Había sido larga la espera. Eran tiempos de derrota a los sueños, eran momentos de tenebrosas certezas econométricas sacadas del averno en forma de neo liberalismo. Eran días de la traición continuada a Bolívar, era la Venezuela del devaluado petróleo vendido como bitumen.
Nos hundíamos en el fango de las avaricias de godo, corruptos y politiqueros recién vestidos, de apátridas con modales aprendidos en el seno del imperio, de ejércitos violados, devaluados y entregados a servir a quienes masacraron pueblos y mataron esperanzas.
La igualdad de los hombres, la más alta aspiración de la humanidad, caía heridas de muerte a los pies del libre mercado y sus adoradores. Así, las tinieblas de la larga noche neo liberal, quemo en la hoguera de la desesperanza la ancestralidad socio cultural de cada etnia, de cada sabio rebelde y combativo, de cada hombre en legitima resistencia, para con precisión de “gerencial moderna”, imponer una globalización homogeneizadora de la economía, que anulaba cualquier vestigio de respeto a la diversidad socio cultural, la autodeterminación de los pueblo y la posibilidad de un mundo luchador y comprometido con el vivir viviendo si ataduras imperiales.
A finales del siglo XX, los viejos oligarcas y mantuanos y sus empleaduchos serviles en las instituciones del viejo Estado, cayeron en la tentación intentar dejarnos sin historia pasada y presente. Creyeron que escasos 200 años eran suficiente para explicar nuestra vida, que Bolívar, libertador estaba muerto. Santificaron el derrumbe de la URSS, y hasta se convencieron de la infalibilidad del capitalismo como única y absoluta vía. Por ello aquel “por ahora” les extermino de golpe la borrachera neoliberal, de allí que el renacer de los sueños y la validez del socialismo como única vía a la salvación de la especie humana, les active el miedo a las masas, al poder popular.
Chávez vive, la patria sigue y el 4F ha de ser eterno para revivir el ímpetu y retomar la marcha todas las veces que sea necesario.
Estamos en batalla, en una guerra desigual contra los mismos que desangraron al país en el siglo pasado, es dura como toda lucha, es desgraciada, a veces puede hasta confundir, pero con un pueblo organizado garantizaremos la victoria. Chávez nos legó el poder, aquí nadie se rinde. Viva la patria bolivariana, viva el 4F.