Las conversaciones en Barbados más allá de las especulaciones, conjeturas y cualquier tipo de análisis político que se realice sobre éstas, debemos evaluar que inicialmente la mediación de Noruega en este conflicto político comienza a generar cuando menos signos positivos sobre las diferencias y los desacuerdos cuando ambas partes deciden seguir extendiendo los encuentros en las próximas semanas.
Ante ello, son vacuas y sin importancia las declaraciones de Diosdado Cabello quien jugando posición adelantada "asegura" que no habrá elección presidencial, lo que resulta de la analogía del grupo de la ultraderecha de Maria Corina Machado quienes también "afirman que no irán a ningún hecho electoral que pudiera organizarse como salida a la crisis. En este caso ambos grupos, tanto quienes siguen a Cabello como a Machado apenas si representan en simbiosis un 15% del electorado, no sólo por ser las figuras más rechazadas en el contexto político tanto de un bando como del otro, sino porque es claro que los intereses mediáticos y de propaganda electoral de estos voceros tienen como único propósito dinamitar el diálogo y el encuentro político como única alternativa para resolver la grave crisis venezolana, que evidentemente ya tiene consecuencias geopolíticas en otras naciones del continente.
Ahora bien ¿qué pudo hablarse en Barbados? ¿Cuáles pudieron ser los principales acuerdos en esta fase de comunicación? ¿Dónde están las principales discrepancias? Es evidente que tanto el madurismo como la oposición que agrupa el componente que apoya a Juan Guaidó cada uno siempre defenderá sus potenciales intereses políticos, en los cuales también habría que preguntarse que estaría dispuesto cada grupo a ceder para encontrar una vuelta a la llave política, cuya cerradura se encontraría aparentemente sin posibilidad de girar, y por ende, de abrir la anhelada puerta.
En tal contexto, el madurismo busca ganar tiempo, y de hecho, si nos atenemos a lo que está sobre la mesa, consiste en llegar al 2020 – Maduro cumpliendo un primer año de un "nuevo período" en condiciones de usurpación - buscando adelantar las elecciones parlamentarias, máxime atendiendo que de lograr primero esos comicios sin que se realicen en conjunto con una eventual elección presidencial, eso llevaría dividida a la oposición, aunque se cambiaran todas las autoridades del actual Consejo Nacional Electoral (CNE), y considero que esa es la prioridad del madurismo. Por ello, han hablado de la posibilidad de activar la Asamblea Nacional. O sea, te acepto nueva directiva del CNE, pero tú aceptas adelantar comicios del parlamento. Esa propuesta resultaría muy inconveniente para la oposición, razón por la cual la descarto plenamente, máxime por las razones señaladas y la heterogeneidad que conforman este grupo.
La otra alternativa, y es la que también pudiera terminar ese diálogo está en continuar en "conversaciones" sin acuerdos. Aquí la oposición también lleva las de perder tiempo y espacio político, porque contrario a lo que siempre hace el CNE de realizar campañas electorales de muy pocos días, estoy seguro que estas autoridades convocarían esas elecciones en el primer trimestre de 2020, y de esta manera aquellos partidos que no inscriban a sus candidatos, pues quedarían fuera del juego político, y además sin importarles la complejidad electoral, y que el período termina en diciembre de 2020, muy bien pudieran hacer como realizaron con la atípica elección presidencial del 20 de mayo de 2018, fijando una fecha electoral en el primer semestre del próximo año ¿Qué ocurriría en este caso?
Entonces, ante esta posibilidad, surge que la oposición sea quien lleve la ofensiva electoral en el plano que no le conviene al madurismo y que siempre ha evadido por razones de encontrarse en clara minusvalía de votos. Verbigracia, la posibilidad de referendos, los cuales no solamente ajustados con la Constitución, sino que se convertirían en sendas respuestas políticas, y en las cuales, el madurismo no pudiera negarse a ser parte en la designación de un nuevo CNE si efectivamente quiere ceder o dar concesiones en el diálogo que se ha extendido desde Barbados.
En esa prerrogativa, todo referendo, sea cual fuere su espacio y nivel de consulta se convertiría en un juicio político de la población en favor o en contra del régimen, y permitiría girar la llave de la cerradura de esa puerta que está permanentemente cerrada ¿Y qué proponemos? Pues, en agosto de 2019 se cumplen dos años de los períodos de todos los gobernadores, razón por la cual, la oposición puede exigir que antes de que finalice el 2019 se realice en una fecha de mutuo acuerdo los revocatorios contra todos los gobernadores en ejercicio, además de un referendo consultivo en esa misma fecha que nos diga si la población está o no de acuerdo con el cese de actividades de la ilegal e ilegítima "constituyente" que controla Diosdado Cabello, el mismo que asegura que aquí no habrá "elección presidencial".
En este ejercicio de praxis política, al final lo que importaría no sería el número de gobernadores(as) que pudieran ser revocados o ratificados tanto del gobierno como de la oposición, sino que la totalización de los votos por estados, así como los resultados de la consulta sobre la continuidad de la "constituyente" terminarían por decirnos no sólo quien es mayoría en Venezuela, sino que esa consulta electoral por estados y con nivel nacional, dejaría abierta la posibilidad de triunfar la oposición de convocar de manera inmediata para unas elecciones generales de ser el caso, pero eso debería de hacerse antes de que el CNE y el madurismo tratando de pescar en río revuelto convoquen a elecciones parlamentarias en caso de que continúe el tiempo sin eventuales acuerdos políticos.
Lo que pasó en Barbados ha sido apenas un abreboca de una situación coyuntural que aún no resuelve de fondo el problema de las elecciones generales. Pero la oposición tiene en su poder una salida constitucional demoledora a la cual teme el madurismo, y contrario en lo que siempre buscan ellos de dividir al sector que les adversa, en esta ocasión, los divididos serían quienes usurpan Miraflores, que por cierto, ya están sintiendo las divisiones de rigor, como el hecho de que el Partido Comunista de Venezuela (PCV) les haya retirado el apoyo político por violaciones sobre los derechos de los trabajadores.
La oposición debe jugar a la ofensiva en este acuerdo de Barbados. No obstante, el hacerlo implica no dejar que el madurismo gane tiempo para después terminar con sus perversidades electorales. La propuesta refrendaria por regiones y sobre la "constituyente" mientras se sigue dialogando no sólo es la mejor alternativa por el hecho de ser constitucional, sino que coloca al madurismo contra las cuerdas en el plano nacional e internacional, en virtud de que no tendría manera de argumentar algo en contra para no realizar o negarse ante semejantes consultas.
Así pues, Barbados se convierte en una trampa madurista que si la oposición la enfrenta con estrategia y aplomo, será indudable que al madurismo les saldrá el tiro por la culata. A propósito de ser ciego. Quien tenga ojos que vea.