El pasado domingo 25 de mayo se celebraron dos procesos electorales muy importantes para el acontecer de la política venezolana, por un lado dos municipios reafirmaron su convicción de oposición al gobierno del Presidente Nicolás Maduro y eligieron sus nuevos alcaldes, con la salvedad que para los entendidos en política eran dos victorias cantada de la oposición venezolana, por otro lado, en la República de Colombia, se impuso en primera vuelta la fórmula representada por el partido Centro Democrático.
Y son dos acontecimientos o eventos políticos que están poniendo a prueba la capacidad democrática del gobierno venezolano, al tener que lidiar con una oposición interna bien marcada y definida; y posiblemente de ganar en segunda vuelta en Colombia el candidato Oscar Iván Zuluaga, con una oposición internacional también bien definida y clara en cuanto a la situación de Venezuela.
Son escenarios políticos que vienen desarrollándose con mucha fuerza, rapidez y contundencia en y hacia Venezuela, donde su economía está bastante atormentada y llena de contradicciones, pues solo saber del propio ente oficial - Instituto Nacional de Estadística – INE, que la pobreza se ha incrementado de 2012 a 2013 en Venezuela de 21.2% a 27.3%, donde se han diseñado y construido diferentes mecanismos de esfuerzos y políticas para combatir el flagelo de desigualdad social mejor conocido como pobreza, dejan mucho que decir.
Deben estar prendidas las alarmas en el Gobierno Nacional y en los gobiernos regionales, pues el gasto social del que permanentemente hablan los personeros del gobierno, dedicado a saldar la deuda social con el pueblo, pareciera a la luz de estos resultados que no esta causando el efecto deseado, y eso realmente es grave, para quienes tiene la esperanza y el derecho de mejorar su nivel de vida.
De manera que los dos grandes factores de gobernabilidad como lo son el político y económico, deben rediseñarse de acuerdo a los actuales resultados indicados por el INE, pues difícilmente se podrá gobernar en paz y sosiego, mientras haya este permanente resquebrajamiento de la economía, y aquí no se está simulando que hay que bajar la guardia y agachar el lomo a los grupos económicos que solo les importa el capital y su bienestar económico, no, aquí se trata de meterlos en cintura en el buen sentido de la palabra con todo el andamiaje y el basamento jurídico que tiene el país, además con la concertación clara y el dialogo sincero se puede llegar a la concertación de políticas públicas que lleven el país a feliz término.
En lo político hay que también hacer el esfuerzo democrático por entenderse entre ambas partes, gobierno y oposición, para poder generar un cuadro político y un clima de gobernabilidad y convivencia muy necesario por cierto, y acorde con el mundo globalizado que hoy se vive; en los procesos electorales vividos el pasado domingo, donde la oposición volvió a marcar su camino oposicionista inclusive incrementando notablemente su votación, pareciera que no queda otro camino posible en convivencia, que el dialogo y la transparente negociación.
De manera que lo económico está íntimamente ligado a lo político, de las políticas que se implementen se verán reflejados los resultados esperados o no, y esto unido a la actual configuración del país, dividido en tres toletes bien marcados cada vez que hay procesos electorales, indican el necesario esfuerzo de dialogo y convivencia que ha de ponerse en practica permanentemente para poder crear un ambiente de gobernabilidad.
Por otro lado el Táchira fronterizo y el Norte de Santander, seguirán expectantes y viviendo la actual coyuntura binacional que nos puede deparar sorpresas poco alentadoras, a la luz de los acontecimientos de un proceso y dos elecciones.
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