Noel "Chita" San Vicente es a Maduro, lo que Dudamel significa a un nuevo presidente en Venezuela

Concluyeron las eliminatorias para la clasificación del mundial de futbol, Rusia 2018, para los países que pertenecen al área de América del Sur, donde tres de ellos (Uruguay, Argentina y Colombia), más una nación con una segunda oportunidad (Perú), debieron esperar hasta la última fecha para saber quiénes serían los  otros tres clasificados junto con Brasil y,  la selección que disputará un repechaje con Nueva Zelanda por un cupo adicional, lo que pone en evidencia, las similitudes entre las distintas selecciones.

Ahora bien, en el caso de Venezuela, si bien culminó de última en la tabla y eliminada anticipadamente, tenemos que hacer la salvedad que terminó invicta en los últimos cuatro compromisos en los cuales fue dirigida por Rafael Dudamel, logrando tres empates frente a Colombia, Argentina y Uruguay, y derrotando como visitante a Paraguay, a quien además eliminó de la Copa del Mundo, lo cual devolvió a nuestro combinado la esperanza y equilibrio de juego que había tenido desde 2002,  cuando  estuvo como técnico Richard Páez, pasando por César Farías, hasta que comenzó este ciclo eliminatorio dirigido por Noel “Chita” San Vicente.

¿Y por qué recordamos esto? Porque cuando en la génesis de la etapa eliminatoria para 2018, Venezuela arrancó con malos resultados, no fuimos pocos quienes advertimos que debía cambiarse de técnico, so pena de perder en su momento cualquier oportunidad clasificatoria para el campeonato mundial.  Lamentablemente, además de no ser escuchados, también nos ignoraron, razón por la cual,  hasta las peticiones de renuncia que hicimos a “Chita”, este de la forma más arrogante las desechaba, generando con ello un resultado peor que el anterior en cada presentación de nuestra llamada “Vinotinto”.

Finalmente, cuando “Chita”, ya tenía el “agua al cuello”, incluso hasta por declaraciones de algunos jugadores de la propia selección nacional, y cuando estábamos haciendo el papel de aquella “cenicienta” de otros tiempos, como nos llamaban de manera despectiva, es decir,  en máxima intensidad del ridículo, “Chita” terminó “renunciando” como director técnico de Venezuela. Sólo que esta renuncia al concretarse de manera extemporánea dejaba muchos bemoles, entre ellos, que el principal daño ya estaba hecho, o sea, San Vicente renunció para la etapa en que matemáticamente no teníamos mínima oportunidad de clasificar al mundial.

Lo insólito de toda esta historia, es que Dudamel, quien por cierto llevó a la selección Sub20 de futbol, precisamente a ser subcampeona del mundo, cayendo dignamente ante Inglaterra por la mínima diferencia en la final, demostró que la base de nuestra selección estaba precisamente, en nuevos jugadores de ese equipo juvenil, el cual se ha convertido en la base de esta naciente selección absoluta, en donde figuras como Wuilker Fariñas, Yangel Herrera, Yeferson Soteldo, Ronaldo Lucena, Adalberto Peñaranda, y algunos con un poquito de más edad, como Rómulo Otero, y por supuesto, otros importantes jóvenes, han dejado un dulce sabor sobre lo que está entre lo inmediato y mediato con esta “Vinotinto” hacia el futuro. No obstante, no podemos obviar que siempre nos quedará la interrogante: ¿Hasta dónde habría llegado Venezuela en estas eliminatorias, si “Chita”  hubiese renunciando oportunamente, pensando en el país, y no sobrevalorando sus condiciones e intereses personales, sino valorando el interés de un país?

En consecuencia, en ese espejo de “Chita” debemos ver a Nicolás Maduro, quien ha resultado todo un incompetente y desastroso presidente de la República, al hundir a Venezuela, en este caso como nación próspera y hacia el desarrollo, en un país atrasado, sometiendo a la población al hambre y la miseria con la tasa de inflación más alta de mundo,  quebrando su economía con un espantoso decrecimiento económico por un lustro consecutivo, al punto que hasta aquella renombrada por el madurismo,  Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, siglas en inglés), que en alguna oportunidad en tiempos de Chávez, hablaba en el cómo Venezuela disminuía la pobreza, ahora en su más reciente informe¹, nos dice que la patria de Bolívar es el país de América Latina con mayor número de malnutridos; verbigracia, venezolanos pasando hambre, cuyas cifras se han incrementado en el período 2014-2016, entre los cuales habría más de 1,3 millones de ciudadanos en tal estado de postración social.

Si ante nefasta realidad, le agregamos la crisis asistencial, con la multiplicación y hasta reaparición de enfermedades como el paludismo, la difteria o el sarampión, sin incluir la desaparición de medicinas e insumos médico-quirúrgicos de hospitales, clínicas,  ambulatorios y hasta farmacias, no sería exagerado afirmar que guardando las distancias, lo que hoy ocurre con Venezuela como país, se asemeja en términos de retroceso, a lo que vivió la “Vinotinto” mientras “Chita” San Vicente fue el técnico que dirigió sus destinos.

Rafael Dudamel con su humildad, temperamento, ecuanimidad y ponderación, quien incluso criticó al propio Maduro por su intervención autoritaria ante las protestas sociales que hubo durante el segundo trimestre de 2017 en Venezuela, nos abre la posibilidad de que cuando Maduro abandone el poder, habrá una nueva ventana de luz que podrá iluminar nuestro porvenir, como el nuevo técnico de la selección nacional lo hace en equipo con la mira puesta en Qatar 2022.

Que no quede duda, “Chita” es a Maduro, como Dudamel representa el técnico de la esperanza, que nos pone a soñar no sólo con la posibilidad de ir al mundial en el próximo lustro, sino que en ese mismo lustro, Venezuela como país, de la mano de otro presidente u otra presidenta, encuentre el camino del progreso, el bienestar, el desarrollo, la libertad y la auténtica democracia,  rodeada de eudaimonia colectiva y justicia social. A propósito de ser ciego. Quien tenga ojos que vea.

 



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Javier Antonio Vivas Santana

Más de 6 millones de lecturas en Aporrea. Autor de la Teoría de la Regeneración del Pensar. Dr. en Educación (UPEL). Maestría en Educación, mención Enseñanza del Castellano (UDO). Lcdo. en Educación en las menciones de Ciencias Sociales y Lengua (UNA). Profesor de pre y postgrado tiene diversas publicaciones y ponencias internacionales acreditadas y arbitradas por editoriales, universidades e instituciones de España, Rusia, Estados Unidos, Alemania, Francia, y naciones de América Latina.

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