Un señor que se confiesa chavista, me preguntó que cómo sería lo del domingo, que cómo respondería a las preguntas que escuchó en un programa tempranero de un canal regional, exponían: "Porque ellos decían que uno tenía que votar, por si rechaza la constituyente sin la aprobación del pueblo, o no". Prosiguiendo la conversa callejera con este señor cuidador de una granja, al explicarle se mostraba sorprendido por su desinformación sobre lo que pasaría el fin de semana. Y ya para despedirnos al bajarse del carrito me dijo: "Menos mal, porque ya iba a meter la pata".
No sé cuánto se puede replicar una situación como esta en estos tiempos de la mal llamada "democratización" al acceso de la información a través de las redes, pero evidentemente, en el pueblo llano de ese tipo, existe desinformación por la misma información, sesgada, manoseada. Sobre todo porque la genera el choque de los eventos del domingo, choque intencionado que hace que la gente no procese bien y vea confusa esa verdad, confusión que no se muestra en el oficio político formal, pero que es en efecto compleja para señores como el referenciado.
Así es. Porque conceptualmente implica comprender la realización de dos procesos simultáneos que en sí mismo deberían tener un solo fin, como es el de regular la vida político-social de la nación, en la que él debe incidir porque lo afectan como ciudadano. Allí está el acertijo. Con información sesgada, más el desconocimiento que pudiera tener de la norma constitucional, múltiples dudas penden.
Y uno de los propósitos del llamado plebiscito es ese, crear confusión para desviar la atención del simulacro de la constituyente, que unido a los resultados que auguran exitosos, inducidos e inventados, apunten a sumar elementos que insistan en la deslegitimación de la convocatoria presidencial y hagan más altisonante el llamado a suspensión de las elecciones del treinta.
Todo está claro.
Aunque debe señalarse que han existido elementos ruidosos en torno a la convocatoria de la constituyente, por la premura, por no ser más pedagógico en la divulgación de las bases comiciales, lo cual ha originado desde los medios un sinfín de debates que más bien han dejado respuestas irresolutas todavía.
Este domingo marca la agente de la ebullición política del último semestre del año. Así vendrá el 30 de julio, cuyos quince días previos giraran en torno a profundizar el desconocimiento de las elecciones apoyados en los resultados del falso plebiscito; luego, la instalación de la ANC y la fuerte pugna en esa cohabitación en el edificio de la Asamblea Nacional; después, el referendo a la nueva constitución. Finalmente, las elecciones a gobernadores… o ¿qué tal si el Presidente nos sorprende nuevamente y llama junto a los constituyentistas a la relegitimación de todos los Poderes?