Los maduristas pueden estar contentos. He decidido que ya no debo seguir escribiendo. ¡Total! Qué sentido tiene "escribir de problemas que no existen", si según los maduristas, así seremos los venezolanos de "felices" que hasta existe un viceministerio para la "Suprema Felicidad del Pueblo"¹
Ahora bien, este será mi último artículo en Aporrea, siempre y cuando cualquier madurista, especialmente lo que escriben en este portal - en su mayoría, según palabras de ellos, convertidos en ciudadanos de avanzada tercera edad - y que defienden con máxima vehemencia este sistema de gobierno, puedan demostrarme que alguien de la cúpula madurista, o sea, el propio Nicolás Maduro, Cilia Flores, Diosdado Cabello, Delcy o Jorge Rodríguez, Jorge Arreaza, Vladimir Padrino, Hermann Escarrá, José Vicente Rangel, o las hijas de Chávez, entre otros, viven peor o tienen disminuidas condiciones de vida desde el último lustro, y si pueden demostrarme que durante este mismo tiempo, alguien del pueblo, es decir, una señora de servicio doméstico, un pensionado, un trabajador, un taxista, una enfermera, un docente, un policía, o cualquier persona que dependa de su salario, está en mejores condiciones de vida, si eso es posible, juro que no volveré a escribir en Aporrea.
Igualmente, dejaré de escribir en Aporrea si alguno de esos maduristas, me lleva hasta un centro de salud en donde la atención sea conforme con lo establecido en nuestro ordenamiento jurídico. Si alguno de quienes hablan que este es el "mejor gobierno del mundo" me lleva hasta un ambulatorio, hospital, o hasta cualquier "Centro de Diagnóstico Integral" (llamados CDI), creados por Chávez, en el cual no exista deficiencia en el suministro de medicinas y materiales médicos – quirúrgicos, donde no falle el agua, ni la electricidad, pero además no existan protestas del personal asistencial por bajos salarios ni falta de insumos, juro que no volveré a escribir en Aporrea.
Del mismo modo, reto a cualquier madurista para que me enseñe una escuela o liceo en la cual además que no existan los problemas mencionados en relación con los servicios públicos, que esas infraestructuras cuenten con baños e instalaciones sanitarias en condiciones aceptables para que los niños, adolescentes, maestras, profesores y trabajadores en general puedan hacer sus necesidades en condiciones higiénicas. Que me lleven a un plantel en donde existan suficientes materiales pedagógicos y de oficina, pupitres, mesas y sillas en número suficiente, y pueda ver instalaciones deportivas, así como laboratorios aptos para el aprendizaje, y que en tales instituciones funcione adecuadamente el programa de alimentación escolar, si me muestran algo de ello en esas características, juro que no volveré a escribir en Aporrea.
Si sobre lo anterior, algún madurista me demuestra que en cualquier municipio del país funciona con eficiencia un número adecuado de unidades el transporte público, incluyendo que no vea varados autobuses chinos, traídos en 2015 para modernizar el sistema superficial de ese importante servicio, y que la gente de viva voz, nos diga que no tiene problemas para ir hacia sus trabajos o sitios de estudio, o de vuelta hacia sus residencias, incluyendo el Metro de Caracas, y que en esos municipios no existan las llamadas "perreras", juro que no volveré a escribir en Aporrea.
Si un madurista me demuestra que es mentira que los venezolanos tienen dificultades para encontrar las medicinas o alimentos básicos, que además son productos con precios accesibles que pueden ser adquiridos en cualquier farmacia o abasto, o que lleguen a mostrarme cualquier "Mercado de Alimentos" (Mercal),- incluyendo aquel que fue inaugurado desde un "Aló Presidente" en 2003- abastecido y en pleno funcionamiento, y que tal programa social sigue existiendo sin deficiencias, incluyendo hasta de construcción de laboratorios para el procesamiento de antibióticos que mencionaba Chávez, y en donde vemos incluso a Nicolás Maduro al lado del presidente fallecido², si un madurista llega a mostrarme algo de eso, juro que no volveré a escribir en Aporrea.
Si esos maduristas que se rasgan las vestiduras por este gobierno, llegan a demostrarme que cualquiera de la cúpula madurista puede vivir con menos de 10 dólares mensuales calculados a la tasa paralela, pero que además sus hijos estudian en colegios públicos, o en su defecto en la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV), que alguno de los nombres mencionados como parte del poder madurista viajan a diario en Metro o "perreras", y que cuando van al exterior ellos no cobran viáticos en moneda extranjera, sino en los cacareados "petros" con los cuales pagan los bienes y servicios que consumen en otras latitudes, juro que no volveré a escribir en Aporrea.
Si los maduristas llegan a comprobarme que en el sector donde viven o trabajan, nunca una persona, institución o empresa ha sido víctima de la delincuencia, a través de un robo, atraco, secuestro o asesinato, juro que no volveré a escribir en Aporrea.
Si el más acérrimo madurista llega a demostrarme que el nivel de vida de la cúpula del gobierno que tanto defienden sólo puede objeto de vivir con moral, honestidad y sin corrupción o tráfico de influencias o abuso de poder, juro que no volveré a escribir en Aporrea.
Pensaba que este sería mi último artículo escrito en Aporrea, pero al ser evidente que ningún madurista podrá demostrarme que es mentira aunque sea una de las condiciones políticas, económicas y sociales que he planteado, resulta obvio que aún me queda, mientras viva, mucha tinta a mi pluma en Aporrea y otros medios.
El madurismo no nos ganará la batalla. El pueblo de Venezuela derrotará al neototalitarismo. A propósito de ser ciego. Quien tenga ojos que vea.
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