Chávez perdió tres millones de votos, pero se ganó a Petras

James Petras es un profesor universitario norteamericano “radical” que durante años se ha dedicado a opinar sobre cuanta cosa ocurriera en América Latina y a repartir críticas y elogios a la izquierda continental. Después de destacarse durante varios años por una crítica infantil y estéril de los procesos nacionales latinoamericanos (calificaba a Chávez y a Evo Morales como “neoliberales”), Petras ha pegado un giro violento para sumarse al campo del chavismo y apoyar fervientemente el “sí” en el reciente referéndum constitucional. A continuación, publicamos una crítica a Petras del compañero Rafael Fernández, dirigente del Partido de los Trabajadores de Uruguay.

El profesor Petras ha sido desde siempre un adversario del gobierno chavista. Poco antes del golpe de abril de 2002 afirmaba que el presidente de Venezuela “[es] un nacionalista liberal (sic) de rasgos populistas (que) no ha realizado ninguna (sic) reforma profunda en Venezuela (...) Tiene sí una política externa de confrontación con el imperialismo, pero al mismo tiempo, impulsa una apertura económica de Venezuela de corte liberal. Su ley de tierras es más conservadora incluso que la reforma agraria del ‘61, pagando las expropiaciones en efectivo y de inmediato. Pero incluso en ese contexto, su política externa es ya demasiado para el imperialismo y ha provocado la ira de EEUU”.

Para que no quedaran dudas sobre su posición extrema, Petras afirmaba que “la tragedia es precisamente que cuenta con un gran apoyo popular”. 1.

Tras la victoria chavista en el “referéndum revocatorio” de 2004, Petras afirmaba que “una derrota del imperialismo no significa necesariamente una transformación revolucionaria, ni conduce a ella, como lo demuestran las declaraciones postelectorales de Chávez dirigidas tanto a Washington como al gran capital. Un elemento más indicativo de las políticas chavistas es el próximo acuerdo de inversión de 5.000 millones de dólares celebrado con Texaco-Mobil y Exxon para explotar los campos petrolíferos y de gas del Orinoco. La euforia de la izquierda le impide ver las oscilaciones del discurso de Chávez y del modelo heterodoxo de asistencia social y de políticas económicas neoliberales que practica constantemente” 2.

“Chávez está más cerca del ‘New Deal’ de Franklin D. Roosevelt que de la revolución socialista de Castro. Tras las tres crisis políticas — el fallido golpe militar, la derrota del lock-out ejecutivo y la derrota de la oposición en el referéndum — el presidente ha ofrecido diálogo y ha propuesto alcanzar un consenso con los principales ‘barones’ de los medios de comunicación y los autócratas de las grandes empresas y del Gobierno estadounidense, consenso basado en las actuales relaciones de propiedad, la propiedad de los medios de comunicación y la ampliación de las relaciones con Washington”. 3

Muy lejos de considerar a Chávez un impulsor del “socialismo democrático de los trabajadores” (como lo hace ahora), Petras lo denunciaba porque “no llevó ante los tribunales a los propietarios de los medios de comunicación” así como a “la asociación patronal Fedecámaras”, “que en su momento hicieron llamamientos al derrocamiento violento de su Gobierno”. Lo denunciaba también por la búsqueda de acuerdos con la reacción.Petras pronosticaba que “el Gobierno venezolano continuará con sus programas de bienestar social tipo ‘New Deal’ a la vez que profundiza sus vínculos con los principales inversores nacionales y extranjeros. Su capacidad para alcanzar un equilibrio entre las clases sociales, apoyándose en una u otra, dependerá de la continuidad de los altos ingresos que proporciona el petróleo venezolano. Si los precios del petróleo caen, será preciso tomar importantes decisiones: decisiones de clase” 4.

Para Petras, el de Chávez es un gobierno que no toma “decisiones de clase”, salvo cuando caiga el precio del petróleo: ese es su aporte a la sociología. Caracteriza al gobierno por su “proyecto” y sostiene que las crisis pueden obligarlo a cambiar de política, y en ese momento revelar sus “decisiones de clase”. Algo similar plantea hoy para Bolivia.

Chávez igual a un emirato

En enero de 2005, Petras denunció la pasividad de Chávez ante el secuestro en pleno centro de Caracas del portavoz de las FARC, Rodrigo Granda. Aseguró que “los ministros de Exteriores de Venezuela y Colombia, poco antes del secuestro habían firmado una serie de acuerdos económicos, comerciales y de oleoductos que, según nos dijo el vicepresidente venezolano José Rangel, no se verían afectados en modo alguno por el secuestro” 5.

En base a esto, criticaba a los extranjeros ‘Amigos de Venezuela’, que “[dan] un cheque en blanco a cualquier régimen progresista”. El artículo recordaba que “aunque Chávez declaró una reforma agraria radical hace tres años, ni un solo latifundio privado fue expropiado — los 100.000 beneficiarios de la reforma agraria recibieron únicamente terrenos públicos e incluso sin créditos adecuados ni asistencia técnica debido a la incompetencia burocrática o al sabotaje político. 6

En mayo de 2006 decía que Chávez y Evo Morales “no han abolido los principales elementos de la producción capitalista”, y que “los cambios propuestos son reformas que traen ecos de las políticas desarrolladas por los partidos socialdemócratas europeos entre 1946 y 1960, en la década de 1970 por los países productores de petróleo, entre otros las monarquías árabes y las repúblicas islámicas o seculares”. 7

Petras y la “izquierda pragmática”

En marzo de 2007, el profesor norteamericano se refería a la existencia de una “izquierda radical” en América Latina (con la que él comulgaba), en la que incluía a “las FARC”, a “Conlutas y sectores del Movimiento sin Tierra en Brasil”, a “sectores de la Confederación Obrera Boliviana”, “los movimientos magisteriales e indígena-campesinos en Oaxaca, Guerrero y Chiapas”, “sectores de los sindicatos y desempleados en Argentina”. En el bloque de la “izquierda pragmática” incluía “a Hugo Chávez, a Evo Morales” y “a Fidel Castro en Cuba”; bloque que “no hace un llamado a la expropiación del capitalismo ni al rechazo de la deuda ni a ruptura alguna de relaciones con Estados Unidos” 8.

Respecto de Cuba, Petras afirmaba que “le tendió la mano diplomática a Uribe, rechaza la izquierda revolucionaria de las FARC en Colombia y respalda en público a neoliberales como Lula da Silva de Brasil, Néstor Kirchner de Argentina y Tabaré Vázquez en Uruguay”. También señalaba que Castro “abrió la puerta a inversionistas extranjeros de cuatro continentes en todos sus principales sectores de crecimiento. La paradoja es que mientras Cuba profundiza su integración al mercado capitalista mundial en la emergencia de una nueva clase de elites orientadas al mercado, la Casa Blanca incrementa su hostilidad ideológica” 9 .

“Estate quieto” de Fidel

Aparentemente todo cambió con el plebiscito constitucional de Venezuela. Ahora Chávez es el campeón del “socialismo democrático de los trabajadores”, mientras que sus críticos de izquierda — que denuncian la pretensión de regimentar al movimiento obrero y defienden la independencia de la UNT — son ahora los “contrarrevolucionarios”. Se trata de una voltereta vertiginosa.

El 23 de septiembre de este año, Fidel Castro escribió un artículo que atacaba, entre otras cosas, un trabajo de Petras y Robin Anaya 10 que sugería la posibilidad de producir etanol a partir de la caña de azúcar, como forma de reducir las compras de petróleo. Pero lo que despertó las iras de Castro fue que el artículo denunciaba a la burocracia cubana, la ausencia de “control de los trabajadores y profesionales”, la corrupción, las desigualdades sociales, aunque confiaba en la posibilidad de una auto-regeneración y finalizaba con una conclusión conciliadora.

El periódico La Juventud y el sitio web de la radio CX36 (del 26 de Marzo de Uruguay), que semanalmente es la anfitriona de Petras, publicaron una caricatura (ver página) que muestra al sociólogo montado en un “caballo de Troya”, atacando a Cuba, y de su pluma surge una lengua viperina. El ataque a su columnista estrella de todos los lunes no impidió que continuara la colaboración entre Petras y el 26 de Marzo.Ahora, todo indica que el “coscorrón” que le propinara Fidel Castro ha llevado a Petras al rebaño de los ‘Amigos de Venezuela’, dispuestos a “dar un cheque en blanco a cualquier régimen progresista”.

El plebiscito de Chávez

Cuando Chávez estuvo amenazado por un golpe derechista (2002), una huelga patronal (2003) y un referéndum revocatorio impulsado por la reacción para derrocarlo (2004), Petras fue muy duro contra el bolivariano. Ahora, cuando la reacción no tiene capacidad para afectar la continuidad de Chávez, Petras sale a criticar a la izquierda que ataca la tentativa bonapartista de Chávez y que defiende la independencia de la clase obrera contra el Estado capitalista y su burocracia.Al día siguiente del plebiscito, Petras denuncia el “esfuerzo coordinado entre muchos sectores de la derecha (...) encabezada por los Estados Unidos”, en la cual incluye al sindicalista Orlando Chirino y a toda la izquierda del No y del voto nulo 11.

Toda su argumentación puede ser respondida con citas del propio Petras, que en 2004 afirmaba: “Tanto en la derecha como en izquierda se cree que los medios de comunicación de masas controlan el comportamiento masivo a la hora de votar, limitan las agendas políticas y conducen necesariamente a la victoria de la derecha y a la domesticación de la izquierda. En Venezuela, la derecha controla el 90 por ciento de las principales cadenas de televisión y medios de prensa y la mayor parte de las principales estaciones de radio. No obstante, Chávez ganó el referéndum con un margen del 18% (59% contra 41%). Los resultados del referéndum demuestran que unas organizaciones de masas potentes, organizadas en torno a luchas exitosas por las reformas sociales pueden crear una conciencia política y social en las masas que permite rechazar con facilidad la manipulación mediática” 12.

A diferencia del referéndum de hace tres años, cuando Chávez cedió a una exigencia de la derecha y de Bush (y de Lula y de Kirchner), esta vez fue Chávez el promotor del plebiscito. ¿No era para reducir la jornada laboral o para dar derechos jubilatorios a los cuentapropistas? El propio Petras en un reciente escrito (lleno de iguales o peores calumnias que todos los anteriores) reconoce que el gobierno cuenta con “el 80 por ciento de mayoría en la actual legislatura”, además de “las prerrogativas de la rama ejecutiva”; es decir, la posibilidad de legislar por decreto 13.

Petras había afirmado en el pasado que la “capacidad [de Chávez] para alcanzar un equilibrio entre las clases sociales, apoyándose en una u otra, dependerá de la continuidad de los altos ingresos que proporciona el petróleo venezolano” 14.

Se ha equivocado. El petróleo continúa proporcionando elevadísimos ingresos al Estado; sin embargo, el agotamiento del régimen nacionalista ya se advierte en el plebiscito.Chávez no pretende ir a un “socialismo democrático de los trabajadores”, como afirma Petras (contradiciendo al Petras de los últimos ocho años), sino a “institucionalizar” un régimen bonapartista, en particular para regimentar al movimiento obrero. En esta tarea contó con el apoyo de buena parte de la izquierda, incluidas varias corrientes que se denominan “trotskistas”. La función del plebiscito tenía que ver con el encuadramiento político de la izquierda y la clase obrera.

El ataque a la izquierda que defiende la autonomía de los sindicatos y la independencia política de la clase obrera (“Partido de los Trabajadores”) tiene sí un contenido contrarrevolucionario. Si Chávez tiene éxito en esta tentativa, el proceso venezolano terminará como otros regímenes nacionalistas latinoamericanos (peronismo, MNR de Bolivia, Velazco Alvarado, y otros). Estos gobiernos fueron derrocados por la reacción porque la clase obrera no fue capaz de ponerse en pie como alternativa política. Ante la incapacidad del movimiento nacionalista de concretar la emancipación nacional, la unidad latinoamericana y la revolución agraria, la única alternativa a la reacción proimperialista (disfrazada de “democrática”) es la revolución acaudillada por la clase obrera. Para poder constituirse en alternativa, los trabajadores deben construir su propio partido.

Artículo publicado originalmente en www.Bolpress.com


Notas:

1. Exposición en el Foro Social de Porto Alegre, enero de 2002 (ver ww.rebelion.org/petras/petras120202.htm).

2, 3 y 4. "El presidente Chávez y el referéndum: mitos y realidades", 25/8/04 (ver www.rebelion.org/noticia.php?id=4117).

5 y 6. "El secuestro de Rodrigo Granda", 13/1/05 (ver www.rebelion.org/noticia.php?id=10215).

7. "Petras, Evo, Chávez y el Imperialismo" (ver www.rebelion.org/noticia.php?id=32306).

8 y 9. "América Latina, cuatro bloques de poder" (ver www.rebelion.org/noticia.php?id=48033).

10. "Cuba: revolución permanente y contradicciones contemporáneas" (ver www.rebelion.org/noticia.php?id=55223).

11. Entrevista en CX36, 4/12/07 (ver www.radio36.com.uy/entrevistas/2007/12/04/1207_petras.html).

12. "El presidente Chávez y el referéndum: mitos y realidades", 25/8/04 (ver www.rebelion.org/noticia.php?id=4117).

13. "El referendo venezolano: análisis y epílogo" (ver www.rebelion.org/noticia.php?id=60124).

14. "El presidente Chávez y el referéndum: mitos y realidades", 25/8/04 (ver www.rebelion.org/noticia.php?id=4117). (Publicado en Prensa Obrera, periódico del Partido Obrero, del 20 de diciembre de 2007)


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