Quienes abrazamos el socialismo, el ideario revolucionario desde muchachos, en medio de la más salvaje represión de los años 60 y 70, celebramos cada triunfo, cada conquista de las Fuerzas Revolucionarias en el mundo y sobre todo, en nuestra América.
Así como celebramos, lloramos la caída del Gobierno Revolucionario del Compañero Allende, la caída de la Revolución Sandinista, veíamos con impotencia el daño que causaba el Imperialismo abierta y descaradamente ante los ojos del mundo que hizo mutis.
En Abril de 2002 vimos como se concretaban los planes del imperialismo y daba al traste con la Revolución Bolivariana, con la esperanza de un pueblo, y el "milagro" en menos de 48 horas, la Resurrección Cívico - Militar propinaba una nueva derrota al Imperialismo y a sus lacayos.
No bastaba con conocer, la experiencia histórica de ese pasado reciente que significaron las actividades conspirativas y de guerra abierta del imperialismo contra los Gobiernos de la Unidad Popular del Compañero Allende y el Frente Sandinista con Ortega. Tuvimos que vivir en carne propia, la agresión imperialista. Fue un proceso de enseñanza-aprendizaje, jamás olvidaré aquellas patéticas palabras del Guillermo García Ponce: "no supimos comunicarnos, fallamos en la comunicación".
A pesar de tener tan reciente el golpe de estado de 2002, nos hemos encontrado un nuevo enemigo de "cuatro cabezas": la ineficiencia, la burocracia, la corrupción y la impunidad que se convierten directamente en aliados de al contrarrevolución, le damos en bandeja de plata argumentos y las armas necesarias para el desarrollo de su campaña de desmoralización, guerra psicológica, y penetración en la base de sustento popular de la Revolución como lo es nuestro pueblo llano y humilde huérfana de conciencia revolucionaría y de trabajo político
El pueblo fue testigo una vez mas, el sábado 9 de Febrero de 2008, cuando el compañero Presidente se reunió con un grupo de agricultores y productores en Barinas, aquello se convirtió en una Asamblea, donde la "queja" hacia las instituciones y funcionarios ineficientes, estoy seguro que miles y miles de venezolanos que veíamos ese programa lloramos al unísono, ¡Coño, nos derrocaron en Abril de 2002 y ahora nos hacemos El seppuku o hara-kiri con la ineficiencia y la burocracia!
Un productor con micrófono en mano le dijo al Comandante: "es más fácil hablar con usted Presidente, que con un funcionario"
Lo primero que me llegó a la mente fue aquella novela del escritor Cubano Manuel Cofiño, Premio Casa de las América, leída en el año 75: "La última mujer y el próximo combate"
Esta novela debe ser leída obligatoriamente por todos los funcionarios públicos, desde el Presidente de la República hasta el trabajador de menos calificación de la administración pública.
"La última mujer y el próximo combate", novela sociológica escrita en el contexto de los primeros años de la Revolución Cubana y a pesar de los años de escrita, aún nos enseña y orienta:
"La Revolución se hizo para que los que no tenían nada vivan mejor" pág.231
No puede ser que a estas alturas de la Revolución, tengamos un "ejército de ineficientes", de burócratas que obstaculizan el desarrollo de los cambios revolucionarios.
"La Revolución no anda nunca con paños calientes. Habrá cambios, tiene que haberlos" pág. 230
Este Gobierno Revolucionario, el Comandante Chávez y su equipo más cercano está obligado a crear una organización adjunta a la Presidencia con "mujeres y hombres de la Revolución", que den seguimiento y control a la obra de Gobierno y sus acciones, a las iniciativas del Presidente, de sus órdenes, etc.
Una organización multidisciplinaria, con profesionales y no profesionales, donde se conjuguen experiencias, conocimientos y visión política. Mujeres y hombres políticos, con la Revolución en las venas.
No academicistas, ni retóricos profesionales, hablamos de Revolucionarios cuyo trabajo sea la Revolución, el seguimiento y control de la Acción y Obra de Gobierno y cuide por todos los medios la palabra empeñada y compromisos del líder Presidente
No es posible por ejemplo, que una señora entregue una carta dirigida al Presidente en la Recepción y/o Prevención del Palacio Blanco o de Miraflores, u oficina de Atención al Ciudadano, en Noviembre de 2007 y aún no tenga ninguna respuesta, 3 meses después.
Desde un pequeño ejemplo de la carta, hasta los pequeños, medianos y grandes proyectos de la Nación: calles, puentes, tendido eléctrico, carreteras, tanques de agua, tierras, financiamientos y cientos de hechos cotidianos de menos y gran importancia, deben tener seguimiento y control para que se hagan realidad.
Este equipo de Mujeres y hombres de la Revolución deben trabajar adjunto al Presidente, coordinados por un micro equipo de plena confianza del presidente y controlaran absolutamente todo hasta que as instituciones y funcionarios adquieran el compromiso y ritmo que la revolución en esta etapa exige.
Los funcionarios públicos, de acuerdo a sus funciones y relación con la comunidad, deben trabajar en el terreno, trabajo de campo, con la gente, con el pueblo.
"Si se quiere hacer un buen trabajo, se hace –dice Bruno- yo tengo fe en la gente. La cosa está en trabajar con ellos en el campo, en convivir con ellos,
en respetarlos, en mantener siempre la dignidad del Revolucionario, en ganarse se respeto y su confianza". pág. 53
Toda acción, toda actividad, debe ir acompañada del trabajo político, del trabajo a la conciencia política, todo funcionario de jerarquía debe estudiar política, tener conciencia política, una visión general de la totalidad del proceso, manejar el método dialéctico y el materialismo histórico. No puede haber gerentes inocentes, amorfos, blandengues, en el fondo se convierten en contrarrevolucionarios en potencia.
No puede ser que en un "Aló Presidente", el Comandante tenga que llamarles la atención a todos los funcionarios y Ministros por actividades que son inherentes al cumplimiento de instrucciones precisas, por la ineficiencia de de gerentes medios, directores y funcionarios mediocres.
Obviamente en el trabajo comunitario, la conciencia del pueblo es necesaria, de allí la importancia del trabajo político.
Estas mujeres y hombres de la Revolución, de alta conciencia política, compromiso y conocimiento, cuya función es el seguimiento y control, trabajarán siempre con el objetivo de darle poder al pueblo, trabajando con fórmulas sencillas: qué hacer, por qué, para qué, quienes, cuando inicia, cuando termina, cómo, donde, con qué.
"Aquí tenemos que preocuparnos menos por colgar etiquetas y más por comprender motivaciones y hallar causas y efectos. Ser fiel a la Revolución no significa traicionar al individuo; sólo preocupándonos por el individuo podremos hacer el verdadero Socialismo. Hay quien no el pinar por fijarse en los pinos, hay quien alaba al pinar mientras se pudren los pinos.
Nosotros aquí tenemos que ver el pinar y los pinos porque, después de todo sin pinos no hay pinar"
Bruno, personaje de la novela
* "La última mujer y el próximo combate"
Autor: Manuel Cofiño
Ediciones Huracán
Año Edición: 1975
Arte y Literatura
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