Luego de la juramentación de los rectores del C.N.E., es justo y necesario, hacer un reconocimiento al talante Revolucionario y Democrático del Presidente Nicolás Maduro, quien con cabeza fría y nervios de acero, esperó pacientemente en medio del fuego enemigo, hasta lograr la constitución de una nueva directiva electoral equilibrada y a la altura de las más caras aspiraciones de la Patria de Bolívar y Chávez.
No es poca cosa lo que se ha hecho y nada despreciable la posición asumida de esa oposición que sin negar sus convicciones, ha reconocido al Jefe de Estado y ratificado que el camino institucional democrático, es el único camino para alcanzar el poder en Venezuela y no hay otra batalla que librar, que la batalla electoral.
Al respecto es menester recordar, que los venezolanos tenemos 7 años sufriendo un oposicionismo violento que entre gritos incoherentes, abstenciones electorales y frustradas invasiones mercenarias, magnicidios y golpes de Estado, quiere asumir el poder por asalto.
Un oposicionismo apátrida cuyo descaro, les lleva a exhibir como éxito, la apropiación de bienes publico asentados allende nuestras fronteras y a la vez les hace eufanarse de solicitar al gobierno de los EE.UU las ilegales sanciones, bloqueos financieros y comerciales y la asfixia económica, que estamos sufriendo los venezolanos Chavista y opositores.
Afortunadamente para desgracia de sus propiciadores, las arremetidas imperiales contra el país, lejos de debilitarnos y por frustración causar caos y desasosiego en su población, por el contrario ha fraguado una capacidad de resistencia y conciencia social que contrario a las delirantes maniobras de esa seudo dirigencia opositora retrograda y narcotizada, ha desarrollado junto al gobierno alternativas de sobrevivencias.
Cuando se escriba la historia de este tiempo, será inevitable no reconocer con justicia y en base a la verdad, que el compañero Presidente Obrero, es un gran estratega conductor de victorias, que ha sabido timonear en medio de la tormenta; enfrentar las miserias de un agresivo imperio decadente y una ultra derecha corrompida, putrefacta y ajena a los más elementales principios éticos y morales que demanda la patria.
Este nuevo C.N.E, es expresión genuina de un acuerdo valiente cuyos actores tienen la responsabilidad de ejecutar apegados a las normas institucionales y a los preceptos que dicta la sensatez democrática, los debidos actos de Estado para las elecciones por venir.
Con su escogencia se ha demostrado que el Estado ratifica y rectifica toda praxis gubernamental, sobre la base del marco jurídico y político de sus instituciones y con el concurso de todos los que a ella acuden en busca de los equilibrios fundamentales que nos permiten vivir y convivir con nuestra coincidencia y diferencias.
Así, el Gobierno Bolivariano del Presidente Maduro, nuevamente ha demostrado, que la Revolución Bolivariana no solo es esencialmente democrática, participativa y protagónica, sino que garantiza libertades políticos y sociales, que ya quisieran los pueblos del mal llamado mundo desarrollado por lo menos aproximarse. El que tenga dudas, compare y juzgue.
Con el Presidente Nicolás Maduro, seguiremos teniendo patria; la Revolución Bolivariana así lo garantiza. En consecuencia, que cada quien asuma, en pro de sus legítimas convicciones y deseos políticos, el compromiso con la Paz que demanda el país para superar las innegables consecuencias nefastas que han producido la ultraderecha guerrerista, corrompida y derrotada.
Gracias al Presidente, tenemos un poder electoral donde están representadas todas las posiciones políticas y con él, tendremos en lo inmediato elecciones para la escogencia de un Poder Legislativo verdadero. Sé que el desespero en la ultraderecha lo hace sumamente peligrosos. Pero el Estado se reformula con las instituciones del Estado y viceversa, y para pesar de los violentos, la paz es una aspiración de todos el pueblo y se garantiza con más democracia.
Gracias Presidente, sigamos haciendo patria.