Hay una cantidad considerables de propuestas revolucionarias y clasista, que se han presentado con la idea de sacarle más a los que más tienen y ganan más. Las propuestas han caído por ahora, en un hueco si fondo y donde no cabe el ruido. Esto de pechar al que más tiene y gana más, no ha sido posible en revolución.
Los bancos que son una mina de producir real y obtener jugosas ganancias no tienen crisis y cuando las tienen porque sus dueños se roban el dinero de los depositantes; el Estado paga centavo a centavo el mono que se llevan los dueños, aunque luego se quedan con los activos que dejan, pero no sabemos si esos activos, cubren el costo de esa operación.
El IVA, que no es un impuesto revolucionario continúa campante y de ahí sale, en un alto porcentaje, los recursos para formular el presupuesto nacional. El IVA es un impuesto regresivo y ha estado intacto. Hay cantidad de estudios que así lo demuestran.
Ya nos llevan palo abajo el bolsillo y nos anuncian ahora una medida, en la cual, todos y todas nos vemos igualitos e igualitas. El Banco Central de Venezuela (BCV) que la MUD tiene interés en volverlo como era antes, como si ahora no es como era antes, acaba de tomar una decisión que se ve publicada en gaceta para pechar las operaciones que se realicen a través de cajeros automáticos, tarjetas de créditos y otras operaciones bancarias.
Con esa decisión, vamos rumbo a una sociedad más igualitaria y equitativa en los términos de quitar, porque si los pelucones mayores, van a un cajero, cosa no deben usar; ellos pagarían, el mismo monto que un “Juan Bimba”, que tiene un salario mínimo.
¿Se acuerda de Juan Bimba? Era un personaje arruinadito con vestimenta de ropa hecha de saco de harina y con medio pan en el bolsillo. Ese personaje era unos de los símbolos de AD. Ya poco a poco vamos regresando a esa emblemática figura y lamentablemente en tiempo de revolución.
No digamos que 5, 7, 22, 62, 124 y 447 bolívares sea una gran cosa, pero no creo, que sea muy revolucionario eso de quitarnos a todos por igual o vernos a todos como si estuviéramos en las mismas condiciones. Definitivamente vivimos una ilusión, que no sugiere que nos dan, pero ya antes no han quitado, sin considerar las condiciones.
