Cómo interpretar la importante abstención en las elecciones para delegados del PSUV

Y soy un defensor de la lucha contra el secretismo, porque detrás de esa adornada alfombra es donde se ocultan las fallas que tenemos, y los interesados en que sea así y siga así.”

Raul Castro:

Discurso pronunciado en el Palacio de Convenciones.

La Habana, 18 de diciembre de 2010

A estas alturas debería haber cifras oficiales del partido acerca de la participación de la militancia en el proceso electoral donde se eligieron a los delegados que asistirán al III Congreso Nacional del PSUV, pero la maldición del secretismo, cómplice de la ineficiencia, está bloqueando la verdad y en consecuencia bloquea la posibilidad de ubicar las fallas y sus culpables (sobre todo los culpables). Pero los militantes que participó,, sabe la realidad. No me aventuraré a dar cifras aproximadas, aunque sepa que están muy cerca de la verdad, pero puedo afirmar sin temor a equivocarme que la abstención fue “altísima”. Esto debería dejarnos claro que jamás se puede medir la fortaleza de un partido por elecciones a cargos de elección popular como Presidente de la República, gobernadores, alcaldes, diputados, legisladores y concejales, porque en estos casos la gente vota para apoyar o castigar una gestión, o proyecto político, pero no podemos pensar que eso es una acto de militancia; si así fuera, el apoyo a la Revolución fuese igual a los resultados del domingo. Si así fuera, estamos fritos. Pero no es así. La Revolución cuenta con un importante apoyo todavía; a pesar que le falta ese elemento primordial como lo es el partido.

Los resultados del domingo evidencian un partido abandonado; donde los que están inscritos, si bien la mayoría sigue apoyando al proceso, no se sienten militantes del partido, porque el partido jamás ha desarrollado ninguna política con ellos. Es como cuando la gente cree en Dios pero no en la iglesia. Esto significa que el partido necesita una reestructuración a fondo, de la que ya hemos hablado en oportunidades anteriores.

En lo personal he escrito varios artículos refiriéndome a la necesidad de que el PSUV se convierta, en la práctica, en un verdadero partido revolucionario, y muchos articulitas de Aporrea también han hecho muchos aportes en ese sentido. Ojalá y acepten nuestras críticas como lo que son: sanas críticas que buscan enmendar fallas evidentes que afectan la salud del proceso revolucionario.

El partido es una pieza clave en la ecuación: Pueblo + Partido Revolucionario + Gobierno Revolucionario = Socialismo: Sin uno de esos tres elementos concurrentes, no hay posibilidad alguna de llegar al Socialismo.

Considero que antes de cualquier debate acerca de la coyuntura económica, social y política del país, debe darse el debate para hacer una reingeniería del partido con el fin de que pueda crearse una vinculación sistemática y permanente con la militancia y el pueblo, a través del trabajo comunitario, organizativo e ideológico; para lo cual es necesario que quienes dirijan el partido se dediquen al partido, lo que supone que quienes dirigen el gobierno no pueden dirigir el partido. Eso evitaría que el partido quede acéfalo porque sus cabezas están dedicados a la gestión de gobierno; y además garantizaría que se diseñen políticas de manera permanente y un seguimiento al trabajo del partido.

Otro punto vital es que todo método distinto a la elección directa de autoridades del partido, debe ser eliminado. Cualquier otro método para elegir autoridades y candidatos a cargos de elección popular, es inconstitucional y peligroso pues cercena la moral de la militancia.

Comencemos por organizar la casa. Las discusiones sobre las políticas sociales, económicas, culturales, etc., deben ser objeto del debate permanente del partido en su necesaria interacción con el pueblo y el gobierno.

 

valgo7968@gmail.com



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Juan Carlos Valdez G.


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