El neonazismo y la extrema izquierda están de júbilo con la muerte de Teodoro Petkoff. Incluso fue tal el nivel de odio de semejantes actores políticos contra este ejemplar venezolano que llegaron al punto de "asesinarlo" en vida en sus derechos civiles de quien fuera en diversos momentos históricos desde ex - guerrillero, economista y escritor hasta un importante político venezolano¹.
La voz y lexicografía de Teodoro Petkoff era una de las más brillantes de la política. Muy pocos como él, manejaban el discurso de manera simple y académica de forma simultánea. En términos de la izquierda donde siempre militó como fundador del Movimiento al Socialismo (MAS), siempre fue un candidato presidencial que buscaba romper con los preceptos del status quo de la época que dominaron la escena en tiempos de bipartidismo, y fue el partido político más importante que apoyó a Rafael Caldera en su segunda presidencia que fue alcanzada en las elecciones de 1993, cuando éste decidió romper con el partido que también había fundado, o sea, el Comité Político Electoral Independiente (Copei), y conformar lo que fue llamado de manera despectiva como el "chiripero", por parte de sus detractores.
Teodoro Petkoff irrumpe en la escena política cuando es llamado por Caldera en 1996, luego que la crisis financiera y económica se había desatado en los dos primeros años de aquel gobierno, no sólo con la quiebra que superó más del 50% del sistema bancario de ese entonces, sino porque la inflación se había disparado en niveles del 70,8% y 57,6% en 1994 y 1995.
Es precisamente en 1996, con la aplicación del plan de estabilización macroeconómica de nombre Agenda Venezuela que Teodoro Petkoff funge como líder de aquel gabinete al ser designado ministro de planificación. Recordamos que durante los dos primeros meses de aplicación de ese plan de ajuste, la inflación llegó a marcar 8%, razón por la cual muchos marxistas de la época lo criticaron, máxime cuando en una de aquellas entrevistas ante lo que ocurría en el país llegó a decir: "estamos mal, pero vamos bien". Obviamente, las cifras de inflación llegaron a marcar record histórico en ese 1996, cuando el Banco Central de Venezuela (BCV) afirmó que el índice de precios al consumidor marcó un 103%.
Irónicamente, muchos de los que hoy están en el madurismo, y defienden a capa y espada ante quienes han originado esta perversa hiperinflación que se mide según cifras conservadoras en más de 1.000.000%, fueron acérrimos críticos de que aquella tasa inflacionaria en 1996 superara los tres dígitos anuales, y no perdían oportunidad posible para decir que estábamos en presencia de un gobierno neoliberal y entreguista de la soberanía, porque además se estaba llevando a cabo el programa de apertura petrolera, que había elevado la producción sobre los 3 millones de barriles por día, y había logrado colocar al país en la senda del crecimiento en 1997, y una reducción abrupta de la inflación en torno del 40%.
A pesar de ello, Teodoro Petkoff siempre fue criticado y calificado de traidor por una izquierda con la cual rompió, precisamente en 1998, cuando el MAS, entonces decidió apoyar a Hugo Chávez para la presidencia de la República. Hasta ese año, Teodoro fue miembro nacional e integrante del partido que había fundado.
Luego de esos avatares de la política, hubo algún amague por ser candidato presidencial en 2006, pero finalmente terminó dedicado a la escritura y la dirección periodística, primero como editor de El Mundo, y luego como fundador del diario Tal Cual.
Teodoro Petkoff fue sin duda, una de las mentes más lúcidas que tuvo el país en términos de política. Quienes aún lo critican, llamándolo con cualquier cantidad de epítetos, son aquellos que disfrutan con la destrucción que vive Venezuela en el medio del hambre y la pobreza, mientras la empresa petrolera es rematada a chinos y rusos.
El neonazismo que controla Venezuela en conjunción con la extrema izquierda está de júbilo por la muerte de Teodoro Petkoff. Que rían y celebren con "mayor de edad" y fumando habanos personalizados, sin que falte la respectiva carne al estilo de Estambul. Allá ellos con su conciencia en celebrar la muerte de un venezolano, aunque vengan con hipócritas comunicados.
El inmenso pueblo de Venezuela conoce muy bien quien fue Teodoro Petkoff, y ese mismo pueblo brindará honores para lo que en su vida transcendió y significó para la lucha de un mejor país. Descansa en paz Teodoro. A propósito de ser ciego. Quien tenga ojos que vea.
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