¿Qué es una revolución?

…Y por qué los pueblos insisten en ellas? Me contó un amigo (no sé de donde carajo lo saco) que en los tiempos de JESUCRISTO igual existía la viveza, la trampa, el engaño. Mi amigo me cuenta que uno de los padres más inteligente fue el del último Jesucristo. Fue muy sencillo, me dijo: “Antes de que apareciera ese hijo de Dios en la región diciendo que llegaba enviado por el padre del Universo lo habían hecho bastante, pero ninguno pudo demostrar que poseía poderes sobrenaturales.

Pues bien hete pues que José, el carpintero, agarró a su muchacho y lo mandó unos años a lejanos países, donde aprendió trucos, magia, levitación e hipnotismo. Pues bien cuando regresó era un gran Houdini, un Gran Henry, un inmenso David Cooperfield. Cuando los encargados de probarlo para que expusiera el por qué se sentía el primogénito de Dios, éste puso de manifiesto todo lo aprendido y los fulanos que lo probaban quedaron loco e bolas. Por eso le dieron el visto bueno y comenzó a sufrir los males que decían las viejas escriturar muy bien redactadas por los Sabios Religiosos de la época. Jesús levantaba muertos, curaba enfermos, caminaba son el Jordán, producía vinos en fiestas para que todos rumbearan y recibió el beso de Judas en una noche tenebrosa y fría.

Se llevó el gran premio y se hizo inmortal, gracias a las pericias pensantes de José su padre (Si usted cree que soy ateo; está creyendo la verdad si el mundo no creyera en santos ni magos y se dedicara a ayudar a los humanos que sufren y padecen, todos seríamos SANTOS y no habría que pensar en un cielo que no sabemos de dónde carajo se sostiene y para qué sirve si todos son espíritus que no se ven)

La vaina de la revolución siempre ha existido. Para que salga un líder revolucionario, éste tiene que ser un sufrido, un valiente, un carajo con pelos en el pecho y en las bolas, un aguerrido militar, un ejemplar abogado, un miliciano valeroso, un sindicalista de luchas y miles de batallas, un cuasi analfabeto que “haiga peleao por la libertá, nojoda”: un líder no sale de Yale ni de Oxford, menos de la Sorbona: estos lo que son es transformadores de esteras para joder a la gente con una exquisita verborrea y una mente adicta a la burla. “yo he dormido hasta en el suelo, camaradas”.

RECORDAMOS AL LÍDER Hugo Chávez Frías: rostro como embardunado de hollín mirada soñolienta, brillo en los pómulos, voz varonil, enfrentando a unas cámaras de televisión: “Yo creo que por ahora… El país debe enrumbarse” Y ¡pum a la cárcel. Hasta ahí llegaron los aduladores, vulgo jala bolas, a retratarse con él abrazarlo, a decirle que “jamás habían visto a nadie más arrecho” y se llevaron las fotos para cuando saliera de la cárcel. Los tramposos, los traidores olfatean a los líderes y a ellos se apegan hasta que puedan sacarles provechos.

Nadie censuró a ninguno cuando comenzaron a aparecer las traiciones contra Chávez y la Revolución: eran los HOMBRES DEL PRESIDENTE y manejaban lujosas camionetas, adquirieron quintas, bellos pent house, mansiones, viajes al exterior a no “hacer un carajo” y luego regresaban diciendo que estaban en “misiones secretas”, malditos chulos.

Metieron a sus primos, sus tíos, sus panas, sus abuelas y abuelos, sus amantes, regalaron apartamentos de la Misión Vivienda a “carajitas” de algunos hoteles de Sabana Grande, porque tenían que aprovechar la inoculable vejez que les aprisionaba el desvencijado pene, para gozar a costilla de El Estado dentro de la administración pública. Les dieron becas a “trabajadores” que no eran tales y llenaron las arcas de la administración de inmensas nóminas (traición a la Revolución y a Chávez) para que dirigieran sin saber hacerlo y cobraran sin merecerlo (eso fue traición a la Revolución y al líder)

Cuando Chávez murió, comenzó la metamorfosis. El Presidente parecía que no tenía asesores. Se Cubrió el Estado de anarquía. El Presidente deambulaba de un lugar a otro sin que nadie le diera (según creo; no es totalmente que sea cierto) una opinión sensata, una idea equilibrada, un trabajo profundo sobre la economía venezolana. El Presidente cayó en trampas tendidas por Usa, Colombia y Guyana y se perdió el tiempo en diatribas, en gastos que al final no solucionaron nada: fueron trampas para sacarlo del camino correcto. El colmo es que no se pudo hacer el trabajo contra las guarimbas, porque los militares no podían echarse encima esa terrible carga solos aunque trabajaron con amor y patriotismo… ¿A dónde va la REVOLUCIÓN del líder Chávez? ¿Sabremos restaurarla? OJALÁ QUE SÍ…



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Angel V Rivas

Limpiabota, ayudante de pintura, articulista, Productor Nacional Independiente, editor de El Irreverente. Animador del programa Gigantes del Romance, autor del libro Pacto Satánico y poeta en estado de frustración.

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