El PSUV debe renovar sus autoridades en el venidero congreso porque así lo dicta la Constitución Bolivariana en su artículo 67. Allí se consagra que los partidos deben hacer elecciones internas para legitimar a sus directivos nacionales, estadales y municipales así como sus futuros candidatos a cargos de elección popular. La Carta Magna establece esta clara exigencia válida para todas las organizaciones políticas, tanto del chavismo como de la oposición.
Es más, aquellos aliados del PSUV que todavía no han cumplido con este requisito deben acatar el mandato constitucional en concordancia con la moral revolucionaria. Todo esto obedece a que la alianza chavista debe servir como instrumento democrático de participación popular, no como herramienta al servicio de sectas oportunistas ni caudillos vitalicios.
La trágica desaparición física del camarada Hugo Chávez así como la violencia política desatada por las guarimbas hacen pertinente realizar un gran Congreso Extraordinario de carácter unitario que incluya entre sus puntos de discusión: Elección de nuevos dirigentes del partido y la lucha de todo el pueblo contra la violencia política.
Este nuevo proceso preparatorio en ruta al próximo Congreso del PSUV debe servir para debatir en profundidad con las bases chavistas de todos los orígenes y militancias para escoger nuevas autoridades partidistas y garantizar el logro de resoluciones estratégicas y de carácter vinculante. Ello hará posible que el chavismo se reorganice estructuralmente y sea ratificado como primera fuerza nacional así como una importante referencia para la izquierda moderna en la América Latina.
