Luego de un primer encuentro de Barbados entre el madurismo y la oposición, se produjo un segundo intercambio de propuestas en la mesa de negociación y al parecer habrá una estabilidad – cuando menos en los próximos 30 días – que finalmente nos dirá, si efectivamente ambas partes están en sintonía que haya un acuerdo político, o por el contrario, se mantendrá la disputa política, y con ello la profundización de la crisis política, económica y social.
En este contexto tanto del lado del madurismo como de la oposición existen sectores plenamente identificados en dinamitar cualquier pacto en el orden político. Así tenemos que Diosdado Cabello jura que no habrá elecciones presidenciales, mientras los radicales afines con el maricorinismo desde el exterior se encargan de calificar a Juan Guaidó y el resto de la oposición no violenta con los epítetos de: entreguistas, colaboracionistas, vendidos, traidores, y muchos otros adjetivos que terminen por implosionar lo poco que les queda en sus vísceras.
Si bien es cierto, estamos claros que Maduro y Cabello, en especial el segundo, controlan una secta de criminales, y que están tratando de huir hacia adelante en la búsqueda de ganar tiempo, o fragmentar a la oposición, la realidad es que el movimiento internacional ha llegado hasta Rusia y China – con más dinamismo en el primer país – y que el tema de Venezuela se ha convertido en un referente geopolítico que está afectando incluso no sólo el devenir humano en sí mismo que representa la emigración de más de 4 millones de connacionales, sino que la estabilidad política y económica de Suramérica, está siendo muy vulnerada por ese desequilibrio poblacional, que amenaza con seguir aumentando hasta en términos, según especialistas, en más de 10 millones de personas, si Maduro continúa en el poder hasta el 2025, máxime con las imposibilidad de recuperar la economía, y seguir hundiendo al país en el colapso de los servicios públicos, y la destrucción total de la industria petrolera.
Ante esa realidad, que asumen los maduristas en privado, saben muy bien que Maduro nunca llegará a ese estadio del poder, porque en el peor de los casos no podría evitar el revocatorio de 2022, y en tales condiciones, quienes usurpan Miraflores estarían cavando su propia fosa política. De hecho, no es casualidad que el madurismo diciendo que son mayoría en todo el país, ni siquiera se atrevan a convocar a los referendos revocatorios contra los gobernadores de oposición que se pudieran ejecutar a partir de agosto del año en curso ¿Será acaso que conocen que no tienen ningún poder de convocatoria ni para revocatorios regionales, y aun teniendo el control del Consejo Nacional Electoral? ¿No sería tal hecho político una manera de demostrar que son mayoría absoluta en el país, y terminarían por barrer lo poco que según ellos, queda de oposición en Venezuela? Si alguien tiene algunas dudas sobre el pragmatismo político del madurismo, debería por comenzar a intentar responder las mencionadas interrogantes.
Desde mi perspectiva, si habrá negociación en Barbados, sólo que la misma está siendo entorpecida por las pocas garantías que tiene Diosdado Cabello, quien preside de comiquita la ilegal e ilegítima "constituyente", pero que según el madurismo la asumen como "todopoderosa", "plenipotenciaria" y "supraconstitucional". Pero ¡oh sorpresa! Ninguno de sus integrantes forma parte de la mesa de acuerdos en Barbados. Entonces, ¿Cómo es eso de que quienes supuestamente tienen el máximo poder en Venezuela, no están conversando con la oposición sobre el futuro de Venezuela? La verdad es que tal hecho es otra muestra de que esa constituyente sólo en bazofia política.
No obstante, aunque la presencia de Diosdado Cabello es simbólica en la "constituyente" – recordemos que comenzó en tal organismo teniendo una "función especial" cuando Delcy Rodríguez fue la presidenta - , lo que realmente controla el otro autodenominado "hijo de Chávez – es la policía política, así como los asesinos del mal llamado grupo de Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) que Michelle Bachelet en su informe de derechos humanos pidió por su disolución, así como el control del Ejército al tener ahora a su primo en la comandancia de tal cuerpo castrense, y obviamente los ingresos de los impuestos nacionales que dirige a través de su hermano, Jose David Cabello.
O sea, que Diosdado Cabello al tener cualquier desacuerdo con Maduro, será el primero en darle un (auto)golpe de Estado, que es lo que en definitiva torpedea la negociación, y más teme el usurpador de Miraflores – al punto que ni siquiera asistió a la toma del nuevo presidente de Suráfrica - , en que así como Cabello tiene hacia él su desconfianza en ser entregado a Estados Unidos por su hoja de vida llena de crímenes, pudiera terminar a la inversa, y sea Maduro el traicionado por su "hermano del alma", quien al parecer sigue teniendo sus contactos con Thomas Shannon como una potencialidad de salvar su pellejo. Aunque suene paradójico y contradictorio, tanto Maduro como Cabello juegan a la tabla de salvación ante Estados Unidos si esa "salvación" pasa por la entrega de cualquiera de ellos, sólo que en este caso, el "salvado" supuestamente se quedaría con el poder político de manera transitoria.
Por su parte Juan Guaidó quien llegó en peñero a la isla de Margarita, y estuvo en una gira de tres días por el estado Nueva Esparta junto con su esposa, y el gobernador de ese estado, en multitudinarias concentraciones, dice que "van a venir días duros, no hay soluciones mágicas"¹, justo cuando la tasa del dólar paralelo rompe la barrera de los cinco dígitos en menos de un año que arrancó Maduro con la pantomima del plan de "Programa de Recuperación, Crecimiento y Prosperidad Económica"², con la existencia de un "petro" que no se ve por ninguna parte, y con una tasa de cambio de Bs. 60 "soberanos" – nombre que ya ni los mencionan – por dólar, después de eliminarle cinco ceros a la moneda, y cuyo salario mínimo comenzó siendo de 30 dólares mensuales, y en la actualidad apenas es de 4 dólares, y una hiperinflación que superó hace tiempo las cifras millonarias en términos porcentuales.
En otras palabras, si las palabras de Guaidó van en sintonía con lo que ha hecho Maduro con la economía y la emigración de venezolanos, sin obviar que apenas se producen unos 700 mil barriles diarios de petróleo, mientras que son una constantes las fallas de agua, luz, gas y transporte, es obvio que los días duros los estamos viviendo desde hace tiempo, y que esa realidad es la que está obligando al madurismo a tener que negociar, aunque no tengamos magia para llegar a esos acuerdos.
Por ello, es que la fractura de la llamada coalición dominante sólo tiene su estabilidad en las amenazas mutuas de los hijos de Chávez del uno contra el otro. De hecho, ya ni Cabello asiste a las reuniones del partido oficialista cuando está presente Maduro, quien justifica su ausencia con cualquier argumento redactado por el ministrillo de propaganda, y especialista en la mentira, Jorge Rodríguez.
Y en el medio de todo este desastre, la Fuerza Armada sigue destruida en lo ético y moral en su componente de la Guardia Nacional quien matraquea y roba a sus anchas desde los simples ciudadanos hasta los que se desplazan por las innumerables alcabalas. Es decir, el madurismo tiene su precio de sobrevivencia en la corrupción. No tiene otra salida.
En síntesis, Barbados debe acelerar una propuesta de elecciones en el menor tiempo posible, porque de no alcanzarlo, aunque el madurismo sobreviva en funciones de usurpación política, esa misma sobrevivencia política se hunde cada día que transcurre. Es simple: O entregan el poder de manera elegante o serán echados de ese poder de manera humillante. A propósito de ser ciego. Quien tengan ojos que vea.