Cada septiembre uno vive la tragedia de Allende, que no es hoy de Chile. Cada septiembre, renace la esperanza Allende cargando con sus otras muertes. Cada segundo de cada día, se sienten las uñas de la política que lleva los Estados Unidos sobre América Latina y esa política, es otra manera de matar hoy a Salvador Allende.
Creo hoy, que debemos seguir lamentando la muerte de Allende. Duele esa muerte, pero el dolor no proviene precisamente porque Allende se nos fue en un septiembre. El dolor mayor no proviene por la ausencia de Allende. Más bien, el dolor sale por las otras muertes que ha sufrido Allende y que son más amarga que la afrontada por él dignamente en la moneda un 11 septiembre.
Se puede tener reservas y muchas, respecto a cómo el proceso Bolivariano ha caído en su trayectoria, respecto a lo que se proclamó. Uno puede creer que Maduro ya no representa las ideas básicas de cambio que el proyecto comenzó a delinear en 1999. Aun con las pesadas cargas que el gobierno le ha colocado al proyecto bolivariano, uno siente las otras muertes de Allende, cuando tiene la triste oportunidad de leer una opinión de una Isabel Allende o una Michelle Bachelet, que juzgan la situación venezolana sin considerar que en ellas pueden tener cabidas las acciones y omisiones del gobierno, como la política de cerco e injerencia que Estados Unidos impone, que son las mismas que terminaron con Salvador Allende en Chile y que causaron todos los horrores que se conocen, que no deberían serle ajenas hoy a Isabel Allende y a Bachelet.
Bachelet ha manifestado cualquier tipo de opinión muy ajustada a lo que Estado Unidos quiere oír. Bachelet, cuando opina sobre Venezuela lo hace como una opositora de Salvador Allende.
Isabel Allende, hoy destacada miembra de la academia estadounidense de las artes y las letras, igualmente ha soltado sin ninguna consideración con lo que le toco vivir, opiniones que uno está obligado a preguntarse, cómo una la autora de la casa de los espíritus, opina así tan ligero sobre la situación venezolana.
En una oportunidad expresó que la democracia venezolana estaba amenazada por un gobierno. Pudo evitar con un poquito de cautela, otra nueva muerte amarga y poco digna de Allende. Pudo haber dicho y con ello no estaba especulando, que la democracia venezolana se sentía amenazada por un gobierno y por unas fuerzas externas, que han hecho todo lo posible e imposible para repetir lo que sucedió en Chile.
En otra declaración sostuvo que el chavismo ha destrozado al país[i]. Estas opiniones las ofrece con alguna frecuencia sin atenuantes ni detalles. Es una manera de asesinar nuevamente a Salvador Allende. Una manera más cruel de asesinarlo hoy.
Es tan visible la injerencia directa e indirecta de los Estados Unidos, que manifestar una opinión sobre Venezuela, desconociendo la injerencia directa de EEUU, es producirle lamentablemente otra muerte a Salvador Allende.
@ClaudioElcuaco
[i] https://www.efe.com/efe/espana/gente/la-chilena-isabel-allende-dice-que-venezuela-vive-una-tremenda-crisis-institucional/10007-3357904 y https://www.elnuevoherald.com/noticias/mundo/america-latina/venezuela-es/article154390244.html