El compromiso de los países africanos con el multilateralismo, es hoy la piedra que desecharon los constructores del colonialismo, el capitalismo y el liberalismo. El Continente Africano muchas veces ha pasado inadvertido. Pero hoy la realidad africana, con sus 58 Países, con 1.444,865.001, habitantes, con 20.000.000, de nacimientos por años. Por su extensión territorial y sus riquezas naturales, se constituye en una pieza clave por un mundo multilateral. En un momento en el que el mundo les da cada vez más la espalda a las instituciones compartidas, África se proyecta como un defensor manifiesto y empoderado- del multilateralismo a nivel regional, continental y global. Hace mucho tiempo que los países africanos han reconocido el papel del multilateralismo a la hora de fomentar el desarrollo, la prosperidad y la paz.
El multilateralismo suele definirse como la colaboración entre varios países en busca de un objetivo común, pudiendo estar implicadas también otras partes como la sociedad civil o el sector privado. Multilateralismo, la manera más eficaz de luchar contra el cambio climático. Es por eso que, más allá de respaldar los esfuerzos globales –como las Naciones Unidas, el Movimiento de Países No Alineados y el G77-, África creó la Organización para la Unidad Africana (OUA) en 1963. Desde los años 1960 hasta los años 1990, las iniciativas multilaterales brindaron un apoyo esencial a los países africanos, en momentos en que huían del colonialismo y ponían fin al apartheid
Retos inmediatos de la Unión Africana, profundizar la integración económica, especialmente fomentando el comercio intracontinental. Aquí, África todavía tiene un largo camino por delante: hoy por hoy, sólo el 15% de las exportaciones de los países africanos se quedan en el continente (en comparación, los países asiáticos representan el 58% de las exportaciones asiáticas y el 67% de las exportaciones de Europa se quedan en Europa). En este contexto, los planes de establecer una Unión Monetaria Africana con una moneda única en 2023.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU): nacida oficialmente en octubre de 1945, la ONU está compuesta en la actualidad por 193 países y su función es tomar medidas sobre los problemas que enfrenta la humanidad. Entre ellos, el mantenimiento de la paz y la seguridad, el desarrollo sostenible, los derechos humanos, las emergencias humanitarias, la igualdad de género. y l necesidad de administrar de manera conjunta una serie de intereses comunes. Ello produjo el surgimiento de distintas formas de colaboración y cooperación que, en una primera etapa, se condujeron a través de conferencias o congresos internacionales y que posteriormente se tradujeron en la creación de estructuras permanentes (comisiones internacionales, uniones administrativas, etc.). Sin embargo, fue con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial cuando las organizaciones internacionales se transformaron en una parte integral de las relaciones internacionales y, de ser actores periféricos, pasaron a ocupar un rol central en la política internacional (Chimni, 2017, p. 113).
El multilateralismo puede ser percibido como un instrumento de los poderosos para implementar un sistema que les permita mantener o aumentar sus posiciones de poder o como un refugio de países de menor gravitación en el sistema internacional que buscan preservar sus espacios frente a los poderosos.
Las tensiones entre EEUU y China obedecen a una estrategia de confrontación buscada por Washington, desde la victoria presidencial de Donald Trump en 2016. Repitiendo patrones y prácticas de otros ciclos de bipolaridad, el relacionamiento entre las dos potencias tiende simultáneamente hacia el conflicto y el equilibrio. Al mismo tiempo, son claramente diferentes las prioridades de cada potencia; para EE.UU, se trata de defender un sistema económico asociado a una forma de vida articulada alrededor del mercado, cuyo pilar monetario es el dólar; para China, lo que prevalece es la protección del poder del Estado, anudada a la preservación del bienestar colectivo y de eficientes mecanismos de cohesión social.