En lo que pudiera considerarse el máximo acto de paroxismo político y lleno de demagogia ante sus panegíricos, Nicolás Maduro en una clara acción de narcisismo y burla contra la religiosidad cristiana y católica – incluso de sus propios seguidores - se autodefine como el "Cristo" del siglo XXI cuando afirma de manera irredenta ante la vacuidad de su claque que: "Cuando está gobernando Maduro está gobernando Cristo"¹.
La verdad es que una afirmación de este tipo respetando a quienes profesan otras formas de culto – exceptuando las llamadas brujería y santería quienes hasta profanan tumbas y matan animales – o quienes se consideran ateos, las palabras de Maduro en el tema del cristianismo no solamente son temerarias, sino que revelan una inmensa burla en los millones de creyentes en el mundo porque si colocamos sus palabras en contrario, quiere decir que donde "no esté gobernando Maduro está gobernado el demonio" y eso, por supuesto pudiera ser aplicado en cualquier contexto político e histórico.
Sobre este particular Lalouette (2000) señala: "Las ˂˂imágenes˃˃ de Dios concebidas por el espíritu de los hombres se vinculan, por tanto, a todas las situaciones sociales, de la más humilde a la más elevada. Según el carácter de los pueblos, son más o menos vivas, pero siempre muy antiguas. Permiten hacer la divinidad de un ser ˂˂accesible˃˃, dispuesto a guiar o a acudir en ayuda de todo ser humano de zozobra. Si Dios está oculto a los ojos de sus criaturas, tanto la oración como otros signos sirven para unirlos (p.122).
O sea, que independientemente de cual sea la religión que cualquier venezolano profese o practique, entre los que se manifiesten creyentes, resulta obvio en que si en algo coinciden es que la existencia de ese "Dios" viene desde tiempos muy remotos, lo cual deja en plena evidencia no sólo el nivel de blasfemia religiosa y política que Maduro acaba de realizar contra millones de feligreses en todo el planeta, sino que en cualquier momento, no debería de extrañarnos que se considere una suerte de Simón Bolívar reencarnado que va a luchar por la "libertad de los pueblos", aunque en los aromas de su bazofia discursiva siempre deje entrever que esos serían sus propósitos, al punto que acepta sus vínculos con terroristas disidentes de la guerrilla colombiana, o calla cuando individuos como el presidente de Turquía invaden otros pueblos para cometer un genocidio, aunque resulta obvio que para Maduro, ahora convertido en "Cristo", esa sangre es necesaria para liberarnos del "mal".
Nicolás Maduro ha prostituido todo el discurso político. Por ello, no es de extrañarnos que ordene la praxis de la brujería para la "formación" de los docentes en instituciones adscritas al ministerio de Educación², como en efecto está ocurriendo en el nivel nacional como parte de la "nueva concepción educativa", en la cual ya no tengo dudas, él sería considerado el "Dios" del siglo XXI, y por ende, el madurismo sea denominado como una "religión contemporánea" cuando lo que representan son una secta de criminales y asesinos.
Es clara la proliferación y putrefacción social y cultural del madurismo. La misma ya no sólo tiene contenidos políticos, sino que buscan desde la seudorreligiosidad convertir en "Dios" a quienes destruyen pueblos enteros sometidos al hambre, la miseria y el éxodo, éste último no precisamente en búsqueda de la tierra prometida, sino en marcar para ellos, la muerte en vida de cada ser humano.
Por lo pronto, Nicolás Maduro se considera y define como el "Cristo" en pleno siglo XXI ¿Será que piensa que también puede morir crucificado como Jesús de Nazaret? A propósito de ser ciego. Quien tenga ojos que vea.
¹https://puntodecorte.com/video-nicolas-maduro-cuando-esta-gobernando-maduro-esta-gobernando-cristo/
² https://puntodecorte.com/denuncian-liceo-nueva-esparta-brujeria/