Cuando los extremos se tocan en Venezuela

"En definitiva estamos ante dos polos políticos que en síntesis representan los mismos intereses lo que sugiere que utilizarán los mismos métodos de opresión y represión ya iniciados por el actual poder constituido. No hay de parte de la oposición extremista ningún punto programático que se refiera a la recuperación de los derechos justicieros constitucionales que han sido borrados del mapa legal. La dinámica del sueldo cero, y el fin de una democracia abierta y transparente. No será entonces con la impostura de Gonzales Urrutia que este país recuperará su justicia y su libertad, además cada vez más lejana, ni se diga con Maduro"

Roland Denis, Manifiesto postfraude

Me niego a aceptar que cualquiera que critique al gobierno de Nicolas Maduro y que cuestione sus políticas laborales fraudulentas sea porque apoya a los apátridas que llevan 25 años empeñados en destruir al país, porque no son ellos quienes lo gobiernan.

Me niego a aceptar que cualquier venezolano que este en desacuerdo con los actuales gobernantes del país suscriba los planes de quienes se han puesto al servicio de intereses foráneos de manera pública, notoria y comunicacional y hoy como ayer siguen justificando cualquier acción sin considerar los conceptos de Patria y de Soberanía Nacional.

Me niego a que las mayorías tengamos que vivir en condiciones de precariedad y escasez y a la perdida constante de la calidad de vida mientras solo minorías son beneficiarias de un "crecimiento económico" que se fundamenta en la profundización de la desigualdad social.

Me niego a aceptar que entre los apátridas y los traidores del Legado, sea preferible optar por los últimos porque dicen representar los intereses del pueblo y defender su causa, pero las políticas sociales que implementan evidencian lo contrario.

Me niego a aceptar que los casos de corrupción que han involucrado a altos funcionarios públicos solo se mencionen, como potes de humo, cuando conviene a los gobernantes, y nunca se hayan llevado las investigaciones a sus últimas consecuencias, demostrando que existe una justicia confiable.

Me niego a aceptar que cualquier crítica es traición, cuando todo el mundo sabe que los mayores traidores a la Revolución han sido quienes cultivando la "falsa lealtad" nunca asumieron posturas criticas solo por mantenerse en los cargos.

Me resisto a justificar que el autoritarismo sea hoy la única posibilidad para contrarrestar a quienes durante 40 años, durante la cuarta república, nunca dudaron en reprimir al pueblo y en conculcar sus derechos humanos, aunque hoy se presentan como si hubiesen actuado como monjas de la caridad, en el trato contra quienes profesaron ideas de izquierda.

Me niego a aceptar que quienes asumimos posturas ideológicas firmes, en tiempos de Chávez, y antes de las desviaciones del proceso, hoy a pesar de mantenernos leales a nuestras convicciones e ideales revolucionarios nos autoimpongamos censura para no ser catalogados de cómplices de María Corina y sus tropelías.

Definitivamente que los extremos se tocan, los traidores del Legado, terminaron pareciéndose tanto a los traidores de la Patria que ya no es muy difícil que sean confundidos por el pueblo.



Esta nota ha sido leída aproximadamente 269 veces.



Carlos Luna Arvelo


Visite el perfil de Carlos Luna Arvelo para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes: