Tenemos un presidente que no gobierna. Un presidente que no gobierna, sino que usurpa funciones como tal, cuando miente al decir que está por el bienestar de los venezolanos, y además se hace llamar "chavista" para disfrazar la existencia del madurismo que crea millardos y millardos de bolívares virtuales – inorgánicos – que sólo sirven para financiar un espantoso gasto fiscal que ha originado una perversa hiperinflación, que a su vez ha empobrecido a la población de una manera miserable, al punto que llama "plan de recuperación, crecimiento y prosperidad económica" a que los trabajadores tenga un salario mínimo mensual que ni siquiera llega a los dos dólares, cuando hace apenas seis años, con Chávez en el poder teníamos en Venezuela el salario mínimo más alto de América Latina.
Tenemos un presidente que no gobierna. Un presidente que no gobierna, mientras usurpando funciones como mandatario, continúa destrozando por completo la educación que heredó de Chávez, para instaurar el madurismo como un sistema neototalitario de gobierno, peor que cualquier denominada africanización, al punto que aquellas escuelas integrales – bolivarianas – y liceos donde nuestros niños y adolescentes recibían desayuno, almuerzo y merienda, con sistemas de educación de altos niveles de aprendizaje y con docentes que percibían salarios dignos conforme con las disposiciones constitucionales, en seis años Maduro acabó con la alimentación escolar balanceada, es decir, estudiantes quienes ahora a lo sumo comen una cucharada de arroz o lenteja uno que otro día de la semana, y sus docentes son humillados con "remuneraciones" que apenas si llegan a los tres dólares al mes, o sea, denigrando y despreciando por completo, al igual que el resto de los trabajadores, la condición humana y violando con ello el derecho a la vida. Pleonástico es decir que esas mismas condiciones se repiten en los espacios universitarios.
Tenemos un presidente que no gobierna. Un presidente que no gobierna, mientras usurpando funciones como tal, en sólo un lustro – 2013 al 2017 - logró que Venezuela cayera 16 puntos en el Índice de Desarrollo Humano (IDH) según el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)¹, lo cual ha originado que retornen al país enfermedades como la poliomielitis, tuberculosis, malaria, sarampión, así como un aumento desproporcionado de la mortalidad infantil, y la multiplicación de muertes por enfermedades derivadas del cáncer y casos de seropositivos. Además esta debacle asistencial ha liquidado por completo el sistema de salud, y de lo que fue llamado "Barrio Adentro", cuyas estructuras de prevención y hospitalarias quedaron degradadas en su más bajo nivel. Peor aún, enfermeras, radiólogos, bioanalistas, residentes y especialistas, el personal que debe velar por la salud del resto de los venezolanos, quedó sin posibilidad alguna de poderse mantener en su propia condición de vida, cuando sus salarios mensuales fueron reducidos al valor de medio kilo de queso, tal y como lo dijo el ministro del "trabajo". Y a eso le llaman "revolución de salud".
Tenemos un presidente que no gobierna. Un presidente que no gobierna sino que usurpa funciones y se hace llamar "presidente" chavista, pero mientras Chávez ordenó detener a un criminal convicto y confeso como Valentin Santana, jefe de un mal llamado colectivo armado identificado como "La piedrita"², semejantes integrantes de ese grupo de delincuentes se declaran de manera pública en defensa del madurismo, o sea, ése mismo líder criminal aparece fotografiado al lado de ministros y hasta con la alcaldesa de la ciudad más importante de Venezuela³, mientras que el propio Maduro calla cuando tal paramilitar estatal aparece abiertamente para brindarle su apoyo delictivo⁴, en contra de las propias palabras que Chávez rechazaba de este individuo. Aun así, a pesar de que Chávez en varias oportunidades pidió el encarcelamiento de Valentin Santana, éste individuo es el principal aliado del madurismo en sus actos criminales y de amenazas contra la sociedad, contando con la impunidad del fiscal "constituyente".
Tenemos un presidente que no gobierna. Un presidente que no gobierna, sino que asume de manera fraudulenta el poder Ejecutivo, y llega al colmo de hacerse llamar "chavista", cuando su principal asesor "constitucional", no sólo odiaba y deseaba hasta más no poder la salida de Hugo Chávez en sus múltiples apariciones públicas⁵, sino que se ha convertido en el responsable de la ilegal e ilegítima "constituyente" en redactar la próxima "constitución" que buscar derogar la Carta Magna (1999) que impulsó el líder fallecido de la revolución bolivariana. No obstante, con semejantes pruebas, algunos insisten en llamar a tales antichavistas y maduristas como si fueran "chavistas" y revolucionarios. Verbigracia, quienes ayer fueron comprobados y acérrimos antichavistas, son la claque principal del madurismo, así como sus más fieles panegíricos y zascandiles.
Tenemos un presidente que no gobierna. Un presidente que no gobierna, y que ahora en su usurpación del poder, vende la industria petrolera a precio de gallina flaca, cuando en su sexenio logró que Petróleos de Venezuela (Pdvsa) disminuyera su producción de unos 3 millones de barriles diarios aproximadamente en 2012, a sólo un millón por día hasta inicios de 2019, y con tendencia a seguir disminuyendo, y abandonó ante las instancias internacionales la lucha por el Esequibo, regalando con ello la plataforma continental venezolana, en la cual ahora tanto Guyana como Trinidad y Tobago se convertirán en el corto plazo en las principales naciones explotadoras de petróleo en el continente al tener bajo su total control geopolítico las zonas descritas.
Tenemos un presidente que no gobierna. Un presidente que no gobierna. Un usurpador del poder que dice que va a recuperar un país, cuando apenas por renta petrolera líquida de unos 500 mil barriles por día, con un promedio de 50 dólares por unidad, apenas podrá recibir unos 750 millones de dólares por mes, para una nación que si llevara los ingresos mínimos cuando menos a 100 dólares para cada funcionario, así como pensionados y jubilados – estimados en unos 7 millones de venezolanos – sin incluir el funcionamiento óptimo de importaciones, educación, salud y servicios públicos necesitaría unos 5 mil millones de dólares al mes, razón por la cual no tiene forma de explicarle al país, cómo sus aliados chinos, rusos o turcos podrán ayudarlo a salir de esta crisis.
Tenemos un presidente que no gobierna. Un presidente que no gobierna. Un usurpador del poder que permite que al sur de Bolívar se origine y desarrolle una inmisericorde explotación minera que destruye el hábitat, la biodiversidad, contamina el ambiente, aniquila el Orinoco, viola derechos indígenas, y convierte esa zona geográfica en tierra de nadie, espacio en el cual las masacres están a la orden del día en complicidad con mafias maduristas, militares, guerrilleras, paramilitares y de garimpeiros.
Tenemos un presidente que no gobierna. Un presidente que no gobierna, y que siendo un usurpador del poder que va contra los derechos del pueblo, llama al presidente de la Asamblea Nacional por el apellido del río Guaire en función de la descomposición ambiental que tiene ese torrente urbano, lo cual comprueba la ineptitud e incompetencia de una funcionaria como Jacqueline Faría⁶, y quien prometió para 2014, en pleno gobierno madurista que este río estaría totalmente saneado en su cauce y sus aguas. Ante ello nos preguntamos: ¿Si el presidente del poder Legislativo debe ser identificado con el nombre del río contaminado, cómo deberíamos llamar a quienes prometieron limpiarlo en todos sus afluentes, al punto que aseguraron que llegaría el día en que podríamos bañarnos en el Guaire? ¿Será acaso que la inmundicia con la cual el presidente usurpador utiliza el nombre de tal río, es por analogía el nombre que equivale para todo lo que deba ser identificado con el madurismo? La salsa que es buena para el pavo, es buena para la pava ¿O no es así que siempre ha dicho un acérrimo madurista?
Tenemos un presidente que no gobierna. Un presidente que no gobierna, y cuyas acciones de usurpación en desmedro del país, han dado como origen la emigración de más de 3 millones de venezolanos, cifra que seguirá en aumento porque no puede ser vida, vivir con menos de dos dólares al mes y una hiperinflación millonaria -la más alta registrada en la historia de la humanidad -, sin posibilidad de recibir una alimentación mínima, así como tampoco servicios educativos y asistenciales que sean dignos para el pueblo.
Tenemos un presidente que no gobierna. Un presidente que no gobierna, y que en la usurpación del poder, llega al extremo de mentir en la entrega de un pernil para los venezolanos más pobres. Que resulta inerte ante los reclamos de los habitantes de las distintas ciudades exigiendo agua, gas, electricidad o transporte público, y por el contrario, ante sus protestas por la exigencia de vitales servicios son tratados como delincuentes por parte de fuerzas represoras. A esa forma de gobernar, el madurismo usurpador le llama "democracia".
Tenemos un presidente que no gobierna. Un presidente que no gobierna, y que hoy usurpa Miraflores. La usurpación está demostrada. Ha empobrecido al país. Ha traicionado al chavismo cuando en su corriente madurista son los principales antichavistas quienes integran su cúpula y son sus defensores⁷. Ha destruido a Pdvsa. Ha contaminado Canaima y nuestros reservorios naturales. Ha mentido al país. Ha originado una incesante emigración de venezolanos. A propósito de ser ciego. Quien tenga ojos que vea.
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² https://www.aporrea.org/actualidad/n128548.html
³ https://twitter.com/jvivassantana/status/996917645495668736
⁴http://www.elpolitico.com/la-joyita-criminal-que-reaparece-para-apoyar-candidatura-de-maduro/
⁵ https://twitter.com/jvivassantana/status/1075511965043314690