Es la frase que se ha puesto de moda últimamente. Observando los debates a diario en las redes sociales sale a relucir esta expresión tan venezolana, dícese de aquella persona que con tal de quedar bien con otra buscando prebendas o beneficios, pierde hasta su dignidad humana.
Hay personas que tienen bien ganado ese calificativo. No voy a mencionar a nadie para no violar las reglas de aporrea de no faltar el respeto, pero es que es incomprensible como existen seres viéndose en un estado de miseria extremo aun apoya al madurismo, es un nivel de fanatismo tal que raya en la locura, porque no hay lógica que explique eso, y lo más triste es que ese número de fanáticos que se alegran por un bono, cuando les llega la caja cada ciertos días más otras migajas, no son capaces de decirse así mismo que merecen algo mejor, se ha llegado a un nivel de alienación tal que hemos perdido la autoestima como venezolanos.
Con todo y eso peco de ser optimista. De las crisis nacen las alternativas, lamentablemente no hemos tocado fondo todavía, aún podemos estar peor. Si gana maduro en estas próximas elecciones tocaremos fondo, en ese momento confió que el pueblo venezolano comenzara a reaccionar, y los fanáticos tendrán su dosis de realidad, que les hace falta para que despierten y se dé el cambio necesario, por el futuro de los que están creciendo, por los que se han ido del país debemos cambiar esta realidad tan deprimente, pero por los momentos así estamos.