En estos tiempos de lucha se impone la elevación de los niveles de conciencia y unidad, en ese sentido un grupo de compatriotas devenidos de diversos sectores obreros, técnicos e intelectuales, me invitaron a participar en un foro popular, que sin más pretensiones que coadyuvar a la comprensión de la coyuntura, convoca a las y los revolucionarios de base en pro del análisis para la acción colectiva revolucionaria.
En ese marco, me preguntaron si en el chavismo hay tendencias ideológicas diversas e irreconciliable, con las cuales se justifique, los infelices ataque al Presidente Maduro que a diario se leen y se escuchan, por parte de aquellos que en pasado reciente estuvieron al lado del Comandante Eterno Hugo Chávez y hoy desde la retaguardia de sus reconcomios y traiciones, se ensañan con una presumible critica que coincide a plenitud con el planteamiento apátrida y golpista de los enemigos históricos refugiado en la Asamblea Nacional.
Mi respuesta fue clara. Para ser chavista es condición sine qua non ser de izquierda y revolucionario, y ello obliga a una crítica irreverente, dura y clara, pero jamás contraria a la lealtad con el proceso y el respeto al comando que le ha tocado asumir al compañero presidente.
En ese sentido, hay que entender que al Presidente Maduro, le ha tocado continuar la marcha que adelantó el comandante Chávez, con nuevos retos y nuevas situaciones, en el marco de una coyuntura que trasciende todo lo conocido y se ubica en términos de guerra profunda de cuarta generación. En consecuencia dentro de las fuerzas de la patria, no admite traiciones, cálculos de oportunismo político, figuraciones penosas al lado de la derecha y menos aún, apropiaciones infaustas del legado revolucionario.
Por ello, el recién denominados “chiriperos chavistas”, se defeca con cada aparición pública en su propia historia, a cambio de unos segundos de figuración absurda en los pasquines de la contrarrevolución. A ellos hay que recordarle que los revolucionarios estamos obligados a luchar sin prisa pero sin pausa hasta vencer. Que nuestros objetivos, trasciende a las ambiciones personales y nos ubica en el plano superior de la existencias con conciencia de clases, no nos mueve el afán de lucro, ni la lisonja del enemigo histórico, ni el titular de prensa escandaloso y ofensivo para la lucha diaria que hemos de librar contra el hegemónico ideológico, mercantil y mediático de la derecha internacional y sus lacayos nacionales.
A nuestro juicio, lo único cierto, es que este grupúsculo auto denominado chavista crítico, por sus reiteradas actuaciones es un “chiripero”, es más comen lo mismo y hasta actúan de la misma manera, desde los rincones y la oscuridad. Pero jamás con esa actitud podrán ser considerados chavistas, revolucionarios y socialistas. Cosa que lamento profundamente, pues ayer fueron referente en la revolución, pero hoy sin ninguna vergüenza se erigen como instrumentos de la derecha para la traición.
En consecuencia, defendamos el legado del Comandante Chávez y el comando del Presidente Maduro, sigamos haciendo esfuerzos por la construcción revolucionaria de nuestro socialismo, que nadie se equivoque, en este tiempo es imprescindible Unidad: concreta y real. Lucha: sostenida y sin cuartel. Batalla: centrada y activa, para obtener la Victoria: Revolucionaria y Chavista. Que el chiripero se diluya en su propia tinta, que nosotros seguiremos avanzando en revolución.