Cuando comenzaba mis estudios en la secundaria, (Escuela Industrial del Trabajo, para especializarme de técnico electricista) un compañero me explicó, que la izquierda era la igualdad para todos.
Cuando contaba con sólo 12 años, me enamoré de la izquierda por las palabras de mi compatriota.
Sin militar en ningún partido político en tiempos de mi juventud, esas palabras marcaron mi conducta en mi andar por la vida.
La solidaridad me acompaña por siempre.
Nunca fui partícipe de ningún partido político, porque nunca creí en ellos.
Creo en el ser humano, en el hombre para el hombre...
Creo en Jesús, el hombre de Galilea...
El obrero como nosotros... que hacía milagros con sus manos en la madera...
El mismo que por amor sanaba a los enfermos.
Amo tal vez más al carpintero de Nazaret , que al propio Cristo...
El Dios de mis padres... el de mi niñez.
El que me hace preguntarme: ¿Por qué tantas injusticias?
Hago estas reflexiones por los últimos acontecimientos que se están suscitando por la creación de nuestro único partido.
Florecen nuevamente razones personalistas y quizás egoístas de parte de algunos compañeros.
Quedan al descubierto quizás, intereses mezquinos que no son capaces del sacrificio a la hora de pensar en la mayoría, que es ni más ni menos... el pueblo sufrido de la tierra de Bolívar.
Parecen no entender que en Venezuela en estos momentos, los partidos políticos están en vías de extinción, existe solamente un líder que se llama Chávez Frías y a él nos debemos.
Un líder empecinado en arrancarnos del lodo de las miserias humanas...
El mismo que nos dice que la Utopía es posible.
Compañeros, olvidemos el pasado de Cuarta Republica y enrumbemos nuestra barca, para luchar contra la injusticia...
Recordemos a Don Simón:
“Corramos a romper las cadenas de aquellas víctimas que gimen, no burléis su confianza, no seáis insensibles a los lamentos de vuestros hermanos, id veloces a vengar al muerto, a dar la vida por el moribundo, soltura al oprimido y libertad a todos”
Para los que aún les persiste la duda... no dejemos que el gran sacrificio de nuestro comandante, se llegue a perder un día por nuestros egoísmos, los cuales se pueden asemejar a la traición.
Que nuestro libertador con sus palabras nos traiga la reflexión:
“¿Seremos capaces de mantener en su verdadero equilibrio la difícil carga de una república?
¿Se puede concebir que un pueblo recientemente desencadenado se lance a la esfera de la libertad sin que, como Ícaro, se le deshagan las alas y recaiga en el abismo?”
Compañeros no desgastemos nuestras fuerzas en luchas nuestras... que el enemigo nos acecha, es hora de gobernar con el Poder Popular acompañado de los Consejos Comunales.
No olvidemos que nos debemos a un pueblo, un pueblo heroico...
que no es ni más ni menos... La Patria de Bolívar.
El mismo que nos dijo: “Si mi muerte contribuye para que cesen los partidos y se consolide la unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro”
PATRIA SOCIALISMO O MUERTE.
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