarlo y producir una vida mejor y más justa.
Aceptan la vasectomía moderna intelectual, para no embarazar a las nuevas generaciones de esperanzas, a cambio de la seguridad económica y los lujos insignificantes de la clase media.
Prefieren ser los equivalentes al Flautista de Hamelin, arrastrando tras de sí a los jóvenes al engaño o al suicidio político y al ahogo del porvenir.
Son los que más protestan contra la censura oficial, y no se entiende porque, ya que vienen practicando la autocensura desde la castración.
Así como los “castrati” eran originalmente varones, que cantaban con voces de mujer, algunos intelectuales castrados, dicen que piensan izquierda, pero venden ideas de derecha.
Son los que cambiaron la famosa frase “las ideas no se matan” atribuida a Voltaire, por la de “Las ideas no se matan…… se tergiversan “…de la CNN.
Son los eunucos, que los dueños de los medios de comunicación, instalan en los diarios, canales de televisión, radios, etc. para vigilar que las ideas anticapitalistas, no violen a sus redactores, periodistas y comunicadores.
Afectuosamente