Conciliación y cautela, la vía certera del Papa Francisco

Es obvio, todos los ciudadanos tenemos que respetar la ley. porque la aplicación del Derecho en todos los sectores de la vida social trae consigo una multiplicidad de sentencias que nos lleva a una confianza o desconfianza ante la justicia y suscita situaciones agradables o desagradables. Lo que pasa es un solo artificio, la firma del presidente Nicolás Maduro, provoca en algún sector de la población un conjunto de reproches e insultos, porque estos grupos desean llevar al país a una gran polvareda. La caballería romántica, os recuerda la Edad Media, toda empapada de nociones de agite social focal, tiene que considerar su santuario y salir a las calles para consumar la baraja del día, ante la vista de los vecinos y los excesos de presión de las multinacionales que desean que el presidente, Maduro, electo en sufragio legible, renuncie a su investidura presidencial.

Puede existir, otra senda de discusión, pero, el criterio válido para tal aversión es otro y nadie tiene derecho a disentir y, la estructura política y jurídica en el país se ha hecho débil, desde el año 2006. Los augurios, se despliegan con bastante presión y cualquiera puede abatir o matizar una argumentación, estos ciudadanos, no quieren escuchar critica alguna.

El Papa Francisco, entre lágrimas de los Conventos, toma su Rosario para la historia.

Estamos, entre muchos hermanos y devotos, los periódicos tienen miedo a informar, y el Vaticano desde la Semana Mayor no descansa para cambiar la historia y evitar que las madres saquen a sus hijos a protestar, porque la Ballena Azul, viene haciendo estragos en mentalidades que desconocen el perfil de nuestros Libertadores. Allí, esta una de las peticiones, váyase presidente, usted nos cae mal. Es la voz de una de las Cofradías opositoras.

El itinerario oficial, prosigue su curso. Vamos a una Constituyente, eso lo escribió Chávez hace veinte años en Internet y nadie lo ha leído, estamos en la época delas chatarras, desde el pensamiento hasta los alimentos y la mayor calamidad es ofrecerles el poder a los militares, que, sin fuerza, ya controlan el país y cierran las puertas del pensamiento filosófico y románico.

es una larga procesión, la de estos días, ojala que el vaticano pueda elegirle al movimiento opositor su cofradía para que en hermandad, hagamos parir la vi república.

De cualquier forma, debemos seguir orando, consolidar al pueblo en un solo pensamiento y recorrer las calles de Venezuela, con verdadera fe. La respuesta, está allí dada. El Papa Francisco quiere dialogar, jamás incendiar la ciudad, estos hijos resultan un poco de controlar, ya desde 2003, se encuentran en desobediencia y no quieren llorar, prefieren, estos dirigentes que, otras madres oren por ellos. Ya la Aurora nos pertenece, debemos ir de madrugada a los mercados por un paquete de harina o pasta, es el primer paso a la dictadura, ya Pérez Jiménez quedo atrás, Estamos en manos de una cofradía de árabes, militares y paramilitares del oficialismo, vayamos, entonces, a la Iglesia a orar, es el último tramo de este largo trayecto agrupacional, es el momento de levantar la bandera que nos dio Francisco de Miranda.

Las elecciones, sigue siendo la primera fuerza del votante y el CNE en un silencio total. En política profesional no sólo hay que tener la habilidad de aprovechar los espacios, sino de crearlos. Todos pueden ganar o perder, y dependerá, en buena medida, de los estrategas de los dos partidos. Y de, como diría Robert Frost, tener el valor de elegir el camino menos transitado, lo que siempre marca la diferencia y te recompensa no al principio, pero si al final. Francisco, como Papa debe hablar fuerte y olvidar el pasado.

Decía Benjamín Franklin que al jugar al ajedrez uno aprende primero, previsión, segundo, prudencia y tercero, cautela. En política profesional es importante detenerse en la importancia de ese último punto. No es la espiral del silencio, lo sentimos por Nicolás Maduro Moros que obvio el anclaje del Legado chavista (su teoría nos ha abrazado ya durante mucho tiempo), por lo tanto, el rasgo fundamental que define nuestros tiempos políticos en Venezuela, sino algo más prosaico pero certero. Siete letras, así en voz baja, como medio susurrando. Una palabra: cautela. Así que, escuchemos al Vaticano. De todas maneras, el símbolo de la cruz esta alzada, como un signo litúrgico de intimidación y dominación, no leemos, somos esclavos del tiempo, de esas sombras que se erigen para tratoscarnos los sueños, pensé que el funeral del comandante Fidel iba a ser mejor, igual que la del comandante Chávez, fue solo un paseíllo por callejuelas para desmárcanos de sus pensamientos históricos, hipócritas todos, vayamos a elecciones. No a Constituyente, es una traición a Chávez, el quería llegar a una VI República en paz, en este tiempo.



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Emiro Vera Suárez

Profesor en Ciencias Políticas. Orientador Escolar y Filósofo. Especialista en Semántica del Lenguaje jurídico. Escritor. Miembro activo de la Asociación de Escritores del Estado Carabobo. AESCA. Trabajó en los diarios Espectador, Tribuna Popular de Puerto Cabello, y La Calle como coordinador de cultura. ex columnista del Aragüeño

 emvesua@gmail.com

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