La tesis de abril y la transición venezolana

Para los revolucionarios del mundo es vital y necesario profundizar y actualizar la teoría de la transición pos-capitalista -de ello depende el futuro de la humanidad- que nos permita elaborar instrumentos teóricos que guíen nuestra acción y que nos permitan enfrentar los múltiples desafíos de la construcción socialista. Los seres humanos pareciera tuviéramos una tendencia innata al fetichismo o a erigir altares, incluso teóricos, o es que así le conviene al sistema capitalista que seamos. Tras el fetichismo se esconde una actitud ajena a la búsqueda de la verdad, a negar el movimiento constante de la realidad. Tal es el caso del Leninismo, corriente de pensamiento con el cual me identifico (asumo mi fetiche). Pero asumir mi fetiche no me lleva a negar el dicho de Goethe "Toda teoría es gris y sólo es verde el árbol de doradas frutas que es la vida". Es decir, la realidad y la historia no asumen fetiches están constantemente en movimiento, son continuamente creadoras, originales, dialécticas.

Después de Marx y Engels, Lenin y Mao, no ha habido autores que por su aporte a la ciencia del desarrollo de la historia, podamos llamar clásicos, y es que creo que para ser considerado clásico es necesario haber tenido una rica experiencia histórica muy relevante tanto en lo teórico como en lo práctico. Podrían decir que Fidel, pero el viejo barbudo se dedica más que nada a escribir sobre medio ambiente y se ha mantenido alejado de las aguas profundas de las condiciones internas del cambio social y de la diatriba teórica de la experiencia científica de la lucha de clases, de la creación de teoría para la construcción de la transición a sociedades poscapitalistas. Me encantaría que alguien de su nivel y experiencia escribiera algo como, La transición al Socialismo en las sociedades latinoamericanas, o tercer mundistas, o algo por el estilo. Jajaja, mejor dicho, que nos contribuyera con luz para el trabajo. Pero, ante la urgencia de la acción le toca es a los pueblos, con los revolucionarios a la vanguardia, construir a través de la lucha de clases, el camino. Nuestro deber es como dicen: "Encontraremos el camino o construiremos uno". Tengamos claro que, un error en la teoría conlleva enormes errores en la acción. De allí que una de las tareas más importante de la acción revolucionaria es la de crear teoría, pues sin la misma, la acción es espontánea y suele conducir a derrotas. Recordaba Lenin: "nada hay más práctico que una buena teoría". Al capitalismo y sus representantes les encanta la actitud anti-dialéctica de los "dirigentes" dogmáticos, que le rinden culto a los clichés de auto definirse como socialistas y como marxistas. Es como creer que para transformar el mundo bastan las buenas intenciones. Es un desprecio al conocimiento científico, al marxismo, como instrumento para la transformación social. Es ser dogmático, anticientífico. Es hacerle el juego a la ideología contrarrevolucionaria. Los asesinos de la oposición se declaran defensores del pueblo que explotan y oprimen. ¿Acaso lo son por eso?.

Escribir sobre la transición a sociedades pos-capitalistas es una tarea urgente de la acción revolucionaria contemporánea. Ante todo hay que tener claro, que el actual capitalismo no es el que Marx y Engels conocieron, ni el actual imperialismo tampoco es el que conoció Lenin cuando escribió "El imperialismo fase superior del Capitalismo", ese era un imperialismo multipolar, si queremos llamarlo de alguna manera, los imperios estaban representados por naciones y/o países. El actual, es un imperialismo unipolar o hegemónico a eses respecto, y corporativo transnacional en su acción. Ahora habría que escribir "El Imperialismo Hegemónico, fase superior del Imperialismo Mercantil". ¿Cuál debe ser la estrategia y cuáles las tácticas para enfrentar ese imperialismo y sus representantes? ¿Podrán los dogmaticos burócratas analizar correctamente la realidad para elaborarlas?, jajaja, claro que es un chiste. Y no solamente, no tienen el deseo y mucho menos la capacidad para hacerlo, sino que por intereses personales excluyen e ignoran a quienes podrían hacerlo. Y eso se paga y se está pagando en el proceso venezolano. Actualmente, el Imperialismo Hegemónico es el principal enemigo de la humanidad, y para derrotarlo parece muy probable que la humanidad haya de pasar por una etapa de capitalismo caracterizada por la multipolaridad, pues el mundo multipolar del que se habla, como un objetivo real, y el cual dista muchísimo, por ahora, de ser un mundo multipolar socialista. El frenazo que se ha visto obligados a dar el hegemon en Siria y Ucrania, así como la no ratificación de sanciones a Rusia por Francia, No es que ellos lo quiera así o no, es el avance hacia un capitalismo multipolar, que ya ha iniciado, y en el cual su principal centro, se ubica en la llamada Eurasia. Es una cuestión objetiva, realista, de desarrollo de la historia, y de correlación de fuerzas. Vivimos en un mundo predominantemente capitalista y capitalistas son los valores dominantes, dominantes repito, es decir, no exclusivos. Hay sociedades y pueblos que luchan y derraman su sangre por la creación de un mundo nuevo. Pero, mientras exista un mundo unipolar, con un hegemón -como lo llaman algunos autores-, mientras sean dominantes el FMI, el Banco Mundial, y la OMC, así como las transnacionales detrás de ellos, es muy cuesta arriba para esos pueblos avanzar en su lucha por un mundo realmente nuevo. Aún Europa, sus países "desarrollados" están integrados al vasallaje en el sistema imperial existente, tanto en lo económico, como en lo ideológico, cultural, mediático, informativo, etc.. Sólo en un mundo multipolar, aunque sea capitalista, podrían generarse espacios y resquicios para el desarrollo de proceso autónomos donde se consoliden y estimulen el surgimiento de nuevas sociedades, dentro de la creación de grandes zonas a nivel regional (Eurasia, Latinoamérica, África, etc.), que originen cambios en la correlación de fuerzas a nivel mundial, que permitan la creación, al menos en algunos países, del mundo nuevo, del cual les habrá correspondido el honor a nuestros mártires de haber sido pioneros, los primeros relevistas de esa larga carrera en que los pueblos dignos le corresponderá el remate de la carrera. Y comience así la verdadera historia de la humanidad, quedando en el pasado el dicho "Socialismo o barbarie", y es que coincido con el viejo Marx, cuando afirmaba que la humanidad comenzará con el Socialismo.

Es innegable la globalización o mundialización en que vivimos, lo cual le da plena vigencia al llamado de Marx "Proletarios del mundo, Unios", donde la Alianza Bolivariana para los Pueblos nos marca un rumbo, así como el llamado del ex-presidente Chávez a darle organicidad permanente y programa de lucha a organizaciones como el Foro de Sao Paulo, ya agotados en la pura denuncia, así como el movimiento "Ocupy Wall Street", con movilizaciones que no llegaron a nada. Si global es la estrategia del capital, global ha de ser la estrategia de los pueblos. Es verdad, la lucha es dura, Argimiro, pero es el camino. Un ataque a un país del sistema capitalista, no sólo es repelido por una vigorosa, multifacética y policlasista coalición interna y transnacional del capitalismo, sino que pone en funcionamiento las redes globales de defensa del sistema, como lo vemos en el caso venezolano.

Una hipótesis merecedora de consideración, es lo que pareciera ser una ley, hasta ahora inevitable; al menos para el período en que el capitalismo sea el sistema dominante mundialmente; que la transición sea en su principio hegemonizada por la pequeña burguesía, con todos los vicios y desviaciones que ello conlleva. Y ello sería explicable por el hecho que en esa clase -como clase- algunos sectores de la intelectualidad pequeño burguesa se apropian primero de la teoría revolucionaria y científica de la historia, y como lo hacen dentro de la sociedad capitalista, les es fácil, caer en el reformismo, por el interés económico y los valores dominantes en esas sociedades capitalistas. Es la manzana podrida que pudre el saco, si no se posee una conciencia sólida de clase. Lógica a la cual es realmente difícil sustraerse mientras el capitalismo sea el sistema dominante a nivel mundial. Es la dialéctica entre lo nacional y lo internacional. Para salvar esa situación sería necesario avanzar a nivel internacional, pero eso sólo puede hacerse logrando triunfos concretos a nivel nacional. Volviendo a la hipótesis, en la etapa del dominio mundial del imperialismo, en los países de capitalismo rezagado parece inevitable una etapa de capitalismo de Estado, en lo económico, que permitiera el aumento en el desarrollo de la producción de bienes, como en lo político, que permitiera la creación de un frente de clases antiimperialista. Fenómeno parecido fue la experiencia Rusa con la NEP, y su incomprensión que llevó a las acusaciones de traición que se hicieron contra los Leninistas por los ultristas, entre otros, por el tratado de Brest-litovsk, y otros inclusive, como el atentado donde hirieron a Lenin. Ese proceso, quizás se frustro por no haber logrado, por las circunstancia concreta de esa experiencia como el burocratismo y dogmatismo, la creación de un proceso democrático revolucionario y Antiimperialista, que bajo la hegemonía de la clase obrera, asegurara la derrota del reformismo pequeño burgués y garantizara una transición realmente al Socialismo. Algunos pensarán que no vale la pena el riesgo. Dudan tanto de sus proclamados ideales, que temen ceder ante el roce del oportunismo, pero sin enfrentar ese riesgo y dar la pelea no es posible avanzar, la historia pertenece a los osados, a los que ante cualquier riesgo o revés permanecen inmutables en sus ideales y perseveran. Lo contrario, es como soñar con un socialismo, desarrollado según los deseos de supuestos revolucionarios inmaculados, que creen que la historia ha de desarrollarse según sus deseos. Con razón Marx decía algo como que, más vale avanzar un metro en la realidad que kilómetros en la fantasía. Bueno, todo está abierto a la discusión y la crítica, bajo el crisol de la práctica, y de la experiencia.

No es lo mismo, ni puede serlo, avanzar al socialismo en una sociedad con un capitalismo desarrollado, que con un capitalismo subdesarrollado y rentista. La vieja idea de que, para avanzar al socialismo había primero que desarrollar el capitalismo, no era completamente descabellada y absurda. El mismo Marx afirmaba que en una sociedad con un capitalismo desarrollado sería más fácil el tránsito al socialismo, y esa idea la comparto. Pero, bien vale la pena el intento del salto hacia adelante, señalado por Lenin en sus Tesis de abril, al dar ejemplo de elaboración y aplicación creadora del marxismo, sin ser dogmático, ni crear un fetiche de la afirmación de que primero había que desarrollar una etapa burguesa de la revolución. Pero la experiencia histórica nos dice que, si bien vale la pena el salto, se crea una deuda con la necesidad del desarrollo económico, que hay que pagar entre otros, desarrollando las fuerzas productivas en el proceso iniciado, y sobretodo creando análisis y teoría que siendo constantemente evaluadas, sirvan de guía a la práctica de construcción de la nueva sociedad. Recordemos a Mariátegui, el Socialismo no puede ser ni copia ni calco. Crítica implacable a todo, bajo el crisol de la práctica.

Un sistema de producción sólo puede sustituir a otro aumentando la productividad, procurando mayor satisfacción de las necesidades sociales, esa sí es una enseñanza. El Feudalismo desplazó al Esclavismo, aumentando la productividad de éste, y el Capitalismo desplazó al Feudalismo, de igual manera. Luego hay que desplazar al Capitalismo de la misma forma, y siendo que el Imperialismo es la forma de dominio actual que priva en el mundo, un sólo país no está en condiciones de liderar un proceso que dé al traste con la dominación global actual. De allí la necesidad de procesos de integración regionales de desarrollo económico y de nuevo contenido, como el ALBA, y en una primera fase la Unión Económica Euroasiática (EEU), y la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), con su proposición de integración "La Nueva ruta de la Seda" que promete ser aún mejor, con la unión de ambas. Claro como un primer paso del largo camino de transición. Desde ese punto de vista, una cosa es el capitalismo de Estado bajo la hegemonía de la burguesía y otra muy distinta un capitalismo de Estado bajo la hegemonía de fuerzas revolucionarias. Es cosa más del rumbo, que del barco, más de la tripulación y su intención, que del vehículo. Claro, la resistencia internacional será y está siendo inclemente, e inmisericorde, y el aspecto de la ideología y la dirección de la revolución, un tema de ineludible y ardua lucha relevancia. Después de la caída del muro de Berlín, y la desaparición del llamado bloque socialista, la elaboración de teoría revolucionaria se vino muy a menos, parecía "el fin de la historia", como señalaba Fukuyama, pero hombre como Hugo Chávez han retomaron la lucha. Tengamos claro, que no será bajo la guía de la pequeña burguesía, ni del burocratismo, ni del dogmatismo, será en el terreno de la revolución ideológica, de la creación de teoría, de profundización del Marxismo, de profundización de la teoría de "Las Tesis de abril", donde se decidirá el destino de la humanidad.

(Continuará)



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Felson Yajure


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