¿Por qué no creo en la Propiedad Privada?

“La propiedad es un robo” decía Proudhon. ¿Qué tan cierto es esto?. ¿Se le puede acusar a quien asegura esto de ser un resentido social y envidioso de los que tienen mejor calidad de vida?. ¿Dónde recae el problema de fondo?. Lo principal es buscar definir el término propiedad. Según la web http://www.mundonotarial.com.mx/Notario/Glosario_4.htm la propiedad es “Derecho de goce y disposición que una persona tiene sobre bienes determinados, de acuerdo con lo permitido por las leyes, y sin perjuicio de tercero”. Entonces, se puede uno preguntar ¿Acaso en el sistema capitalista la propiedad no es un robo?.

Hablamos de que no exista el perjuicio de tercero, de la solidaridad, de la igualdad ante la ley y del respeto a la libertad del otro. Y eso mismo, pensar en “el otro” es lo que ha fallado (diría yo con una intención muy bien planificada) en el sistema capitalista, donde el individualismo, visto como una forma naturales de supervivencia, y la competencia desleal (libre mercado recuerden) han sido las principales características del mismo. Claro, no es mentira el hecho de que no se pueden envolver a todos en el mismo saco, y muchos ya estarán diciendo ¿Pero el bodeguero de la esquina también es entonces un ladrón? Se pudiera responder que no, porque no somos quienes para juzgar o generalizar a las personas. Pero me genera suspicacia una situación específica que se ha venido repitiendo, y es el supuesto “desabastecimiento” del azúcar, no se por qué se me parece a los días antes del Caracazo cuando se acapararon los alimentos para luego venderlos a los precios que les diera la gana justificándose en la poca oferta y la mucha demanda.

¿Es entonces la propiedad privada un espacio para hacer lo que se le vanga en gana al propietario? Menos mal que éramos los anarquistas los que pensábamos así. Sencillo, hay una propiedad que si es intocable, y es la propiedad personal, como decía Marx, palabras más palabras menos, aquella que se obtiene fruto del esfuerzo y del trabajo diario; cuando tenemos nuestra casa o nuestro apartamento, existen unas normas de convivencia para no alterar la tranquilidad de los vecinos ¿tenemos algún derecho de poner música a todo volumen justificando que estamos en nuestra casa? Yo creo que debemos ser responsables y asumir las consecuencias de nuestros actos; más radical aún, tenemos un vehículo, ¿eso nos da pie para estar tocando corneta en una cola que tiene rato sin moverse y molestar a los demás sólo porque el carro es “mio”? (véase el individualismo implícito). La propiedad debe tener sus límites, en eso estamos claros.

¿Por qué entonces la propiedad privada de ciertos medios de producción pareciera ser intocable? En el sistema capitalista, esta propiedad no tiene límites, ya que la libertad suprema del individuo se alcanza dentro del espacio de lo privado, del natural egoísmo del ser humano, de la lucha de la supervivencia del más fuerte, la competencia. Es decir la economía por encime del hombre, “soy lo que tengo” es el lema, donde el que más tiene termina siendo “más gente” que el pobre obrero que suda día y noche para medio comer diariamente. En nombre y defensa de la propiedad privada se ha matado gente, se han explotado trabajadores, a los cuales se les sustrae la plusvalía que genera la ganancia del capitalista (ese mismo gordo que no hace nada durante el día más que meter plata en el banco). ¿No es esta plusvalía un robo legal que se la hace al trabajador? Camarada lectores, ¿cómo se sentirían si produjeran en un día 8 pares de zapatos para un total de un millón de bolívares (por decir cualquier cifra) pero tú sólo recibas lo equivalente a 8 horas de trabajo, digamos 100 mil bolívares, y tu jefe, ese mismo que lo que hace es insultarte por tu condición social, se apropia de esos 900 mil que tú sudaste?¿ Molesta cierto?. Esa es la realidad que aún hoy vivimos en Venezuela.

Gracias a Dios hay una luz en el camino, y esa es la Constitución Nacional. El artículo 112, entre otras cosas dice “El Estado promoverá la iniciativa privada garantizando la creacion y la justa distribucion de la riqueza, asi com la produccion de bienes y servicios que satisfagan las necesidades de la población, la libertad de trabajo, empresa, comercio, industria, sin prejuicio de su facultad para dictar medidas para planificar, racionalizar y regular la economia e impulsar el desarrollo integral del pais”. Por otra lado, el artículo 115 “la propiedad estará sometida a las contribuciones, restricciones y obligaciones que establezca la ley con fines de utilidad pública o de interés general”. Por lo tanto, la propiedad privada no podrá estar de espaldas a los intereses del pueblo, ya que tal situación sería la reproducción de la dominación de una clase sobre otra y no podemos hablar entonces de un revolución social en Venezuela.

¿Qué hacer? O mejor dicho ¿En qué creo? El artículo 308 de la carta magna tiene parte de la respuesta “El Estado protegerá y promoverá la pequeña y mediana industria, las cooperativas, las cajas de ahorro, así como también la empresa familiar, la microempresa Y CUALQUIER OTRA FORMA DE ASOCIACIÓN COMUNITARIA PARA EL TRABAJO, EL AHORRO Y EL CONSUMO, BAJO EL REGIMEN DE PROPIEDAD COLECTIVA, CON EL FIN DE FORTALECER EL DESARROLLO ECONOMICO DEL PAIS, SUSTENTANDOLO EN LA INICIATIVA POPULAR”. Está demás decir que lo resaltado en mayúscula es la postura en la que creo. La primeras nombradas no son más que formas pequeño-burguesas de reproducción del sistema capitalista, siempre que se den dentro del marco actual arropado por la ideología dominante. Pero la creación de empresas comunitarias de producción, como formas de generar productos para el consumo (desarrollo endógeno) así como los ingresos que servirán para financiar los bancos comunales para los proyectos que se generen en pro del bienestar colectivo de las comunidades organizadas. Es poder para el pueblo, es la autogestión y la cogestión obrera, es la eliminación de una clase social dominante que ejerce cualquier tipo de autoridad sobre otra clase despojada de lo que originariamente le pertenece. Serán muchos los obstáculos, pero creo que la Revolución Social debe comenzar por algún punto, y aún creo que estamos encaminados, a pesar de las muchas dificultades que día a día van surgiendo.

PATRIA O MUERTE VENCEREMOS

carlosgrillet@gmail.com


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Carlos Grillet

Licenciado en Trabajo Social y estudiante de economía (UCV), Guevarista leal a la Revolución Bolivariana, la música y la lectura, más que una pasión, la vida.

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