El fracaso de los abstencionistas: Juan Guaidó no representa a nadie y María Corina Machado -alias "La Mantuana" - se va de Venezuela

Ante las venideras elecciones de gobernadores y alcaldes, sobre las cuales, Nicolás Maduro acaba de dar el beneplácito que se hagan de manera simultánea, urge a la oposición encontrar un nuevo liderazgo en razón de quienes han venido generando las orientaciones fracasadas por sustituir al madurismo en el poder.

Y debe hacerlo de manera inmediata porque es evidente que los factores abstencionistas de siempre como María Corina Machado, alias "La Mantuana", quien por cierto tardíamente ha salido de manera escueta con frases disimuladas a negar que se va de Venezuela, y ahora al parecer Juan Guaidó estaría en esa misma sintonía de no ir a elecciones, demostrando con ello que solo les queda como alternativa una especie de "ángel del cielo" que venga a cambiar el poder político en el país.

¿Y por qué lo anterior? ¿De verdad piensan personajes como Juan Guaidó y "La Mantuana" María Corina Machado, que el madurismo finalmente saldrá del poder con la abstención? Y si ese es el mensaje para sus seguidores, entonces preguntamos: ¿Cuál es "la salida"?

Así tenemos que es enorme el rechazo que ahora acumula Juan Guaidó que estaría a la par del que tiene Maduro - se puede decir que ambos ya no representan a nadie, salvo en sus fanáticas huestes-, y en el caso de "La Mantuana", ésta apenas tendría 3% en las encuestas, el cual históricamente ha sido su techo desde aquellas primarias opositoras (2012), y de allí que ante semejante fracaso de tener un minipartido -curiosamente aceptado por el madurismo, al cual no tocan en su "directiva"- con el nombre de "Vente Venezuela" ahora su praxis sea "me voy de Venezuela", aunque diga lo contrario.

La oposición debe ser racional y entender que el madurismo en el pasado evento electoral para la "asamblea nacional", - la segunda versión de lo que fue la ilegal e ilegítima "constituyente" - apenas logró un máximo de 3 millones de votos y ni siquiera llegaron al 20% del padrón electoral, a pesar de que muchos de esos votos fueron bajo el amedrentamiento y la coacción política, así como la extensión injustificada del horario para ir a votar, cuando inclusive se vieron videos en donde los operadores maduristas sacaron de las casas de "misión vivienda" a quienes supuestamente "debían votar por ellos".

Ante esa realidad, y si tomamos por analogía ese 20% de votos del madurismo, éstos apenas obtendrían unas 6 gobernaciones y aproximadamente 60 alcaldías, siempre y cuando la oposición vaya unida, porque ésta de consolidar en cada estado y municipio una alianza perfecta, y que se lograra articular el 50% del padrón electoral para que ejerza su voto en favor de las fuerzas democráticas y antimaduristas, el arrase sería total, y lo más importante, el resultado de esas venideras elecciones regionales serían un revocatorio para Maduro por anticipado, el cual no pudiera evitar para 2022.

En tales circunstancias, la oposición con la gobernadora Laidy Gómez en Táchira y Alfredo Díaz en Nueva Esparta - ambos son una fija para la reelección en sus estados- y tratar de mantener las entidades de Mérida y Anzoátegui, y buscando figuras relevantes y con credibilidad en el resto de las entidades federales, no tengo dudas que hasta las personas que votaron de manera coaccionada por el madurismo en esas elecciones parlamentarias, lo harán por opciones distintas, y esto también será aplicable al conjunto de las alcaldías.

¿Quiénes en sus razonamientos claros votarían por Omar Prieto (Zulia), el sustituto de Carmen Meléndez (Lara), Yelitze Santaella (Monagas) o personajes tan rechazados como los gobernadores maduristas de Sucre, Bolívar y Delta Amacuro, o hasta por Argenis Chávez en Barinas?

Tampoco podemos olvidar que en las principales ciudades del país existen alcaldes(as) oficialistas cuyas comunidades jamás les han vistos sus caras, y por eso es que Maduro ha dado la orden de que todos ellos se "desplieguen" en campaña electoral con supuestas obras que en la praxis son solo un maquillaje ante el desastre de los servicios públicos, la destrucción de la vialidad, el desmantelamiento de escuelas, liceos y universidades, y la delincuencia desatada sobre viviendas y vehículos, incluyendo el sector comercial y sus sedes regionales.

Hay que reiterar que esa selección de candidatos(as) solo será posible con una oposición unida, que hable un mismo discurso. El madurismo apuesta porque en las elecciones regionales vaya a votar el mismo porcentaje de electores de las elecciones parlamentarias - o sea, que haya 70% de abstención-, porque si la oposición logra llevar un mínimo de 30% de sus electores para esos comicios; verbigracia elevando la participación hasta un 50% de la población ejerciendo el derecho al voto, no habrá manera de realizar fraude en contra lo que sería un apabullante triunfo de las fuerzas democráticas. En otras palabras, el 18% de votos maduristas - reafirmando que muchos de ellos votaron de manera obligada en las parlamentarias- quedarán pulverizados ante la mayoría antimadurista del país.

Es evidente que el madurismo intentará dividir a la oposición con candidaturas mampuestas, vendidas a sus designios de revolucionaria inmoralidad, tratando que con los "opositores" de la "asamblea nacional" estos tengan sus seudocandidaturas en cada estado y ciudad, pero que en aquello que llaman la economía del voto, nada van a significar de manera determinante en los resultados finales de cada gobernación y alcaldía, porque tales "organizaciones" tienen un enorme rechazo en la propia población opositora, o sea, que esos partiduchos como los homofóbicos y bazofias políticas de "Primero Venezuela" y los evangélicos del "demonio de Bertucci" y sus derivados, pueden irse a lavar el paltó porque ellos saben que tampoco representan a nadie en el país, y menos a Dios.

En consecuencia, a "La Mantuana" María Corina Machado solo le quedarán sus llamados al abstencionismo desde el exterior - donde por cierto residen sus hijos - y queda ver si Juan Guaidó asume una posición de sindéresis, y de ver en estas elecciones una oportunidad para ir construyendo una valiosa oportunidad que termine de consolidar el cambio del poder político, pero si apuesta por la abstención, es hora de que se retire de la política, porque continuar llamando a no votar puede dar por descontado que quedará registrado como el más grande fracaso político en la historia de Venezuela.

Lograr un triunfo en las elecciones regionales y municipales es un primer paso para cambiar nuestra desgraciada realidad, y no se justifica que la oposición siendo mayoría, y ante el enorme rechazo que tiene el madurismo se desperdicie un posible triunfo electoral para volver a encontrar el camino de la esperanza ciudadana.

La oposición con diálogo de análisis político con el nuevo gobierno de EE UU, la Unión Europea, y la ONU debe exigir que haya un acompañamiento internacional en tales comicios - el centro Carter, por ejemplo-, y den mayor relevancia al hecho electoral como forma de revertir esta enorme crisis política, económica y social.

Quien siga siendo obstruccionista y no quiera votar es su derecho, pero no intente convencer a los demás para que se queden esperando la ansiada "invasión" a Maduro, cuando ni ellos protestan ante los matraqueros de alcabalas, estaciones de gasolina, traficantes de "servicios públicos", o callar ante los funcionarios corruptos.

El voto es la única salida para enfrentar constitucionalmente a Maduro - aunque el madurismo convierta a la Constitución en su papel higiénico- razón por la cual, la mayoría de la oposición debe unirse en sólida columna vertebral, llevando sus acciones en una misma línea de pensamiento político, es decir, generar la necesidad de ejercer ese sufragio en los ciudadanos, porque el llamar a la abstención significa división opositora, y sembrar dudas en la efectividad del voto que es lo único que le queda al madurismo - con menos del 20% electoral y en constante descenso-, para tratar de mantenerse de manera forzada y fracasada en el poder.

"La Mantuana" María Corina Machado está prácticamente fuera del país y de la política venezolana - solo le quedan sus neonazistas del Twitter y Facebook-, y si Juan Guaidó quiere ser otro abstencionista, lo mejor es que termine de abandonar el país con más pena que gloria. El madurismo sabe que si el pueblo sale masivamente a votar en las elecciones regionales, el revocatorio contra Maduro será por adelantado, y por ello juegan a la abstención.

Hay que diseñar el camino político que devuelva la confianza, y solo será posible ganando la mayoría de gobernaciones y alcaldías. Lo demás es una quimera, y significaría terminar de regalarle el poder al neototalitarismo del inepto, ramplón, corrupto, inmoral y fracasado madurismo. Las fuerzas auténticamente opositoras y constitucionalistas del país tienen la palabra.



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Javier Antonio Vivas Santana

Más de 6 millones de lecturas en Aporrea. Autor de la Teoría de la Regeneración del Pensar. Dr. en Educación (UPEL). Maestría en Educación, mención Enseñanza del Castellano (UDO). Lcdo. en Educación en las menciones de Ciencias Sociales y Lengua (UNA). Profesor de pre y postgrado tiene diversas publicaciones y ponencias internacionales acreditadas y arbitradas por editoriales, universidades e instituciones de España, Rusia, Estados Unidos, Alemania, Francia, y naciones de América Latina.

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