Soñando…
Quisiera que mi perro, me enseñara a ser amigo de la manera que él lo es conmigo…
Desearía que todas las aves prisioneras pudieran hablar, para que aprendamos que su trinar es mágico solo en libertad, de parte de los privados de libertad, los mismos que sus compañeras llaman desaparecidos…
Soñar despierto, para sentir el embrujo de cabalgar en el mar como en los campos, sobre el lomo de las ballenas por toda la eternidad…
Que no haga falta ser unicornio para que todos los corceles puedan volar…
Saltar como los canguros para abrasarme de las nubes…
Montarme sobre una mariposa e intentar congelar el tiempo para que no tenga final…
Que los pingüinos emperadores me confiesen el secreto de su devoción infinita de cómo se cría un hijo en los lugares más inhóspitos…
Perder el tiempo con los delfines, intentando aprenderme su dialecto, para que me cuenten sobre la solidaridad, intentando revertir un perderme con un simple encontrarme…
Convivir con los chimpancés y los orangutanes, ansiando descubrir en que fallamos…
Y si equivoque el camino…
Regresar al paraíso y rogarle a Eva para que desista de darle un mordisco a la manzana…
O que el padre del Nazareno me diga con tristeza que su mejor creación no fue el hombre, sino todos los demás animales…
¿Cuándo comprenderemos que la naturaleza es nuestro aliado y los animales nuestros mejores amigos?…
(…) Este escrito lo escribí en el 2011, por culpa de la cuarentena, mis ojos se posaron frente a él, hoy en este difícil y duro momento que nos toca vivir a toda la humanidad, pensé que es importante compartirlo con todos ustedes… José
