En 2014, el PSUV está dando un paso histórico en cumplimiento de la Constitución Bolivariana al iniciar el proceso de escogencia de sus delegados al congreso. Ello facilitará la renovación de sus autoridades, tal como lo dicta expresamente nuestra carta magna en su artículo 67.
Dicha norma consagra que los partidos deben hacer elecciones internas para legitimar a sus directivos nacionales, estadales y municipales así como sus futuros candidatos a cargos de elección popular.
En efecto, se trata de una condición aplicable a todas las organizaciones políticas, tanto del chavismo como de la oposición.
No menos importante es subrayar que las elecciones internas de los partidos deben orientarse según el modo expresado en el artículo 63 del texto fundamental, que reza: las elecciones deben ser libres, universales, directas y secretas.
En consecuencia, aquellos aliados del PSUV que todavía no han cumplido con este requisito deben acatar el mandato constitucional como demostración de su observancia a las normas y su disciplina revolucionaria.
El polo patriótico debe seguir el ejemplo del PSUV y servir como verdadero instrumento democrático de participación popular, más allá de ambiciones personales o grupales que prevalecieron en la Cuarta República.
La irreparable desaparición física del Comandante Hugo Chávez así como la violencia política desatada por las guarimbas este año y el intento aislado por crear una corriente disidente o divisionista en la revolución, han hecho pertinente la celebración de un Congreso profundamente unitario que incluya entre sus puntos de discusión: Elección de dirigentes, máxima unidad del chavismo, y lucha de todo el pueblo para derrotar la guerra económica y la violencia política.