Hace poco más de un año, escribí un artículo sobre la presencia en el territorio nacional de tres fuerzas de ocupación, así como, las causas que las sustentaban y lo que llamé en ese entonces el único antídoto posible para curar la peligrosa enfermedad que aqueja la revolución bolivariana y que se expresa a través de variados síntomas. Obviamente, no creo ser el único que ha planteado tal situación, otros compatriotas lo han hecho con algunas variables y variantes más, algunos menos o con enfoques diferentes desde mi perspectiva.
Las tres fuerzas de ocupación siguen vigentes, quizás ahora más fortalecidas tanto cualitativa, como cuantitativamente: La mayoría de los medios de comunicación privados, el quintacolumnismo tanto en su versión consciente, como inconsciente y los paramilitares.
Las causas que sustentan estas fuerzas de ocupación también siguen siendo las mismas, es probable que un poco más profundas por el paso del tiempo: La baja capacidad política e ideológica de nuestra gente, una pobre e inadecuada estrategia comunicacional y la baja capacidad de gobierno (falta de conocimiento, experiencia y liderazgo de la mayoría de los cuadros de nuestro gobierno bolivariano a todos los niveles).
El antídoto, medicado en ese momento tampoco ha cambiado, solo que ahora tenemos menos tiempo para que su aplicación sea útil, completa y oportuna: politizar, organizar e ideologizar al hombre y la mujer de a pie. No somos más que una extensión de lo que ocurre en el resto de la humanidad en su camino hacia la autodestrucción bajo la amenaza a la supervivencia planteada por una ruptura en la ideología y un avance de la tecnología.
Hoy planteo que la raíz de los principales problemas de la revolución, no los únicos que sustentan las fuerzas de ocupación estriba en una intervención que se convertido en lugar común en el orbe: esfuerzos por modificar las conductas sin considerar su fuente que son las creencias, debemos hacer algo en vez de creer en algo, hasta la fecha hemos actuado herradamente.
No obstante, en la patria bolivariana, tenemos una nueva oportunidad para sembrar en un terreno más fértil, y retomar un rumbo hacia nuevas victorias, entonces, preparemos un terreno donde no sea factible, ni viable que se expresen algunos de los siguientes síntomas:
1. Muchos “Chavistas” confundidos sobre lo medular de las propuestas que plantea el líder de la revolución en el tránsito hacia el socialismo.
2. Pánico entre el soberano como consecuencia de la estrategia comunicacional de la contrarrevolución, tanto nacional, como internacional, que con sus sofisticadas técnicas, casi imperceptibles traen con facilidad a flor de piel los miedos ancestrales sobre temas como la propiedad privada, la nueva geometría del poder, reelección continua y otros.
3. Presencia de Microbuses otorgados por gobierno a través de uno de sus ministerios con consignas sobre “No a la Reforma” y luego llevando gente a votar por el “No a la Reforma”, como reza el dicho popular, el mal está en la sangre.
4. Trabajadores chavistas votando por el no, ya que, el lunes tres de diciembre 2007, según ellos, podrían quedar desempleados si el gobierno cierra todas las empresas privadas.
5. Madres asustadas por la pérdida de sus hijos y según Rosales la imposibilidad de colocarles su nombre al nacer, ya que, la lista de nombres la enviaría el Presidente Chávez.
6. Chavistas votando por el “NO”, porque algunos aspectos vitales de las misiones no funcionan, o no se les pagó la beca o están cansados de esperar respuestas a sus problemas más inmediatos.
7. Algunos Gobernadores, alcaldes, diputados y ministros timoratos frente al debate sobre la reforma.
8. Numerosos trabajadores de empresas estratégicas sumados a la abstención, debatiéndose entre el comodísmo, el quintacolumnismo y el miedo.
9. Mucha gente humilde, en el caso del Zulia, recibiendo Bs. 650.000 para votar por el “No”
10. Uno que otro ganadero, en el caso del Zulia en el Sur del Lago, favorecido por el gobierno utilizando el crédito para la campaña contra el gobierno y para la celebración una vez que ganó el “No a la reforma”. Otra vez, el mal está en la sangre.
11. El desabastecimiento y las largas colas, las cuales fueron hábilmente manejadas por la oposición, tanto en la producción del desabastecimiento, como en aprovechamiento mediático eficaz, eficiente y efectivo. Han pasado 9 años y la oligarquía criolla nos aplica el mismo veneno: desabastecimiento. ¿Tenemos antídoto para ello?
12. Muchas personas claramente identificadas con la oposición inscribiéndose en el PSUV, cuando correspondió el proceso por miedo a no tener acceso a los beneficios de las políticas del gobierno. ¿Cuántos revolucionarios hay en el PSUV?
Tenemos una nueva oportunidad, para lo cual debemos minimizar esos 12 síntomas y otros no citados acá, interviniendo las causas que generan esos síntomas, para lo cual, fundamentalmente, debemos politizar, organizar e ideologizar a nuestra gente sin afán pero con firmeza a partir de una rigurosa formación, entrenamiento y educación tecnopolítica e ideológica de acuerdo al nivel de actuación de las diversas instancias revolucionarias, tanto gubernamentales, como no gubernamentales, y paralelamente neutralizar el efecto de la débil victoria oposicionista. No puede ser un proceso empujado por las emergencias y el accionismo sin reflexión, donde la impaciencia febril por ver resultados sea enemiga de la rigurosidad y se generen productos trascendentes de indiscutible calidad.
¿Cómo preparar tierra fértil?
1. Ministros, Vice Ministros, gobernadores, presidentes de empresas del Estado sin distinción alguna, Alcaldes, Concejales, Diputados de Consejos Legislativos Regionales afectos al proceso, deben recibir un champú integral de formación y educación tecnopolítica e ideológica y una nueva espiritualidad. La meta: elevar la capacidad de gobierno (Experiencia, conocimiento, liderazgo y espiritualidad), para sembrarse en el corazón y la conciencia de una abrumadora mayoría de venezolanos. Se debe seleccionar una teoría y un método poderoso o la combinación asertiva de varias teorías y métodos que están a la disposición. Muchos funcionarios son un peligro y enemigos silenciosos en potencia, no porque no saben gobernar, sino, porque no saben que no saben, tal como lo diría el Maestro Carlos Matus.
2. Los Concejos Comunales, las mesas técnicas de agua y energía, Comités de Tierras Urbanas, Comités de Salud y toda organización popular debe elevar también su capacidad de gobierno, parafraseando a Mao: “La práctica es ciega si su teoría no alumbra su camino”
3. El PSUV debe ser revisado hombre a hombre y mujer a mujer, un partido revolucionario no puede darse el lujo de ser una fuente clientelar de “dirigentes Chavistas” para asumir puestos de Comandos en gobernaciones y Alcaldías, tampoco puede crecer en cantidad sin calidad revolucionaria.
Finalmente, el Proyecto de transformación revolucionaria (Proyecto de Gobierno), para su implantación exitosa requiere una elevada Capacidad de Gobierno (conocimiento, experiencia y liderazgo) y el incremento de la Gobernabilidad (relación entre las variables que controlamos y las que no controlamos). El vértice del Triangulo de Gobierno (Capacidad de Gobierno, Gobernabilidad y Proyecto de Gobierno) que requiere la mayor atención en este momento sin duda alguna es el de la Capacidad de Gobierno, de allí en llamado desesperado a formación tecnopolítica, ideológica y espiritual para colocar una barrera infranqueable a la contrarrevolución tanto a sus representantes nacionales como internacionales.
lazaroroger@gmail.com
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