El año 2021, Debemos declarar la guerra a la indolencia, a la ineficiencia, a la burocracia y a la corrupción que tanto daño hacen. Acabar con el sectarismo, con el dogmatismo, con el amiguismo y los grupitos, como decía nuestro comandante Chávez y lo repite el Presidente Nicolás Maduro, los grupitos crean sectarismo y hacen daño a la revolución. Todas y todos los que militamos dentro del proceso revolucionario debemos sentirnos hermanas o hermanos, ayudarnos mutuamente, trabajar unidos y defender juntos los ideales de Bolívar y Chávez. Es un año de desafíos que no son imposibles de cumplir, poco a poco vamos venciendo al enemigo interno y externo, es por eso que debemos estar atentos, practicar el perdón sin olvido, la justicia con equidad y amor sin rencor. Si nos escudamos en las sanciones, para no arreglar lo que está dañado, nos estamos haciendo cómplices de ese bloqueo. No utilicemos las sanciones como excusas. No podemos fallar, está prohibido, debemos ir nuevamente a las calles, a los sectores populares, al casa a casa, a los urbanismos, escuchar a nuestra gente, a los que votaron por nosotros y escuchar también a los que no lo hicieron, tenemos unas tareas claras el plan 200 como homenaje al bicentenario de Carabobo y es allí donde los patriotas debemos sentirnos identificados y llenos de patriotismo, de humanismo y sobre todo practicar la justicia social, junto para buscar unidos el bien común para el beneficio de nuestra nación.

Si lo visto en Washington DC, el día miércoles pasado el asalto al Capitolio, hubiese sucedido en Venezuela, el mismo día la Casa Blanca, con sus aliados: La OEA, la Unión Europea, la OTAN, el cartel de lima, la Monarquía y prensa española, el grupo de contacto, la Conferencia Episcopal de Venezuela y lo que queda de la oposición venezolana actuando como quinta columna, de manera diligente hubieran organizado una invasión a tierras Bolivarianas, que a esta hora del juego estaríamos contando, recogiendo y enterando muerto, para complacencia de los virtuosos obispos venezolanos. A la pregunta y las sanciones, es pura fantasía, porque ellos son los poderosos, cada país tiene sus problemas, cada país tiene sus conflictos, pero también cada país, debe buscarle la solución a sus conflictos, no hace falta el policía para que ordene la casa ajena. No utilicemos las sanciones como excusas. Moralmente debemos señalar al responsable: Caso reciente en Estados Unidos. El principal culpable es Donald Trump por haber mentido, manipulado y exacerbado los ánimos de los grupos extremistas, para que asalten el Congreso. Corresponde a Joe Biden, que empezará su mandato como presidente de Estados Unidos el próximo 20 de enero, tendrá que rescatar la institucionalidad de su país, donde tras el paso de Donald Trump por la Casa Blanca ha quedado el daño: la polarización y el odio.

2021 año de la esperanza. No podemos fallar, está prohibido, debemos ir nuevamente al encuentro con todos los sectores del País, para escuchar a nuestra gente, a los que votaron por nosotros y escuchar también a los que no lo hicieron, junto tenemos unas tareas construir un gran País, tenemos como premisa: el plan 200 como homenaje al bicentenario. La esperanza es un estado de fe y ánimo optimista basado en la expectativa de resultados favorables relacionados con eventos o circunstancias de la propia vida o el mundo en su conjunto. Esperanza considera que puede conseguir algo o alcanzar un determinado logro. Para la revolución bolivariana, el año político 2021, comenzó con la instalación del nuevo Parlamento, de mayoría chavista, resultado de las elecciones del 6 de diciembre 2020. Un triunfo de la democracia participativa y protagónica, que sigue apostando por la conciencia y la organización popular para enfrentar los desafíos, tanto dentro como fuera del País.