Las contradicciones son situaciones que se encuentran en cualquier organización donde haya vida. Es natural. Una contradicción, un no estar de acuerdo con un proyecto, idea o persona que lo conduzca, es como la sabía que mueve los circuitos organizacionales.
En política, aunque haya una gran disposición a contenerlas o represarlas, no hay manera de lograrlo porque política y contradicción son una misma cosa.
¿Qué busco, recordando o planteado esto?
Recientemente, mi estimado amigo y Vecino Eligio Damas nos dio la oportunidad de leer un trabajo de su puño y letra, que previamente él y yo habíamos discutido. El punto es importante y en función de esta importancia, creí necesario no quedarme con mis apreciaciones.
Por supuesto, el PSUV como toda organización política navega con sus contradicciones personales (por más poder) y grupales para sostener los intereses de un grupo respecto a otro. No cabe duda de esto. Hay pujas en el PSUV, aunque sus cuadros principales se cuiden de no sacarla a la calle.
Considerando que estas pujas existen, hay otro hecho que resulta para mí muy evidente y más importante, que las contradicciones que no florecen a la calle. No veo en el corto plazo ni en el mediano plazo, un PSUV cayéndose a pedazo por sus contradicciones internas. Claro; el PSUV viene cayéndose a pedazos por otras circunstancias, pero menos por la puja entre los grupos y líderes.
Diosdado y Maduro saben o debe saber, que su seguridad como cabezas del PSUV dependen de cómo administren sus contradicciones e intereses en el seno del partido. Su férreo control pasa por una especie de coexistencia pacífica. Dudo, como se lo comenté al amigo y vecino Eligio Damas, que Diosdado haya estado distante de esta decisión de Delcy Rodríguez como Vice Presidenta. No digo que la haya gustado, pero mastico y trago la decisión como si fuera un bocado de caviar.
En el PSUV las normas se aplican por consenso y con tolete completo. Se aplican cuando alguien dentro de la organización atente contra la seguridad de la organización no porque una figura del PSUV sea responsable de sostener y mantener una trampa caza bobo como "Somos Venezuela". Soy de la idea, que Somos Venezuela es una trampa caza bobos dirigida desde el PSUV y gobierno con la finalidad de recoger ovejas extraviadas o personas que no simpaticen mucho con el PSUV.
En lo personal, no sé cuántos de la torta del gabinete le correspondió a Diosdado y cuánto a Maduro, pero estimo que Marlene Contreras no fue desmejorada burocráticamente. Pasó a un ministerio que veo más importante que el responsable de la política turística.