El neoliberalismo, como propuesta económica tiene posiblemente un propósito, pero indiscutiblemente tiene un impacto social. En su frente económico, la idea es descargar al Estado de ciertas funciones o competencias y transferirla. Menos Estado.
A veces, suele asumir dentro el marco de sus políticas públicas, algunas que van dirigidas a compensar las desigualdades que naturalmente genera.
Pienso que el proceso “revolucionario” se está jugando esta carta de un paquetazo neoliberal salvaje, asumido de una manera muy indirecta. Aunque el gobierno propagandísticamente viene asumiendo que un 70% del presupuesto nacional se destina a la inversión social; el neoliberalismo salvaje está ahí metido. Por supuesto, si aplicas una simple regla de tres a los recursos incluidos en la Ley de Presupuesto Nacional, llegaras matemáticamente a esta conclusión.
Pero si antes de ver cómo está distribuido el presupuesto, observas matemáticamente con qué recursos se elabora, está primera conclusión se disipa o diluye en un neoliberalismo socialista solapado. Si aplica una regla de tres simple para ver con qué recursos se formula el presupuesto, la mentira o manipulación sale.
Hay privatizaciones por ejemplo, que no necesitan de un proceso abierto y claro de privatización. No hace falta anunciar la privatización de los hospitales públicos. Sólo hay que ir y ver el trauma que se pasa en un centro de salud y ahí veras en carne y hueso una privatización de otra manera.
No hace falta tampoco privatizar la educación pública. Sólo hay que ir a una escuela para observar cómo se ha venido desmantelando la figura del Estado Docente, que como pueden suponer, la destrucción del Estado Docente ha sido una de las banderas de las fuerzas reaccionarias. El Estado ha decidido sin darlo a conocer, asumir el lema, “con mi educación no te metas” que en un momento reciente, asumió primeramente la coordinadora democrática y luego con la muerte de este parapeto, la MUD la asumió como suya.
Pero la muestra más evidente de un “socialismo” contaminado totalmente de neoliberalismo lo son las familias, que en definitivas pagan los platos rotos de una política de neoliberal.
Las familias venezolanas han decidido o se obligaron a privatizar muchas cosas. Por ejemplo, el transporte familiar ha sido prácticamente privatizado. Las familias venezolanas o una parte importante de ella, no pueden sostener un carrito y para salir de este gasto, que no es posible sostener, decidieron vender el carrito y privatizar el servicio. No puede comprar una batería, un caucho o cualquier repuesto.
La salud familiar también ha sido privatizada de una manera perversa. Antes, las familias venezolanas tenían en su presupuesto incluido la inversión en salud. Ahora no. Ya es un gasto y como no puede sostenerlo, decidió igualmente privatizarlo. Hoy en “socialismo”, las familias venezolanas con este servicio privatizado acuden a las redes sociales para ver que panita por ahí con una política de compensación le facilita un medicamento que no puede comprar.
En este “socialismo” neoliberal también se está observando un fenómeno en el servicio educativo que la familia lo costeaba. Ahora decidieron privatizarlo de una manera muy particular. Las escuelas y las universidades se están vaciando, porque la familia no puede cargar con los hijos. Comenzó pues, un proceso de privatización. Cada quien que resuelva su vida y se ponga a trabajar algo. No hay para comprar cuadernos, libros, lápices. Ya no es una inversión familiar y pasó a ser un gasto.
Por supuesto, si viene Henry Falcón ya será un progresismo con un mismo neoliberalismo también salvaje. Ya Henry Falcón, junto con su asesor económico anunció que acudirán al FMI y ahí se verán obligados a una privatización más clara y abierta.