El lenguaje audiovisual, en diferentes géneros y formatos, es un medio con intenso valor político e infalible efecto comunicacional en el contexto de una guerra mediática, diseñada milimétricamente para destruir cualquier insurgencia antiimperialista y soberana. Venezuela no es la excepción ni lo será mientras vivamos perseguidos porque debajo de nuestro subsuelo existen prodigiosas reservas petroleras y se ejecutan acciones de absoluta autodeterminación.

América Latina y el mundo entero están acosados por imperios decadentes (pero vivos) y otros activos y doblemente criminales. No solo utilizan armas de última generación con impacto destructor y expansivo como, por ejemplo: las armas de destrucción masiva (ADM) (en inglés: WMD, weapons of mass destruction) capaces de eliminar a un número muy elevado de personas de manera indiscriminada y causar grandes daños económicos y medioambientales. Se consideran armas de destrucción masiva las nucleares, biológicas y químicas.

Desde hace varias décadas recurren a nuevos esquemas de control social, manipulación psicológica y alienación efectiva para conseguir el mismo objetivo: dominar a los países subdesarrollados y apropiarse de los recursos naturales renovables y no renovables del planeta.

De allí el portentoso desarrollo de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC), capaces de penetrar hasta el lugar más inaccesible de la psiquis humana. El objetivo-ideológico-meta se mantiene en contenido pero los medios variaron y se intensificó el mensaje dominador, dando la sensación de no haber escapatoria.

Sin embargo, no todo es a favor del poder imperial. Quienes estamos de este lado del planeta, con una visión epocal definida, al servicio de la tierra ancestral, ondeando los principios sagrados de la Humanidad y arriesgando hasta la vida para no arrodillarnos ante nadie, creamos y recreamos una manera de interpretar y transformar la realidad.

A partir de estos conceptos, interpreto el documental Rubieras: Ensayo Sobre La Violencia Y El Miedo (AlterMedia / 2015). Financiado por CONATEL y promocionada por Amazonia Film. Una propuesta cine-documental venezolana, basada en una masacre cometida contra 16 indígenas guahibos venezolanos de la casta cuiba, ocurrida en 1967, en el hato Rubieras de propiedad de Tomás Genaro, en la entonces intendencia del Arauca (Colombia).

Partiendo de la premisa de que cada escenario humano es un escenario comunicacional y de la urgencia por forjar conciencia social y política en un país-patria perseguido por los cuatro costados no hay tiempo para el Cine contemplativo, violento, adulador y frívolo. Menos para medios de información masivos, financiados por el Gobierno, clonados con el formato de las empresas privadas de televisión.

El cine, los micro, el mediometraje, el documental, el cine club, las redes sociales, entre los más llamativos, tienen un papel protagónico para mostrar un mensaje mucho más trascendente que el rostro de un actor, los senos de una actriz, las novelas hueras y el presentador cantinflérico . La realidad está llena de imágenes espectaculares, con actores naturales inigualables, apoyo de las comunidades y, por supuesto, con el deber constitucional de los organismos del Estado de financiar, promocionar y masificar la cinematografía nacional. Es inadmisible, desde todo punto de vista, cómo cierta burocracia "cultural", sea parte de quienes desde adentro sepultan propuestas de extraordinario contenido político, profesional y costos manejables.

Este Documental grabado en varios escenarios locales, nacionales e internacionales combina, técnica y conceptualmente, la denuncia de la masacre indígena, el drama indefinitorio (y eterno) de la pequeña burguesía en tiempos de crisis, la magia de la música autóctona y los paisajes naturales, la presencia de los quintacolumnas en el aparato gubernamental y un hecho marcado por la violencia e injerencia provocada desde la embajada norteamericana con sus respectivos cipayos.

Hay que atreverse a nadar contracorriente. Dejar a un lado las diferencias circunstanciales. Mezclarse con el lector, radioescucha, televidente, cinéfilo. Oír la cosmogonía de sus pensamientos. Escuchar los gritos de esperanzas. Por difícil que sea este modelo político que arrancó hace dieciocho años y doloroso la cantidad de errores cometidos, una y otra vez, debe prevalecer la creación audiovisual identitaria, por la sociedad nueva, humanista, ecológica, socialista y planetaria.

El documental "Rubieras: Ensayo Sobre La Violencia Y El Miedo" (AlterMedia / 2015) es cine contestatario y sabe a documental comprometido. La violencia y el miedo nunca podrán vencer la conciencia y la valentía. Este ensayo cinematográfico hace recordar al cuento guaraní (Py) del Colibrí.

Cuentan los guaraníes que un día hubo un enorme incendio en la selva. Todos los animales huían despavoridos, pues era un fuego terrible. De pronto, el jaguar vio pasar sobre su cabeza al colibrí en dirección contraria, es decir, hacia el fuego. Le extrañó sobremanera, pero no quiso detenerse. Al instante, lo vio pasar de nuevo, esta vez en su misma dirección. Pudo observar este ir y venir repetidas veces, hasta que decidió preguntar al pajarillo, pues le parecía un comportamiento harto estrafalario:

-¿Qué haces colibrí?, le preguntó.

Voy al lago - respondió el ave - tomo agua con el pico y la echó en el fuego para apagar el incendio.

El jaguar se sonrió. ¿Estás loco?- le dijo. ¿Crees que vas a conseguir apagarlo con tu pequeño pico, tú solo?

Bueno - respondió, el colibrí- yo hago mi parte…

Y tras decir esto, se marchó por más agua al lago.