De entrada, la moral, lo que políticamente sabemos de ella, no tiene nada que ver con la Economía Política, misma que no por ser "política", se refiera a la Política[1].
Es en su obra Miseria de la Filosofía donde Marx desenmascara ese tipo de poderosos "enemigos" de cualquier revolución que pretenda moralmente eliminar el Capitalismo. Normalmente son líderes inconscientes o poco conocedores hasta del significado de lo que es la Economía Burguesa, así es recogido en el propio texto del libro aludido.
Así, los economistas de la burguesía contemporáneos de Marx y Engels manejaron mucho la moral y la injusticia que es una variante de aquélla para tratar de combatir el Capitalismo, sus "injusticias sociales", las de los industriales de Manchester, mismos que sacrificaban veintenas de niños porque supuestamente los necesitaba la industria hilandera, la Economía y la sociedad, cosas así.
Por ejemplo: Afirmar que el capitalista se queda con la mayor parte de valor creado con su trabajo durante la jornada, hecho que resultaba una injusticia y que bien podría ser redistribuido, olió a reformismo desde un primer momento y es por eso que derivó versiones, por ejemplo, que el trabajador debía recibir un "mejor salario" de ese mismo patrono, de ese mismo industrial y bajo las mismas condiciones sociales de producción. Esta versión no pierde vigencia.
De Derecho y de hecho no existen precios justos, ni salarios justos, ni ganancia justa; existen precios, salarios y ganancias a secas; categorías, éstas, que se forman dentro de la dinámica capitalista al margen de que sus valores puntuales en el mercado resulten inapropiados para el consumidor, para el trabajador o para fabricantes y comerciantes, respectivamente.
La lucha inicial de Marx desde un principio fue atacar radicalmente la fuente de esas "injusticias" que moralmente carecían de motor propio, que eran, más bien, características ínsitas del sistema industrial burgués y que en consecuencia éste debía ser derrocado si se quería acabar exitosamente con esas "inmoralidades" e "injusticias varias", y en corroboración debía conocerse las características concretas del modo de producción capitalista. De allí surgió la necesidad de esculpir su gigantesca obra, El Capital.
Asimismo, por ejemplo, la Biblia es una obra que goza de mucha popularidad y credibilidad indiscutibles, si bien la leemos en un idioma un tanto desfasado en morfología, pero siempre esencialmente actualizado, y por ello no deja de responder a valores humanos de incuestionable importancia para todos los seres humanos, para la sociedad en abstracto.
Es que la Biblia versa de la conducta moral de los hombre y mujeres en sentido lato, mientras El Capital de Carlos Marx versa en sentido estricto sobre Economía Política, sobre relaciones de producción bajo propiedad privada, un piso real sobre el cual los hombres concretizan todas sus relaciones humanas, al margen de toda consideración religiosa, moral o jurídica porque sus actuaciones, si a ver vamos, son legales puesto que, por ejemplo, las leyes laborales inglesas permitían usar niños debiluchos como deshollinadores.
Digamos que El Capital deja a un lado los asuntos morales, así como la Biblia hace otro tanto con las relaciones de propiedad sobre los medios de producción. Es decir, si por la Biblia fuera, los explotadores seguirían haciendo de las suyas tal como o peor de como están ahora, pero, si por el Capital de Marx fuera, hipotéticamente la felicidad potencial de vivir sin clases impediría todo tipo de injusticas y hasta de pecados porque nadie tendría por qué irrespetar la propiedad de nadie.
De allí que, la venta de drogas malsanas para la salud, la trata de blanca, de niños y afines, son todas ellas actividades comerciales morbosas, pero no por ello, por ser inmorales, dejan de ser mercancías como valores de uso y con sus respetivos valores de cambio[2] y sus correspondiente tasa de ganancia.
[1] Política alude a asuntos del Estado, gobierno, constitución, ejércitos, manejos presupuestarios de servicios públicos al colectivo, luego de recibir suficientes fondos de financiamiento de toda esa carga burocrática. Estos fondos vienen de actividades económicas y estas son autónomas o infraestructurales. La Economía es Política porque re refiere a la economía involucrante de toda la población burócratas y no burocrática. Además, es política porque es injerencista en otros Estado por el puente del Comercio Exterior, no así la Política Estatal que a duras penas tiene nexos diplomáticos no económicos.
[2] Por tal razón, aunque cínicamente, en su defensa el tratante de pornografía infantil aduce en los juicios que se trata de una actividad rentable, un comercio, como así me lo dijo una vez un comediante de TV cuando me argumentó que la pornografía que distribuía semanalmente a través de un semanario de un diario capitalino muy connotado era un recurso mercadotécnico. Asimismo, un fabricante venezolano adujo. palabras + o -, que "él sería un tremendo especulador, pero que daba fuentes de empleo".