Y así se irán pirando, vendrán sus relevos, y el pueblo pendejo seguirá poniendo los muertos. ¿No será que buena parte de los no chavistas tiene razón al sospechar que esta Justicia nuestra es tan lerda o más como la de los puntofijistas, porque, contando con tantas y pesadas evidencias, sólo ponen presos a los más pendejos de la partida?
Veamos: Tanta alharaca, tantas supuestas pruebas derivadas de las investigaciones serias, científicas, creíbles, con mucho peso jurídico dicho por los propios expertos involucrados en esas investigaciones y denuncias, pero sin contarse con la mano que pueda ponerles el ejecútese con la brevedad bélica que los actuales sucesos lo ameritan.
Puesto que, si no termina en nada este paquete de dimes y diretes cívico-burocrático, no sólo seguirán amparados en su impunidad o intocabilidad por parte de “pendejos, ahora metidos a poderosos”, como una suerte de injuzgables e inapresables que disfrutan por su sola condición mantuana, y, de pasapalos, tampoco indemnizarían los daños millonarios daños patrimoniales públicos y privados que han dejado tras de sí. Ya que al fin y al cabo es un patrimonio de los pendejos que aquellos no tendrían por qué reconocérselos.
Ahora que, dándole al gobierno el beneficio de la duda: el Presidente Maduro (NMM) dejó entrever que, en caso de fugas al exterior de delincuentes y verdugos de alto rango, se podría contratar bufetes extranjeros para que sean ellos, allá lejote, quienes incoan las demandas correspondientes, habida cuenta de lo difícil que es en nuestro país hallar abogados que le echen bolas de verdad, verdad, y decidan dejar el pellejo en el camino de verdaíta, verdaíta, aunque sólo sea para sacarles tremendo billete a los poderosos del caso.
Si en algo son “honestos” los gringos es en sacarles dórales a quienes los tengan a través de juicios legales y legalitos.
Una cosa es clara y debe ser clarísima. Son muchos los amedrentados ejerciendo la Justicia, esto incluye fiscales en general. Se sienten inseguros; también los contralores,unos por estar amenazados, ellos, directamente, o sus familiares, otros porque intuyen que si esto no termina bien, les pasarían factura. No corren riesgos, pero tampoco dejan que otros los asuman. No son precisamente Ricautes, ni Danilos, y por eso flaquean, se muestran ultraelásticos ante los apellidados y la alta burguesía moderna, y criolla, y parasitaria, y narcoindustrial, y cadivista, y en esa tolerancia cogen cola sus serviles verdugos.
[1] Véase, por favor: http://www.aporrea.org/